Material podrido, sillas rotas y suciedad: el "humillante" servicio de baño asistido en Barcelona
La asistencia a bañistas con discapacidad en las playas llega con tres meses de retraso y bajo un alud de críticas por parte de familiares y asociaciones
3 julio, 2023 23:25Noticias relacionadas
Al fin, después de tres meses de retraso, las personas con discapacidad y movilidad reducida pueden pegarse un chapuzón en la playa. Barcelona inició el pasado viernes, 30 de junio, el servicio de baño asistido con tres puntos de atención en las orillas de Sant Miquel, la Nova Icària y la zona de Banys del Fòrum. El Ayuntamiento se comprometió a que 2023 iba a ser el primer año en que el auxilio a bañistas con movilidad reducida duraría de abril hasta septiembre.
Sin embargo, la promesa no se ha cumplido y el servicio ha llegado con tres meses tarde y a trompicones. La falta de monitores, el mal estado del material necesario para que personas en silla de ruedas puedan zambullirse en la orilla, la limpieza y la masificación han despuntado las primeras críticas entre los bañistas con discapacidad. Una situación que, aseguran, "ya ocurrió el año pasado" y es "humillante".
FALTA DE PERSONAL
Una de las principales preocupaciones de los usuarios del servicio asistencial es la falta de personal, que ayuda a introducir al mar a las personas con movilidad reducida. Cristina, miembro de la entidad Accessibilitat Ciutat i Platges Barcelona, explica a Metrópoli que la tardanza en la contratación de monitores hace que el servicio sea "deficitario". Desde la asociación denuncian una grave problemática en esta asistencia que el gobierno municipal garantiza en las zonas habilitadas. "El personal que ayuda a las personas con discapacidad, que en muchos casos tienen problemas de peso porque no pueden moverse, no puede con ellos y pueden estar en peligro", aseguran.
MATERIAL EN MAL ESTADO
Cristina también denuncia el "gravísimo" estado en el que se encuentra el material que necesitan para facilitar el acceso de los usuarios, en especial para aquellos con limitación de movilidad. Lo que más escasea son los módulos, una especie de vestidores de absoluta necesidad --sobre todo para las personas que tienen que cambiarse porque llevan pañales-- en las zonas adaptadas.
"En la playa de Sant Miquel está previsto un módulo para julio, pero seguramente no lo recibiremos hasta agosto", señala Cristina. Una situación que también se repite en la playa del Fòrum, para la que todavía "no hay noticias de ningún vestidor". Para Cristina, los módulos son un "espacio digno" para cambiar a los usuarios que lo necesitan. Sin ellos, "no podemos ir a la playa", lamenta a este medio.
Además de los módulos, las tumbonas especiales están podridas y sucias. En el mismo estado se encuentra la manguera con la que los usuarios se lavan para quitarse la sal y la arena en la playa del Fòrum. "Avisamos al equipo de limpieza el viernes, pero todavía no lo han solucionado. Está todo muy dejado. Es un poco humillante".
Lo más triste para Cristina es que de las dos sillas anfibias que había en la playa del Fòrum y que permiten entrar al mar, una se rompió durante la celebración de la Feria de Abril. La reparación asciende a unos 3.500 euros. No obstante, ni el Ayuntamiento ni los organizadores de la fiesta se quieren responsabilizar. "Mientras se pasan la pelota de unos a otros, nosotros solo tenemos una silla que, además, funciona mal", critica.
AGLOMERACIONES
Durante los últimos veranos, con las medidas del coronavirus vigentes –que contemplaban la distancia mínima entre usuarios– se formaban aglomeraciones en plenos repuntes de la pandemia. Tres años después, el problema no se ha solucionado y las playas accesibles siguen siendo espacios masificados, que condicionan el baño de las personas con discapacidad. Esto se debe a las pocas zonas habilitadas para las personas con discapacidad.
En total, hay tres playas accesibles en Barcelona, algo que para Accessibilitat Ciutat i Platges es "insuficiente". "Nos prometieron un nuevo espacio en la playa de Llevant o Bogatell, pero en las reuniones con el Ayuntamiento no se levantaba acta y se olvidaban". Cristina señala que llevan tiempo pidieron una ampliación de Nova Icària porque la situación actual es insostenible: "Hay mucha gente y estamos hacinados. Casi no se puede ni respirar", lamenta.
DISCRIMINACIÓN
El Ayuntamiento de Barcelona se exculpa de la demora, y lo achaca a que la única empresa que se presentó y ganó el concurso (Aunar) "no pudo acreditar los requisitos necesarios para formalizar la adjudicación de manera imprevista y por razones ajenas al consistorio". Al encallarse la contratación, el gobierno municipal inició un nuevo proceso de contratación del servicio. Para agilizar el proceso, invitó a tres empresas a encargarse del cometido. Contactó con FCC, Ilunion y OHL. Finalmente, la Mesa de Contratación eligió la de Ilunion.
"¿Por qué nadie quiso la licitación?", se pregunta Cristina, a lo que ella misma responde: "Porque no es una licitación digna". Con todo, se sienten discriminados por la administración porque su contrato de playas los considera como "no esenciales". Desde la plataforma claman que son "parte de la ciudadanía" y que quieren disfrutar de las playas, "porque las necesitamos y las queremos". De cara al próximo verano piden que se les reconozca y reclaman que se adapten más zonas de asistencia al baño en otros enclaves de la costa de Barcelona.