La natalidad en Barcelona está en decaída. Así lo corroboran los datos del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), que ha registrado las cifras más bajas desde 1975, año en el que el organismo empezó a contabilizar los nacimientos. Esta tendencia se traduce en un cambio de paradigma en el sistema educativo, sobre todo en las escuelas concertadas, que se enfrentan a una dificultad añadida para conseguir la subvención de la Generalitat.
El descenso demográfico ha sido el causante del reciente cierre de un colegio con más de 84 años de historia en Barcelona, el Sagrat Cor de la calle de Ribes. Este no ha sido el único que ha bajado la persiana. En 2023, lo hizo el centro casi centenario Nostra Senyora del Carme. Desde 2018, también se han despedido de la ciudad la escuela Sant Vicenç de Paül, la Griselda, la Sant Joan Baptista, la Roig Tesàlia y la Mary Ward.
La escuela casi centenaria Nostra Senyora del Carme de Barcelona
Isabel --con un nombre anónimo-- es exdirectora de comunicación de un centro educativo concertado de Barcelona y conoce de primera mano el drama que supone el cambio demográfico. "Hay muy pocos niños para tantos colegios. Si la natalidad sigue bajando, habrá muchos más que tendrán que cerrar", dice en unas declaraciones a este digital.
Una ratio mínimo de alumnos que hay que cumplir
La financiación de las escuelas concertadas va a cargo de las familias y la Generalitat. Normalmente, el gobierno catalán aporta un 60% y los padres el otro 40%. Para conseguir los recursos económicos, las instituciones educativas deben cumplir con una ratio mínima de alumnos por clase. No obstante, puede haber centros educativos --concertados y públicos-- por encima y por debajo de la ratio, ya que la cifra varía en función de la localidad o zona.
No llegar al mínimo de matriculados significa el cese de las subvenciones gubernamentales, pero hay una excepción. Aquellos colegios que se queden a muy pocas matrículas de la ratio disponen de un año extra para recuperarlo. Si en ese segundo curso no llegan al mínimo, se pierde el concierto. Las escuelas que se quedan muy por debajo de la ratio no tienen la oportunidad de recuperarla y, en el siguiente año escolar, ya no cuentan con la ayuda de la Generalitat.
La pérdida del concierto, un 'drama' para las escuelas
Isabel cataloga como un "drama" que una escuela pierda el concierto, ya que solo tiene dos maneras de hacer frente a las consecuencias. La primera y más habitual es que sea el mismo centro el que asuma el coste económico que supone la pérdida de las subvenciones. La segunda --y menos común-- es que aumenten las cuotas a las familias. "Ahora mismo sobran escuelas y está claro que las públicas no las van a cerrar. Las privadas también lo tienen más fácil, ya que hay más oferta y capacidad adquisitiva. Las que tienen todos los números de cerrar son las concertadas pequeñas", dicen las citadas fuentes.
A pesar de que perder el concierto supone una dificultad para cualquier institución educativa, en el caso de los centros con menos alumnos, las consecuencias son aún peores. "Pongamos, por ejemplo, una escuela con cuatro líneas por curso. Si no llega a la ratio mínima en una de las clases, es más probable que pueda hacer frente a los gastos. Pero en una escuela pequeña, si pierde el concierto, seguramente no le salgan las cuentas. Es por este motivo que son los centros pequeños los que acaban echando el cierre", añade Isabel.
Una bajada de la natalidad desigual en Barcelona
El Consorci d'Educació de Barcelona (CEB), por su parte, asegura que al descenso de nacimiento hay que sumarle la tendencia generalizada a la mayor demanda de centros públicos de Barcelona. "Esta bajada de la natalidad no se da igual en toda la ciudad. Hay zonas que pierden más niños y, por contra, otras que ganan", dice en CEB. Teniendo en cuenta estos factores, la Generalitat bajó la ratio de los conciertos, pero, aun así, la situación en la que se encuentran algunos centros concertados de Barcelona sigue siendo delicada.
Evolución de la demanda de colegios en Barcelona
La Fundació Escola Cristiana de Catalunya (FECC) aglutina el 70% de colegios concertados de Catalunya y explica a este digital que el problema "no es específico de las escuelas pequeñas" y que "todas sufren". "Las escuelas grandes también pueden perder líneas y otras pequeñas las pueden ganar. Cada colegio es un mundo y también influye mucho la zona en la que se encuentran".
La FECC remarca que la bajada de la natalidad no solo está afectando a sus instituciones educativas y que las consecuencias las sufren por igual todos los centros concertados. La entidad es consciente de que aquellos que disponen de menos recursos económicos, tendrán más complicado hacer frente a una pérdida del concierto.
Una situación agravada por la sobreoferta de colegios
Para la fundación, para entender la situación de los colegios concertados --aparte de la bajada de la natalidad-- hay que tener en cuenta la sobreoferta de centros educativos en determinadas zonas. Precisamente estos han sido los motivos por los que el Sagrat Cor de Fort Pienc ha tenido que cerrar en contra de su voluntad. Tanto la FECC como varias escuelas concertadas han pedido a la Generalitat más financiación para hacer frente a la situación, que se ha visto especialmente agravada tras la pandemia del coronavirus.
Desde el Departament d'Educació de la Generalitat aseguran que son conscientes de la bajada de la natalidad, un fenómeno que afecta tanto en la escuela pública como en la concertada. Precisamente por eso, en los últimos años, han impulsado una reducción de ratios progresiva desde Infantil 3, una medida largamente reclamada que mejora la atención de los alumnos. "Esto ha evitado que se cierren grupos en un contexto de descenso de la natalidad", aseguran desde el Departament a este digital.
Reducción de la ratio de alumnos
Por otra parte, el gobierno autonómico explica que desde el curso 2022-2023 se ha bajado el número de niños requerido para mantener la financiación de las escuelas privadas: "Si antes de este curso el concierto se mantenía con 20 alumnos por grupo, a partir de entonces, con solo 14 alumnos se podía mantener el concierto. Este hecho ha supuesto una ayuda al mantenimiento de los centros concertados", concluye.