Se cumplen dos meses de huelga indefinida de los trabajadores de atención al cliente de H&M en Barcelona. Son ya unos setenta días de protestas y piquetes informativos frente a las tiendas de la capital catalana para protestar contra un proceso "digitalización agresiva" que el gigante textil está llevando a cabo. Sin embargo, el parón indefinido ha sido una escalada en el conflicto laboral. Ya desde inicios de 2022, los trabajadores han protagonizado manifestaciones, huelgas parciales y otras protestas. 

Este proceso de "digitalización agresiva", asegura CGT a Metrópoli, ha reducido la plantilla en solo un año de 250 a unos 190 empleados y aumentado la carga laboral del personal de oficina. De estos, alrededor de 130 son de atención al cliente. El trabajo, por otro lado, no se ha compensado económicamente y los trabajadores están obligados a adquirir nuevas competencias para absorber las nuevas tareas, derivadas de la automatización y los ceses.

Ahora, la plantilla en huelga planea golpear a la multinacional sueca, liderada por Daniel Ervér, donde más duele: en la temporada de rebajas. ¿Cómo hacerlo? Según el sindicato, "cada día se pierden alrededor de unas 300 llamadas de clientes con problemas en sus compras online o devoluciones (un 80% más)" en los ocho países que se cubren desde Barcelona. Y es que los trabajadores de la capital catalana gestionan el servicio de España, Italia, Francia, Grecia, Chipre, Portugal, Finlandia y Noruega.

Si bien la temporada de descuentos dura aproximadamente un mes, la gestión de compras en línea y devoluciones alarga este periodo sustancialmente, detallan.

Manifestaciones y piquetes informativos

Desde que arrancaron los parones el pasado 25 de abril, el seguimiento por parte de los trabajadores de la capital catalana ha rozado el 40% de media. Además de los trabajadores del departamento de atención al cliente, también "se han sumado empleados de otras secciones", celebran.

Pancarta en una tienda de H&M en Barcelona CGT

Pero el trabajo en la calle, consideran, también es esencial. "Manifestarnos a las puertas de las principales tiendas de Barcelona nos ayuda a hacer mucha divulgación de nuestro problema entre locales y turistas", comentan a este digital.

Todo ello bajo "presiones" de los mandos y managers, denuncian. En estos meses, aseguran que se han producido contrataciones que "vienen a sustituir el trabajo de los trabajadores en huelga, modificando así el plan de contrataciones". Asimismo, la empresa "prohibió los teléfonos móviles" para, consideran, "evitar que los empleados pudieran grabar conversaciones con los jefes". Por ambos temas, se han interpuesto sendas denuncias ante Inspección del Trabajo.

Reivindicaciones

"Sentimos que no se valora la carga de trabajo añadida. Aunque queremos que le vaya bien a la empresa tememos que, si seguimos con la digitalización agresiva, en unos años estaremos hablando de un ERE y no de las reivindicaciones actuales", sospechan.

Así las cosas, reclaman una subida lineal para compensar la pérdida de poder adquisitivo que se arrastra desde la pandemia --y que afecta sobre todo a grandes ciudades como Barcelona--, la implantación de pluses por las nuevas tareas que se cargan en la plantilla. Piden también que se hagan nuevas contrataciones --sin que estas sean precarias--.

El problema, critican, es que desde que arrancaron las conversaciones se han topado con una empresa "que no está por la labor a la hora de conocer la principal reivindicación: la falta de personal". Por tanto, a pesar de que el parón va camino ya a los tres meses consecutivos, "se han hecho muy pocos progresos".

Trabajadores de H&M en una protesta anterior / CEDIDA

Preguntados por este digital, desde H&M aseguran su compromiso "en mantener un diálogo social continuo con los representantes de los trabajadores, con el firme propósito de escuchar las necesidades de los empleados/as y colaborar en la búsqueda de soluciones. La compañía respeta plenamente el derecho de los empleados/as a la huelga, y también apela al respeto hacia aquellos que deciden no participar".

Con todo, el problema permanece enquistado en las oficinas de la capital catalana. En las últimas semanas, el sindicato se ha centrado en la búsqueda de apoyos internacionales, como ha ocurrido con el congreso sindical de H&M celebrado en Alemania. Para combatir la pérdida de ingresos, se ha articulado una caja de resistencia. Por tanto, el conflicto podría alargarse indefinidamente y, mientras tanto, el cliente tendrá que conformarse con la atención online de un ChatBot o esperar hasta que un operador, con suerte, descuelgue el teléfono.