Controladores de accesos de Stride en Barcelona

Controladores de accesos de Stride en Barcelona CEDIDA

El pulso de la ciudad

Habla un extrabajador de Stride, la 'gemela' de Wakeful, de Barcelona: "Llevan sin pagarme desde Navidad"

El exempleado trabajó durante la campaña de Navidad pero, a día de hoy, la polémica empresa todavía le debe dinero

Stride, el 'amigo invisible' de Wakeful que triunfa en la contratación pública de Barcelona

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El tándem Wakeful-Stride sigue metiéndose en líos. Ambas empresas, consideradas del mismo grupo según un informe de Inspección del Trabajo, persisten en su fijación de cometer ilegalidades en el ámbito laboral.

No obstante, cada vez están más acorraladas por las instituciones públicas, que son las que les facilitan los contratos por sus servicios.

Así se desgrana de una conversación que Metrópoli ha mantenido con Marcos --nombre ficticio--, un extrabajador de Stride Services. El que fuera 'empleado' de la contratista, especializada en proveer de personal auxiliar y de control de accesos para eventos, trabajó en varios servicios durante la Navidad en Barcelona.

Carrozas durante la Cabalgata de los Reyes Magos, a 5 de enero de 2025, en Barcelona

Carrozas durante la Cabalgata de los Reyes Magos, a 5 de enero de 2025, en Barcelona Lorena Sopêna - Europa Press

Captación

Marcos relata que, como ha ocurrido en otras ocasiones con la empresa gemela Wakeful Services, llegó a la oferta a través del boca-oreja. Un trabajador, pareja de la encargada de selección de personal, hizo de intermediario. La encargada le pidió los habituales datos para efectuar un contrato, como el DNI, el número de la Seguridad Social, entre otros. 

Ocurrió, en este sentido, lo mismo que relató a Crónica Global otro extrabajador: de pronto le agregaron a un grupo de WhatsApp. En este grupo había un jefe de servicios, Cristian, quien iba colgando ofertas, servicios o 'bolos' para los que se necesitaba personal. 

Familiaridad con Wakeful

Pero si bien había trabajo, el exempleado no había firmado ningún contrato, ni recibido alta en la Seguridad Social. Los logotipos en los grupos de WhatsApp eran prácticamente los mismos que los de Wakeful. Mismo estilo, pero distinta letra, algo que le hizo sospechar.

Los mensajes por el grupo se convirtieron rápidamente en llamadas a horas intempestivas, que podían ocurrir desde bien temprano en la mañana de un día festivo hasta la madrugada en un día cualquiera.

Los pagos, inexistentes

A medida que encadenaba servicios, otros compañeros le relataban que les debían dinero. Sin embargo, que "esperaban que les pagaran porque Wakeful estaba en quiebra, pero con Stride sí había dinero", cuenta.

Los servicios se iban encadenando uno tras otros. Trabajar en Stride era, detalla, vivir bajo un marcaje en el que los jefes de personal y servicios no paraban de escribir y llamar, "insistiendo para seguir empalmando eventos y servicios".

Marcos aguantó solo hasta enero. No le convencía no recibir copia de las nóminas, ni su sueldo, ni estar dado de alta en la Seguridad Social. Pero por el camino, conoció a muchos compañeros en su misma situación: trabajadores en su primer o primeros servicios que habían entrado en la empresa de la misma manera. A buena parte de ellos, Stride también les debía dinero.

Problemas para reclamar

"Lo peor era a la hora de reclamar. Si llamabas a la oficina, te pedían los datos, te decían que lo mirarían y no se volvía a saber nada. Hubo trabajadores que se plantaron de forma presencial y se encontraron con la oficina cerrada. Tras mucha insistencia, alguien llegó para abrir la puerta y se encontraron a trabajadores dentro, que habían estado ignorando a los que estaban fuera", critica.

Había otras cosas que llamaban la atención: "Cuando el jefe llegaba a los servicios lo hacía con un coche con el logotipo de Wakeful, pero los chalecos de los trabajadores era de Stride", comenta.

"Nadie denuncia"

La mayoría de los trabajadores, teoriza, no suele durar mucho, por lo que las cantidades adeudadas suelen ser pequeñas y nadie denuncia. Internamente, se escudan en descuadres entre las fichas de personal originales --previas a cada servicio-- y las que se hacen in situ, con sustituciones de trabajadores y arreglos de última hora.

"Ellos saben muy bien el perfil de gente que buscan: gente que está en situación de vulnerabilidad, que necesita un empleo de forma urgente. Hay también mucho inmigrante sin papeles necesitado de unos ingresos para subsistir", analiza.

"En mi caso, a mediados de febrero, todavía me deben dinero desde Navidad", cuenta.

Amenazas

Para colmo, en el periplo que gran parte de la plantilla ha de recorrer para cobrar, no es raro encontrarse con presiones de miembros de la misma empresa "e incluso amenazas" para dejar de perseguir el pago de las cantidades adeudadas.

A la edición de este artículo, Stride Services no ha dado respuesta a las distintas solicitudes de información y contacto que ha llevado a cabo este digital.