Panteón del Soldado del cementerio de Sant Andreu Barcelona
Los vestigios del franquismo en Barcelona: 50 años tras la muerte de Franco
Medio siglo después del fallecimiento del dictador, la capital catalana se ha deshecho de la inmensa mayoría de ornamentos que recuerdan las cuatro décadas de dictadura
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Era un 20 de noviembre de 1975. La televisión hacía un comunicado especial. España enmudecía. "Españoles, Franco ha muerto", sollozaba Carlos Arias Navarro, por aquel entonces presidente del Gobierno, con un nudo en la garganta.
Se hacía el silencio en todo un país que había vivido 40 años en dictadura. Dentro de cada persona, sin embargo, confluía una mezcolanza de sentimientos. Desde la alegría exacerbada de aquellos contrarios al régimen a la tristeza de los afines. Por el camino, una sociedad que quedaba entre la incertidumbre y la esperanza de un futuro incierto que estaba por venir.
Han pasado, desde entonces, 50 años. Mucho ha cambiado el país. Levantamientos de fosas comunes, localización de asesinados en cunetas, la exhumación del cadáver del dictador y, por el camino, todo un proceso de sustitución y resignificación de la simbología franquista, ya residual en ciudades como Barcelona.
Pero todavía quedan vestigios en la capital catalana que recuerdan la dictadura. Son lugares que fueron importantes para el régimen. Algunos de ellos, incluso, fueron construidos antes. Cabe decir, sin embargo, que la mayoría se han adaptado a tiempos más modernos y su uso se ha extendido a la sociedad civil dentro del marco democrático.
Memoria castrense
En conversación con Metrópoli, Pau Vinyes y Jordi Petit, expertos en la historia de Sant Andreu, recuerdan el Panteón del Soldado del cementerio de Sant Andreu, un elemento inaugurado en 1940 y que, en su día, sirvió como lugar de descanso de los soldados sin recursos. Se encuentra dentro del espacio destinado al cementerio militar --anterior a la dictadura-- dentro del camposanto.
Panteón del Soldado del cementerio de Sant Andreu Barcelona
Hoy en día, los elementos decorativos como el escudo franquista se han retirado y, en su lugar, se ha colocado el escudo constitucional. Todos los 2 de noviembre, se celebra un pequeño acto de homenaje y una misa castrense, esta vez dedicada a todos los militares españoles caídos.
A finales de la década de 1920, comenzó la construcción de las antiguas Casernes de Sant Andreu, la construcción se hizo, sobre todo, durante el periodo republicano, pero durante el levantamiento del 18 de julio de 1936 fue escenario de combates en el que el regimiento local sublevado, junto con unos 200 falangistas, terminó cayendo ante el asalto de fuerzas republicanas y revolucionarios. Se incautaron cerca de 30.000 fusiles.
Última edificación en pie de las Casernes de Sant Andreu Barcelona
Hoy en día se conserva solo una parte del acuartelamiento y un edificio aledaño de viviendas --construidas durante la dictadura -- originalmente destinado a familias de militares. Está contemplado el derribo de este último inmueble. El régimen recuperó los cuarteles tras la Guerra Civil y estuvieron operativos hasta 1997.
Sin placa, en silencio, sin autor, permanece el alto relieve de la calle de Voló, una escultura que, según Vinyes, buscaba resaltar los valores del régimen. Se trata de una obra que sigue la corriente del Realismo Heroico, típico de los regímenes autoritarios del siglo XX.
Alto relieve en la calle de Voló de Barcelona Barcelona
Barcelona, pionera en la retirada de ornamentaciones franquistas
Barcelona, desde la entrada en vigor de la antigua Ley de Memoria Histórica (2007), ha sido pionera en el Estado en la retirada de elementos franquistas de su espacio público, también del renombramiento de calles, plazas o equipamientos.
Prueba de ello es la retirada de la escultura de la Victoria, en 2011, la de José Antonio Primo de Rivera (2009) o el bautizo del parque de Antoni Santirbucio de Sant Andreu, en homenaje al revolucionario que murió en el asalto a las Casernes.
En el marco de la dicha ley y de la posterior Ley de Memoria Democrática, muchos de los elementos retirados de la vía pública no se destruyeron, sino que se almacenaron y son expuestos en recintos museísticos.
Retirada y exposición
El castillo de Montjuïc, que data del siglo XVII, pero que durante la dictadura tuvo un papel crucial en el ejercicio de la represión a la población, es hoy en día uno de estos espacios. De hecho, el monte homónimo albergó también campos de trabajo que hoy en día son espacios verdes y El Poble Espanyol.
No se puede olvidar tampoco la prisión de La Modelo. Fundada en 1904, destacó durante los 40 años de dictadura por albergar a presos políticos, ser un centro de internamiento de homosexuales y tener el dudoso honor de albergar la última ejecución por garrote vil en España, la de Salvador Puig Antich.
Vista exterior de La Modelo / HUGO FERNÁNDEZ
Poco queda ya de la penitenciaría, y su espacio se distribuye entre futuras viviendas sociales, equipamientos varios y espacios culturales dedicados, precisamente, a la memoria histórica.
Las 13 placas
Durante la dictadura, el gobierno nacional-católico impulsó la construcción de un gran parque público de vivienda protegida en toda España, también en Barcelona. Un elemento común que tenían esas viviendas era la placa del Ministerio de Vivienda y del Instituto Nacional de Vivienda, adornado con el yugo y las flechas falangistas.
La placa franquista retirada, con el yugo y las flechas / DGM
La inmensa mayoría de las mismas ya han desaparecido. El portal deberiandesaparecer.com, creado por CCOO a finales de 2024 y destinado a la localización para la eliminación de estos elementos, cifra en 13 las que todavía quedan en la capital catalana. Se distribuyen entre los distritos de Sarrià - Sant Gervasi, Les Corts, Ciutat Vella y el Eixample. ¿Son las únicas que quedan? No, necesariamente, sino las localizadas.
En la actualidad, el portal señala que todavía hay cerca de 3.000 símbolos de la dictadura que todavía no se han retirado en Catalunya. De ellos, algo más de un tercio se encuentran en la provincia de Barcelona.
La comisaría de la Via Laietana
En el centro de la ciudad, en el 43 de la Via Laietana, se encuentra la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Hoy en día reconvertida en comisaría del cuerpo nacional, su historia alberga los horrores de la tortura a detenidos y disidentes del régimen. Son muchas las protestas por parte de sectores de la sociedad civil que han buscado el cierre y reconversión del espacio, quitándole así su función policial.
En abril de este año, la Fiscalía abrió las primeras diligencias para investigar las torturas que, durante años, allí acaecieron con impunidad.
Fachada de la Jefatura Superior de Policía de Via Laietana, a 11 de marzo de 2025, en Barcelona
Medio siglo tras la muerte del dictador, mucho ha avanzado la ciudad en la retirada de elementos, abogando a su vez por un modelo híbrido. Por un lado, mantiene unos pocos en su entorno original, pero retoca ciertos elementos para adaptarlos al periodo democrático. Por el otro, retira y almacena la mayoría de los mismos, catalogados para su exposición.
Además, los distintos gobiernos municipales han apostado por reemplazar la simbología por atriles y placas conmemorativas recordando los horrores de la Guerra Civil española y las cuatro décadas posteriores de represión. El Ayuntamiento de Barcelona dispone de mapas interactivos y rutas en su sitio web para todo aquel que las quiera visitar.
