La decisión del gobierno español de prolongar el estado de alarma, y por ende el confinamiento por la crisis del coronavirus, ha caído como un jarro de agua fría para los vecinos de Barcelona. La medida, que mantendrá en casa a todos los españoles hasta el próximo 11 de abril, ha puesto en alerta a muchos, que han decidido aprovechar la fría y húmeda mañana de este lunes para acudir a los supermercados a comprar provisiones.
La semana ha comenzado gris, con fuertes chubascos, pero a pesar de ello los vecinos de Nou Barris han generado una larga cola en el Mercadona de la calle Inca. Manteniendo el metro y medio de distancia preventiva, la cola de personas ha llegado hasta la calle Sant Iscle, tal y como se puede ver en la fotografía de Metrópoli Abierta.
Los vecinos del barrio han mantenido el tipo, soportando el clima lluvioso, para poder entrar en el supermercado y comprar las provisiones necesarias para pasar los días de cuarentena que quedan en casa. Lo han tenido que hacer a cuentagotas, cumpliendo con las nuevas directrices impuestas por los supermercados para evitar la propagación del Covid-19 y mantener a salvo a sus empleados.
Esta escena se ha repetido en multitud de establecimientos de alimentación de Barcelona. Los ciudadanos de la capital catalana han tomado la decisión del ejecutivo español –que debe ser aprobada próximamente por el Congreso de los Diputados– al pie de la letra. Al igual que con el primer anuncio del estado de alarma, muchos supermercados han agotado existencias esta misma mañana a causa del aumento de visitas a sus centros.