Barcelona se prepara para celebrar un Sant Jordi diferente. Ante las adversidades que impiden celebrar el día del libro y la rosa con normalidad, ha resurgido otra tradición catalana que está triunfando como regalo para el próximo viernes, 23 de abril: el pan de Sant Jordi.
En una pastelería histórica del barrio de Sant Andreu de Palomar llevan "toda la vida" elaborando este tradicional pan que fusiona distintos sabores y colores. Su experiencia y dedicación a lo largo de los años han hecho que Miquel Guich, uno de los propietarios de El Forn del Passeig, gane el primer premio en la cuarta edición del concurso del Mejor Pan de Sant Jordi de Catalunya.
RECETA ORIGINAL
Los participantes del concurso –organizado por la Obra Social Ernest Verdaguer de Panàtics– debían seguir la receta original de 1988 ideada por Eduard Crespo, maestro de la panadería barcelonesa. Guich, que se considera un firme defensor de la "panadería profesional y artesana", agradece que se organicen "este tipo de concursos" porque "se revaloriza la profesión de los panaderos artesanos".
Los ingredientes clave utilizados en todos los panes de la competición fueron la sobrasada –que aporta el tono rojizo a la masa– , las nueces y el queso emmental. Además, las muestras debían cumplir unos parámetros de textura, peso, presentación y fermentación. El jurado, formado por profesores de las escuelas catalanas más importantes, eligió el pan de Guich por su "excelencia artesanal". Las 40 piezas expuestas en el certamen, celebrado en la estación del Nord de Barcelona, tenían un número sin ninguna otra referencia para que fuesen completamente anónimas.
PREMIO TRAS PREMIO
Esta distinción no es la primera que recibe El Forn del Passeig. Además de ser considerada una de las 80 mejores panaderías de toda España, forma parte de la "Ruta del buen pan" –tanto a nivel autonómico como estatal– y en 2017 recibió el Premio al Mejor Pan de Pagès de Cataluña.
Algunos vecinos del barrio que "han crecido" junto a la panadería apuntan que "no es ninguna sorpresa que obtengan el premio" por la "calidad que han ofrecido siempre". No obstante, el galardonado asegura que, pese a las esperanzas y la ilusión con la que se presentó al concurso, "fue una sorpresa ver que quedaba en primera posición". El panadero atribuye el éxito "al trabajo, esfuerzo e ilusión de todo el equipo" y se enorgullece del ejemplar que presentó ante el tribunal.
AUMENTO DE VENTAS
Esta panadería familiar siempre ha destacado por esta variedad de pan. Se trata de un producto que únicamente se vende en época de Sant Jordi, pero sus trabajadores atienden "a bastantes interesados constantemente".
Este año, tras distinguirse como la mejor panadería de Cataluña en la elaboración de este pan, las ventas han aumentado mucho y confían en que "el pan se reafirme dentro de la leyenda de la rosa y el libro". Además, la celebración atípica de este Sant Jordi a raíz de la pandemia del coronavirus "no ha afectado en la demanda" de este producto único.
MANTENER LA TRADICIÓN
Este pan, que oscila entre la modernidad y la tradición, reafirma la importancia de mantener las recetas "inamovibles" de la gastronomía que triunfan con productos frescos y "sin trucos". La clave del éxito del negocio de Miquel, que se trata de una empresa artesanal, está en trabajar con "productos frescos y elaborados a diario" pese a haber dado el salto a sectores "más modernos" como la pastelería o el catering.
Para un barrio lleno de historia como es Sant Andreu de Palomar es "todo un honor" que se popularice una "costumbre única en el territorio catalán" en uno de sus establecimientos más reconocidos. Junto a los conocidos pasteles de Sant Jordi, desde el Forn del Passeig esperan que "el pan se convierta en una alternativa gastronómica popular" para regalar entre los barceloneses cada 23 de abril.