Barcelona es, hoy en día, una de las ciudades más vanguardistas en lo que a innovación culinaria se refiere. El atractivo que ofrece la capital catalana es innegable y, por ello, son miles los chefs que se instalan en la ciudad y montan sus negocios, ampliando constantemente la ya rica oferta gastronómica. Pero ya era así hace tiempo. Algunos de los restaurantes más antiguos de la ciudad gozan de una clara reputación.

Es el caso del 7 portes. Un restaurante que, ubicado en la zona de Pla de Palau, entre los barrios de El Born y la Barceloneta, cuenta con una historia que se remonta a casi dos siglos y que es una parte intrínseca del pasado y el presente de la ciudad. Fue aquí donde se inventó un postre que, algo olvidado ya por su sencillez, hizo las delicias de los paladares barceloneses durante generaciones.

El 'pijama'

El pijama representa un icónico ejemplo de la cocina tradicional española. Este postre clásico, compuesto por flan, helado, fruta en almíbar y nata, solía ser un plato recurrente en muchos restaurantes de España durante las décadas de los 80 y 90. El restaurante pionero en la creación de este postre se enorgullece de mantenerlo en su oferta de postres.

El 'pijama' del restaurante 7 Portes de Barcelona / 7 PORTES

Este postre combina flan, fruta en almíbar, helado y nata, y encuentra su inspiración en el clásico Pêche Melba. En el verano de 1951, era común que los clientes del restaurante, en su mayoría marineros de la VI Flota Americana, solicitaran un Pêche Melba como postre. Este famoso postre de origen parisino fue creado a finales del siglo XIX por el célebre cocinero francés Auguste Escoffier en honor a la famosa cantante de ópera australiana Nellie Melba. Esta delicia francesa combina dos frutas de temporada en verano: melocotones y frambuesas, servidas sobre una base de helado de vainilla. El pijama cambia las frambuesas por la piña en almíbar y le añade guindas confitadas.

EL 7 PORTES

La propuesta de Parellada se hizo muy popular y, con el tiempo, se difundió ampliamente, convirtiéndose en uno de los postres más destacados en muchas zonas turísticas de España debido a su preparación sencilla y delicioso resultado.

El restaurante 7 Portes de Barcelona, uno de los clásicos castigados por la pandemia / ARCHIVO

Fundado en 1836 y convertido en un restaurante en 1929, el 7 Portes ha sabido preservar su esencia a lo largo de los años, convirtiéndose en una parada obligatoria tanto para los habitantes locales como para los visitantes.

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