El panettone tradicional arrasa en Barcelona. Los pasteleros artesanos han registrado un incremento en su demanda durante la última década, sobre todo coincidiendo con las fiestas de Navidad. El Gremio de Pasteleros de Barcelona asegura que las ventas han crecido año tras año, con un aumento de hasta un 300%, favorecido por el impulso del concurso estatal de los mejores panettone. Esto ha hecho que suba la competencia entre pasteleros y, de este modo, mejore el producto.

Los pasteleros defienden que no pretenden sustituir a los turrones y barquillos, dulces también típicos de estas fechas. “El panettone ha venido para quedarse, aunque al principio pensábamos que sería una moda”, explica Jose Romero, profesor de la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona. La afición por el panettone ha hecho que, si antes se elaboraban unas diez unidades por encargo anualmente, ahora se cuenten en cientos.

Reposo del panettone boca abajo en una pastelería de Barcelona LUIS MIGUEL AÑÓN

PANETTONES ARTESANOS

Según Lluís Costa, de la pastelería Vallflorida, el secreto radica en los ingredientes utilizados, a diferencia del producto que puede encontrarse en supermercados o grandes superficies. “Nosotros ponemos vainilla natural y piel de limón, mientras que los grandes almacenes usan colorantes y aromas artificiales”, apunta.

El trabajo artesano, apunta, “es el que marca la diferencia en el producto, algo que también se ve reflejado en el precio”. “Los de los supermercados pueden costar unos cinco euros; los nuestros, 25”, asegura el pastelero, que apuesta por un producto que, a diferencia del industrial, tiene una fecha de caducidad más corta por la calidad de los ingredientes.

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