Terraza de un local de restauración en el Raval

Terraza de un local de restauración en el Raval EUROPA PRESS

Gastro

El postre catalán que no soportan en el resto del mundo pero en Barcelona comen todas las 'tietas'

10 septiembre, 2024 08:35

Los carquiñolis son un postre tradicional de Catalunya, especialmente popular en Barcelona, donde las tietas los consumen con frecuencia acompañados de café o vino dulce. Sin embargo, a pesar de su relevancia en la cultura catalana, este dulce no ha logrado conquistar paladares fuera de la zona, generando opiniones muy divididas entre vecinos y extranjeros.

A simple vista, los carquiñolis son unas pequeñas galletas duras y crujientes elaboradas con ingredientes simples: harina, azúcar, almendras y huevo. Aunque se podría pensar que estos ingredientes agradarían a cualquiera, la realidad es que muchos fuera de Catalunya los encuentran demasiado duros o secos para su gusto. En contraste, para los catalanes, sobre todo para las tietas barcelonesas, los carquiñolis son un dulce de toda la vida, ligado a las sobremesas familiares y a momentos entrañables.

Una textura peculiar y un sabor único

Uno de los principales aspectos que genera rechazo hacia los carquiñolis en otras partes del mundo es su textura. Estas galletas son conocidas por ser bastante duras, lo que hace que algunas personas las consideren difíciles de comer si no se acompañan con un líquido para ablandarlas. Mientras en Catalunya se suelen mojar en café, vino dulce o incluso en agua, en otras culturas más acostumbradas a postres suaves, los carquiñolis pueden resultar una experiencia culinaria poco placentera.

Carquiñolis en una imagen de archivo

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El sabor de los carquiñolis es otro de los elementos que provoca opiniones encontradas. No son extremadamente dulces, lo que puede sorprender a quienes esperan un postre más azucarado. Las almendras, que suelen ser protagonistas en la receta, añaden un toque ligeramente amargo y terroso, lo que a menudo los convierte en un dulce que necesita un paladar acostumbrado a lo rústico. Mientras tanto, las tietas los disfrutan por su simplicidad y por el hecho de que no empalagan, siendo perfectos para un bocado entre conversaciones.

Carquiñolis: un símbolo de tradición catalana

A pesar de su impopularidad fuera de Catalunya, los carquiñolis tienen un profundo arraigo en la cultura catalana. Su origen se remonta a varios siglos atrás, y a día de hoy siguen presentes en muchas mesas catalanas, especialmente en las de las personas mayores. Las tietas son quizás las mayores defensoras de este dulce, transmitiendo su pasión por los carquiñolis a las nuevas generaciones durante reuniones familiares y festivas.

El hecho de que los carquiñolis no sean ampliamente aceptados fuera de Cataluña podría explicarse en parte por la tendencia global hacia postres más suaves y cremosos, como las tortas o los pasteles. Sin embargo, los catalanes valoran estos pequeños dulces como una pieza clave de su identidad gastronómica. Para muchos, es un postre que evoca recuerdos de infancia y, por tanto, es un símbolo de la tradición familiar.

¿Un gusto adquirido o un placer reservado?

Al final, los carquiñolis representan un gusto adquirido. A quienes crecen con ellos, como las tietas de Barcelona, les resultan reconfortantes y deliciosos, mientras que para otros, su dureza y simplicidad no alcanzan el estatus de "delicia". A pesar de esto, los carquiñolis continúan ocupando un lugar especial en la gastronomía catalana y seguirán siendo un postre que las tietas disfrutarán, sin importar si fuera de Catalunya no son tan populares.