Montaje de Dalí con su restaurante favorito de Barcelona
El restaurante que consiguió la primera estrella Michelin de Barcelona: el favorito de Salvador Dalí y con 3 soles Repsol
Desde los años sesenta, combina historia, excelencia gastronómica y clientes icónicos
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Barcelona siempre ha sido sinónimo de excelencia culinaria, pero hubo un momento en que alcanzar una estrella Michelin parecía inalcanzable.
En la década de los años sesenta, cuando la cocina catalana aún buscaba su identidad moderna, un restaurante decidió elevar la experiencia gastronómica a otro nivel, marcando el inicio de una nueva era en la ciudad.
Salvador Dalí junto a sus amigos en el restaurante Via Veneto* de Barcelona
Los manteles blancos y el servicio impecable se convirtieron en símbolos de distinción, y detrás de este cambio estaba un establecimiento que hoy sigue siendo un referente de elegancia y tradición.
Nacimiento y filosofía de Via Veneto
Ese lugar es Via Veneto, ubicado en la calle Ganduxer, en pleno corazón de la zona alta de Barcelona. Abrió sus puertas en 1967, impulsado por el empresario cultural Oriol Regàs, quien imaginó un espacio moderno, sofisticado y con atención al detalle poco habitual para la época.
Al frente del comedor situó a José Monje, figura clave que se convertiría en el alma del restaurante y en garante de la hospitalidad clásica que aún define el lugar.
Un punto de encuentro para la alta sociedad
Via Veneto se consolidó rápidamente como un referente social, atrayendo a artistas, políticos y personalidades internacionales que buscaban discreción, elegancia y un servicio cuidado.
Entre ellos, destaca Salvador Dalí, cuyas visitas se convirtieron en un espectáculo dentro del propio restaurante.
Salón del restaurante Via Veneto
El ambiente, la puesta en escena y la cocina de alto nivel hicieron que Via Veneto fuese mucho más que un restaurante: era un lugar donde la cultura, el lujo y la gastronomía se encontraban.
Reconocimientos y logros
En 1974, apenas siete años después de su apertura, Via Veneto obtuvo la primera estrella Michelin concedida a un restaurante de Barcelona, situando la ciudad en el mapa de la alta cocina europea. Mantener ese reconocimiento durante décadas ha sido posible gracias al respeto por la tradición y a una renovación discreta pero constante.
Además, ha conseguido tres Soles de la Guía Repsol, el Premio Nacional de Gastronomía en cinco ocasiones y una cava con más de mil referencias, alabada por críticos de todo el mundo.
El restaurante favorito de Dalí
Dalí convertía cada cena en una performance, ocupando siempre la misma mesa y sorprendiendo con su humor excéntrico. En una ocasión pidió que se colgaran longanizas como collares, mostrando su carácter teatral y provocador.
Pere Monje dueño de Via Veneto Barcelona
El artista encontraba en Via Veneto un refugio donde la cocina y el lujo se combinaban con su mundo surrealista. Los camareros recuerdan su cercanía con el personal y cómo siempre felicitaba al chef tras cada velada.
Platos icónicos que definen la casa
Entre los platos estrella se encuentra el pato “a la presse”, preparado según la tradición francesa y servido en dos pases utilizando una prensa de plata.
Otros clásicos son la tartaleta de salmonetes a la Provenzal, el pichón “royal” a la catalana y la crêpe Suzette flambeada, presentada frente al cliente.
La carta incluye además platos de temporada que actualizan la cocina catalana sin perder su esencia, manteniendo a Via Veneto vigente y competitivo en una ciudad gastronómicamente cambiante.
Interior del restaurante Via Veneto, con una Estrella Michelin
El menú principal, con aperitivos y siete pases, tiene un precio de 165 euros sin maridaje, y 230 euros si se acompaña con los mejores vinos y cavas.
Un legado que perdura
Via Veneto no solo simboliza el pasado glorioso de la gastronomía barcelonesa, sino también su capacidad de adaptación y permanencia.
Cada detalle, desde la vajilla hasta el servicio, cuenta una historia, y cada plato refleja la armonía entre tradición, producto y elegancia.
Allí, entre copas de cristal y manteles inmaculados, se respira la huella de quienes hicieron de la mesa un verdadero arte, convirtiendo el restaurante en un emblema histórico y cultural de Barcelona.
