Barcelona ha sido coronada como una de las ciudades más potentes en su gastronomía, tras arrasar en la gala de las estrellas Michelin. Entre los galardonados, se encuentran algunos restaurantes que han irrumpido con fuerza en este prestigioso certamen, y hay uno en concreto que ha enamorado a la ciudadanía de la capital catalana.
Se trata del restaurante Kamikaze, en pleno corazón del Eixample, ubicado en la calle Rosselló número 197. Este establecimiento ha conseguido su primera estrella, y ha sido fruto de la reinvención de la cocina arriesgada y capitaneada por los chefs Enric Buendía y Camila Delani.
En su carta, Kamikaze apuesta por una fusión creativa donde la tradición asiática —con raíces japonesas evidentes— se mezcla con influencias mediterráneas y catalanas. Ingredientes de proximidad, productos de temporada y una interpretación actual de sabores son la definición de este negocio.
Menú degustación
Sin duda, uno de los grandes protagonistas de Kamikaze es su menú degustación. Esta opción es la única fija que tiene el restaurante, y no hay ninguna variación al respecto, solo se transforma dependiendo de las estaciones del año.
Asimismo, consta de 18 platos variados con la esencia japonesa mezclada con productos españoles. Se destacan la caballa umeboshi, gamba pandang, crujiente madurada y paté bulgogi o esqueixada, entre otros.
Esta propuesta gastronómica que viaja entre dos mundos tiene un precio cerrado de 85 euros, uno de los más bajos en comparación con los demás restaurantes laureados en la histórica guía. Este punto convierte al local en una alternativa especialmente atractiva para el público general.
Plato del restaurante Kamikaze
Técnica de nivel
El nivel de técnica en la cocina no deja dudas: Buendía —con anterior paso por cocinas reconocidas como Disfrutar— imprime en cada plato la maestría que caracteriza a los grandes chefs, pero sin caer en la grandilocuencia.
La propuesta es sencilla en su estructura: un menú degustación que avanza por etapas, creada con mimo y coherencia.
Criterios
El reconocimiento concedido por la Guía Michelin responde a varios criterios que Kamikaze cumple con creces: técnica depurada, creatividad, coherencia en su propuesta gastronómica y capacidad de innovar sin perder raíces.
Plato del restaurante Kamikaze
Además, su apuesta por una fusión asiático-mediterránea con una identidad clara y definida, su menú degustación equilibrado, y el uso de producto de temporada lo hacen destacar en un panorama gastronómico cada vez más competitivo.
El resultado es un restaurante con alma: vanguardia culinaria, sabor con personalidad y una experiencia cuidada en todos sus detalles —sin pretensiones, pero con ambición.
Kamikaze representa hoy una de las citas imprescindibles para quienes buscan en Barcelona una experiencia en el terreno culinario algo diferente.
Ambiente "japo-catalán"
Y aunque el restaurante pisa fuerte con su propuesta culinaria moderna, el ambiente mantiene una sofisticación discreta: un espacio íntimo, con pocas mesas, donde el trato cercano y atento al comensal refuerza la experiencia.
Plato del restaurante Kamikaze
El interior inspira a la idea japo-catalán, ornamentado con cortinas noren --tradicionales japonesas-- que dan la bienvenida a la experiencia de todos los comensales.
Además, esta curiosa entrada da el primer paso a un comedor de unas cuatro mesas, acompañado de un pasillo donde se vislumbra la cocina mediante una cristalera. Kamikaze cuenta con otro comedor y paredes decoradas con ladrillo, lámparas y un hilo musical al fondo.
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