Un trabajador de la Pastelería Ochiai preparando cruasanes

Un trabajador de la Pastelería Ochiai preparando cruasanes Òscar Gil Coy Barcelona

Gastro

Mochis, dorayakis y cruasanes de té matcha: cuatro décadas de alta repostería japonesa en Barcelona

Con solo 15 años Takashi Ochiai tenía claro que quería ser pastelero y, tras formarse en varios países, en agosto de 1983 inauguró su pastelería en la Esquerra del Eixample junto a Carme, su mujer

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Cuando Takashi se enamoró de Carme, firmó su futuro en Barcelona. Se conocieron en Londres, en una academia de inglés, donde él llevaba un par de años trabajando en el sector de la restauración.

Takashi Ochiai nació en Nigatta, un pequeño pueblo costero al norte de Japón. Su familia se dedicaba al cultivo de arroz; sin embargo, él tenía otros planes y con solo 15 años se fue a Tokio a formarse como pastelero.

Fue entonces cuando descubrió su gran pasión, la repostería, y decidió trasladarse a Europa para perfeccionar su técnica.

Un trabajador de la Pastelería Ochiai preparando cruasanes

Un trabajador de la Pastelería Ochiai preparando cruasanes Òscar Gil Coy Barcelona

La primera pastelería japonesa

Ochiai empezó a formarse en Bruselas, donde estuvo un año, y después en Londres, donde se cruzó con Carme Martí, su mujer, que hacía de au-pair en la capital inglesa. 

Nacida en Molins de Rei, es la responsable de que, 40 años después, Takashi regente uno de los obradores más reconocidos de Barcelona: la pastelería Ochiai. Todo un símbolo de la gastronomía nipona en la Esquerra del Eixample.

Pero no solo eso, se trata también de la primera pastelería japonesa de la ciudad, abierta desde 1983. Un sueño hecho realidad que Takashi, con sus más de 70 años, sigue disfrutando. Cuenta a Metrópoli que no quiere jubilarse y que solo lo hará cuando alcance la perfección. Una excusa perfecta para no dejar de hacer nunca lo que a uno le apasiona.

Fusión de culturas

Su historia la conoce de sobras Jordi Morelló, responsable del obrador de Ochiai y uno de los pasteleros en los que Takashi más confía. Lleva 17 años trabajando mano a mano con él, de quien destaca la libertad que deja a la hora de trabajar.

“Nos permite explorar nuevas técnicas mezclando ingredientes japoneses como el té verde o la sakura con elaboraciones típicas catalanas”, explica en conversación con este medio.

Jordi Morelló, responsable del obrador de Ochiai desde hace 17 años

Jordi Morelló, responsable del obrador de Ochiai desde hace 17 años Òscar Gil Coy Barcelona

Influencia del manga

De los japoneses, Morelló admira su exigencia y perfeccionismo. Dos aspectos que han incitado a todo el equipo a hacer las cosas lo mejor posible. “Son muy metódicos, intentan que todas las elaboraciones sean iguales, y aquí a veces no prestábamos tanta atención”, afirma.

En los inicios de Ochiai, solo elaboraban dulces tradicionales catalanes, pero, poco a poco, introdujeron ingredientes y recetas más orientales, juntamente con postres franceses. Esto amplió su abanico de público, que además ha ido creciendo por la influencia del manga entre las nuevas generaciones.

“Nuestro cliente mayoritario es gente del barrio, aunque cada vez tenemos más compradores asiáticos: de Japón, China o Corea”, explica Morelló a este digital.

Entrada a la pastelería Ochiai

Entrada a la pastelería Ochiai Òscar Gil Coy Barcelona

Más de 40 años en Barcelona

Todo empezó un 28 de agosto de 1983 en la esquina Compte d’Urgell con Consell de Cent, donde estaba la antigua pastelería Aldomà. El día de la inauguración, tanto Takashi como Carme estuvieron acompañados de sus familiares. Padres, hermanos, incluso primos, como Tsuyoshi, acudieron a la apertura de la pastelería Ochiai.

Un día que quedó retratado con una fotografía y que mantiene vivo el recuerdo de los inicios de Takashi en la ciudad.

Takashi Ochiai (izq) junto a su mujer Carme y su primo Tsuyoshi el día de la inauguración de la pastelería en Barcelona

Takashi Ochiai (izq) junto a su mujer Carme y su primo Tsuyoshi el día de la inauguración de la pastelería en Barcelona Takashi Ochiai

En su pastelería, Takashi puso en práctica todo lo que había aprendido durante sus años de formación por Europa, así como en su paso por una pastelería de Sants, donde estuvo dos años y medio estudiando el recetario tradicional catalán. Carme, en cambio, trabajaba como costurera en Santa Eulalia, una prestigiosa tienda de ropa de paseo de Gràcia.

El mochi, un best-seller

Takashi empezó ofreciendo aquello que los vecinos de la zona más conocían, y poco a poco incorporó sabores y texturas propias de su país de origen, animado por un japonés que trabajaba en Panasonic.

El pastelero japonés, Takashi Ochiai

El pastelero japonés, Takashi Ochiai Takashi Ochiai

“El mochi es el producto que más se vende”, explica el responsable del obrador a este diario. Los preparan de té verde, fresa, mango, wasabi, vainilla… De hecho, cuentan con marca propia, Mochiais, que comercializan también en restaurantes.

Mejor maestro pastelero

Los cruasanes son otro de sus best sellers. En 2013, fueron reconocidos por preparar el mejor croissant artesano de mantequilla de España, y al año siguiente proclamaron a Takashi el mejor maestro pastelero.

También son expertos haciendo panettone, muy típico en esta época y cada vez más popular entre los japoneses. De hecho, siempre que Takashi viaja a Japón se lleva unos cuantos en la maleta. “Les encanta por su textura, que es muy esponjosa”, señala Morelló.

Panettones de la pastelería Ochiai

Panettones de la pastelería Ochiai Òscar Gil Coy Barcelona

En el obrador, los que más éxito tienen son los de chocolate blanco, té verde, jengibre y limón, y el de sakura, la flor del cerezo. Su precisión en la elaboración les otorgó en 2018 un premio por preparar el mejor panettone.

Ingredientes traídos de Japón

Si algo caracteriza a Takashi es su delicadeza a la hora de trabajar. En Japón, el término que se utiliza para describir la pastelería tradicional es wagashi. Allí trabajan con las manos, los detalles los hacen con pinzas y los pintan con colores a mano. Es un trabajo minucioso que Takashi ha enseñado a sus empleados y que aún sigue poniendo en práctica.

“Viene de vez en cuando a hacer bombones o turrones. El chocolate es su gran pasión”, explica Morelló. También le gusta hacer helados y dorayakis.

Cruasanes de la pastelería Ochiai

Cruasanes de la pastelería Ochiai Òscar Gil Coy Barcelona

El sabor que más triunfa es el de té macha, cuyas hojas cosechan y secan antes de enviar a Barcelona desde hace 35 años en la ciudad de Nagoya. Para Takashi, la calidad del producto es muy importante, por eso muchos de los ingredientes de la pastelería llegan directamente de Japón, como la harina de arroz, la flor del cerezo o la judía dulce. 

Desde hace unos años, al frente del negocio está Ken Ochiai, su hijo. “Él se encarga de las relaciones con los restaurantes y de buscar nuevos clientes y productos”, explica Morelló a este digital.