Los míticos Cines Texas de Barcelona reabren sus puertas este mes de octubre tras más de tres años con la persiana bajada. Se trata de uno de los locales más emblemáticos del distrito con más de un siglo de historia. Fue el cineasta Ventura Pons quien adquirió las salas en 2013 y, desde entonces, se convirtió en el epicentro cultural más importante de Gràcia. En marzo de 2020, a raíz de la crisis del coronavirus, tuvo que echar el cierre en contra de su voluntad y, tras siete meses, se hizo oficial que la clausura era definitiva.
Isona Passola --presidenta del Ateneu Barcelonès-- y Ana Rosa Cisquella --productora ejecutiva de Dagoll Dagom-- querían darle una segunda oportunidad a los Cines Texas de Barcelona. Su reapertura es fruto de una reivindicación de los vecinos, que se negaban a perder para siempre un sitio que tanta vida daba al barrio. La plataforma Salvem el Texas pretendía recuperar lo que consideraban un lugar de culto para el cine en catalán. Tras tres años de mucho esfuerzo y dificultades, por fin han conseguido su objetivo: el próximo 27 de octubre abrirá sus puertas.
Passola asegura que no ha sido trabajo fácil: "Aquí hay sangre, sudor y lágrimas", dice la directora de cine en catalán, que ha dado todo tipo de detalles sobre la reinvención de los Cines Texas, que pasarán a ser el nuevo Espai Texas, ubicado en la calle de Bailén 205. Innovación y creatividad son los dos conceptos clave que mejor describen cómo será el establecimiento: ya no será una simple sala de cines. Cisquella y Passola apostarán por un público diversificado, ofreciendo un teatro con aforo para 200 personas, diseñado por el arquitecto Francesc Guàrdia, que también está detrás de la reforma del Teatre Lliure de Gràcia y el de Montjuïc.
LA REMODELACIÓN DE LOS ANTIGUOS CINES TEXAS DE BARCELONA
El cine, que había sido el pilar clave del local, seguirá formando parte del Espai Texas. Tendrá dos salas donde se emitirán películas de reestreno y producciones en versión original con subtítulos en catalán por tan solo seis euros. La oferta cultural no se limitará solo al cine y al teatro: los conciertos, pódcasts, presentaciones de libros, festivales musicales y eventos de poesía y danza también serán bienvenidos.
El objetivo es claro: que vuelva el optimismo a la cultura barcelonesa y que se convierta en un punto de encuentro entre vecinos y artistas. Passola y Cisquella quieren sea un referente cultural en la capital catalana, superado las fronteras intergeneracionales para que todo el mundo se sienta acogido. En la programación filmográfica habrá películas como Barbie, Los consejos de Alice, La profesora de Piano y Lola y sus hermanos, entre otras.
LA APERTURA SERÁ EL 27 DE OCTUBRE
La apertura de la sala de teatro se ha realizado en colaboración con el Ayuntamiento de Altafulla, que ha cedido al Espai Texas las butacas de la sala de teatro. Esto es "una demostración más del espíritu del proyecto", que apuesta por la colaboración y sostenibilidad cultural. A partir del 27 de octubre, los asistentes podrán disfrutar de la obra Pongo, a la que los espectadores tendrán que acudir con sus propios pongos, que es la denominación popular de aquellos objetos que todo el mundo tiene en casa y que nadie sabe qué hacer con ellos. Al día siguiente, Israel Solà se estrenará con Austràlia, una comedia dramática basada en hechos reales. A partir de febrero de 2024, habrá representaciones de Fairfly, Nua (radiografia d'un transtorn), Cicle de dansa, Boja y mucho más.
UNA OFERTA GASTRONÓMICA BASADA EN EL 'FAST GOOD'
También tendrá con un bar con una oferta gastronómica basada en el fast good, con un concepto inventado por el chef Ferran Adrià que dará a los comensales la oportunidad de saborear comida rápida dentro del marco de una alimentación saludable. Apostará por latas en conserva, pequeños platos para degustar y los famosos bikinis, que contarán con ocho versiones actualizadas, entre las que destaca la de mortadela trufada.
La historia del Espai Texas se remonta a 1912, cuando abrió en el antiguo solar que había acogido al Centro Recreativo La Valkyria. En 1929, pasó a manos de la empresa Delicias. Durante la Guerra Civil, los republicanos convirtieron este espacio en un comedor social infantil. De 1947 a 1952, Franco devolvió el local a sus antiguos propietarios hasta que un empresario compró el espacio, que acabó dando nombre al Cine Texas. No fue hasta la década de los 90 cuando se reconvirtió en el cine multisala Lauren Gràcia, que en 2013 pasó a manos de Ventura Pons, recuperando la denominación de Cine Texas.
La crisis del coronavirus hizo estragos en el cine de Gràcia, que se vio obligado a despedirse de la ciudad en contra de su voluntad. Tras mucho esfuerzo, paciencia y una inversión de 606.000 euros, vuelve a Barcelona la semana que viene. El coste de las obras de rehabilitación ha sido de 402.000 euros; el equipamiento técnico, de 100.000 euros; la campaña de comunicación, de 20.000 euros y los gastos generales hasta la apertura, de 84.000 euros.
INVERSIONES Y FINANCIACIÓN DEL ESPAI TEXAS, EL NUEVO EPICENTRO CULTURAL DE GRÀCIA
En cuanto a las fuentes de financiación, han recibido una subvención de 251.436 euros por parte de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música. De los patrocinios privados y aportaciones por micromecenazgo han conseguido 166.063 euros, de la aportación personal de los socios del Espai Texas 150.000 y 38.500 de otras subvenciones. Òmnium Cultural, Abacus y Parlem también han sido tres de los colaboradores del proyecto, que pretende convertirse en el nuevo epicentro cultural de Gràcia, fomentando la creación de la cultura catalana y contemporánea a precios populares.