Corría mayo de 2007 e Imma Mayol, candidata de ICV a la alcaldía de Barcelona, ofrecía un mitin dentro de la campaña de las municipales. El acto fue boicoteado por una mujer con un antifaz que vestía de Supervivenda. Esta persona no era otra que Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona y presidenta del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). En el que podría ser el primer encuentro público entre Colau y Mayol, la ahora primera edil de la ciudad tildaba a la entonces candidata ecologista de "fuerzas malignas" que "intentan atentar contra el derecho fundamental a la vivienda" y le ponía en el vídeo de promoción de la acción cuernos de demonio.
Mayol se miraba aquella escena sorprendida. Incluso parece que pregunta a algunos de sus compañeros de partido quién es aquella joven que les interrumpe. 12 años después, aquel encontronazo parece olvidado. Quedó claro en la toma de posesión de Colau en junio de 2019 gracias a los votos de Manuel Valls. Ella y Gala Pin "parecían dos hooligans", explican testigos presenciales. Poco después, Colau colocó a Mayol como directora del área de Ecología del AMB. Se trata de un cargo de confianza por el que Mayol cobra 107.000 euros brutos al año. La exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona está siendo investigada por un presunto delito medioambiental por vertidos de aguas fecales en el mar por parte de de una depuradora de EMAYA, empresa municipal de Palma de Mallorca, que gestiona la red de alcantarillado y el agua, de la que Mayol fue gerente.
LA PAREJA, EL 'EXCONSELLER JOAN SAURA
Pero, ¿quién es Imma Mayol? Nacida en 1958 en Palma de Mallorca, es licenciada en Psicología, está casada con el que fuera conseller de Interior del gobierno tripartit de la Generalitat, Joan Saura, y tiene dos hijos. Estuvo afiliada al Partido Comunista de las Islas Baleares y, desde 1978, al PSUC. También forma parte de ICV desde su fundación. A lo largo de su trayectoria, Mayol ha sido diputada en el Parlament de Catalunya (entre los años 1992 y 1999) y concejal del Ayuntamiento de Barcelona (entre 1999 y 2011), donde fue teniente de alcaldía de los gobiernos encabezados por Joan Clos y Jordi Hereu.
Exaltos cargos del Ayuntamiento de Barcelona que compartieron con ella varios mandatos la recuerdan como "una ecopija afable y dialogante", pero de "planteamientos frívolos". Mantuvo posiciones más centristas que Colau, que es "más visceral y suele buscar el enfrentamiento". Entre las responsabilidades de gobierno que tuvo figuran la gestión de Salud Pública y Medio Ambiente. Bajo su mando estuvieron, por ejemplo, las presidencias de los institutos de Parques y Jardines y Salud Pública y de la Agencia de la Energía de Barcelona.
"ANTISISTEMA CON COCHE OFICIAL"
A lo largo de sus 12 años al servicio de Barcelona, por decirlo de alguna manera, Mayol protagonizó varios sainetes dignos de mención. En 2007, dijo que se sentía "antisistema" por rebelarse contra las injusticias. Las declaraciones le supusieron una alud de criticas. Especialmente sarcástico estuvo Xavier Trias, que la definió como "antisistema con coche oficial". Hasta el PSC, su socio en el gobierno, le recriminó sus palabras. El por aquel entonces primer secretario de la Federación de Barcelona, Joan Ferran, le soltó que se pensara dos veces las palabras antes de decirlas para no dar alas a la oposición.
También fueron sonados sus encontronazos con Alberto Fernández Díaz en los plenos. En una ocasión, el líder del PP la acusó de gastar más dinero en los plumones de los directivos de los Parques y Jardines que en los de los trabajadores. Fernández también le sacó los colores por los gastos en comidas y le espetó que había cambiado "la hoz y el martillo por el cuchillo y el tenedor". No acabó aquí la cosa entre los dos. En 2009, el PP denunció lo que consideraba un "gasto ridículo y absurdo": estudios sobre las cotorras de la ciudad por valor de más de 50.000 euros. Fernández los llegó a considerar una "inmoralidad".
DE LAS 'NARCOSALAS' A LOS PESEBRES GROTESCOS
Con Mayol en el Ayuntamiento se desplegaron las narcosalas, como la de Drassanes y Vall d'Hebron, con fuerte oposición vecinal y cortes de la ronda de Dalt en la segunda. Mayol hasta quiso abrir una en Nou Barris, pero se encontró con la oposición total del concejal del PSC, José Cuervo, Pepe para los amigos. La edil también fue responsable de una nueva contrata de limpieza, la ordenanza de energía solar y la llegada de la recogida orgánica a toda Barcelona. Como presidenta de Parques y Jardines vivió varios conflictos laborales y fue una de las artífices en convertir el pesebre de la plaza de Sant Jaume -lo montaba Parques y Jardines- en algo "grotesco". En 2004 se incorporó un butanero y en 2005 se sacó al tradicional caganer, citan excompañeros de pleno.
Pero si por algo serán recordadas las Navidades de Mayol en el Ayuntamiento es por los abetos a pedales que se iluminaban por el esfuerzo del ciclista de turno. La iniciativa, presentada en 2008, fue muy críticada y le costó a la ciudad 214.000 euros. Fueron situados en puntos céntricos, pero un año más tarde el ruido mediático los desterró al Salón de la Infancia de Montjuïc donde pasaron sin pena ni gloria. En 2011, con Trias en la alcaldía, los abetos a pedales seguían costando dinero a las arcas municipales: entre 6.000 y 8.000 euros al año en almacenes para guardarlos. El entonces concejal de Comercio, Consumo y Mercados de CiU, Raimond Blasi, dijo que el Ayuntamiento no seguiría pagando ese gasto y con el tiempo los abetos fueron destruidos.
LOS COMUNES SE SALTAN SU CÓDIGO ÉTICO
Mayol está siendo investigada por la Fiscalía de Medio Ambiente de Palma de Mallorca por un presunto delito ambiental y por presunta malversación de fondos públicos. La Guardia Civil entró en el domicilio barcelonés de Mayol en verano de 2019 en busca de pruebas. Los agentes registraron su ordenador y el móvil, pero la exregidora se negó a declarar. Con su nombramiento como directora del área de Ecología del AMB, Barcelona en Comú se está saltando su propio código ético, que dice que un cargo público de la formación debe dimitir o ser cesado de forma inmediata si está investigado por "delitos relacionados con corrupción, prevaricación con ánimo de lucro, tráfico de influencias, enriquecimiento injusto con recursos públicos o privados, soborno, malversación y apropiación de fondos públicos", subraya textualmente el punto 3.6 del código de los comunes.