2.300 personas viven en las 914 viviendas que conforman los conocidos bloques del barrio de la Florida de L’Hospitalet de Llobregat. Cualquiera de sus vecinos conocen a Morad, el cantante de moda del género trap al que hace unas semanas Jordi Évole entrevistó en el estreno de su nuevo programa.

Cuando los residentes de este conjunto de edificios construidos en 1955 vieron la entrevista no lo podían creer. El relato no se asemejaba a la realidad que "malviven" a diario al convivir cerca del intérprete y su grupo de amigos.

Jordi Évole y Morad durante la entrevista / LA SEXTA

IMPERA EL INCIVISMO

Fuentes vecinales, que prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias, explican la "pesadilla" que comporta vivir en los bloques de este barrio trabajador desde que Morad y sus amigos tomaron el territorio. Hace dos años que las personas que viven en la plaza de los Blocs de la Florida no descansan con tranquilidad.

Según explican las fuentes a este medio, todas las noches “un grupo grande de personas hace botellón, consume sustancias estupefacientes, charla con la música a un volumen muy alto e incluso quema contenedores”. Los vecinos cuentan que la situación se agravó cuando Morad comenzó a despuntar en el mundo de la música urbana. Decenas de jóvenes de otros barrios se sintieron atraídos por el Mec de la rue (chico de la calle, en francés), como se hace llamar, y su presencia no tardó en hacerse notar en la zona. Desde entonces se producen escándalos nocturnos cada noche. “En verano empeora la situación”, detallan las fuentes, que explican que el buen tiempo atrae a más gente y hace que se queden hasta más tarde. Los residentes también comentan que “cuando Morad está de gira” hay una mayor tranquilidad en la zona.

Es fácil identificar al grupo de Morad cuando llega a la plaza. Todos ellos son hombres jóvenes que visten chándales Lacoste, Kipsta o la equipación del Paris Saint Germain. Calzan deportivas Nike Airmax o chanclas Adidas con calcetines de otras firmas deportivas. 

Plaza de los bloques del barrio de La Florida de L'Hospitalet donde se reúnen cada noche Morad y sus amigos / MA

LEY DEL SILENCIO

En el territorio de Morad El Khattouti El Horami –nombre real del intérprete–, reina la ley del silencio. Los vecinos tienen miedo a denunciar los escándalos nocturnos, el olor a marihuana que entra por sus ventanas o la música atronadora que retumba en sus paredes. En muchas de sus canciones, el cantante deja claro que “odia a los picolos”, algo que demuestra en la realidad. Cada vez que un vecino llama a la policía quejándose del barullo que forman el MDLR y su banda, asume las consecuencias del chivatazo. “Están amenazados, a una vecina le destrozaron los cristales a pedradas por chivarse y a otro le dijeron que le iban a quemar la casa”, explica el vecindario. La disposición de los edificios y la plaza, con efecto panóptico, no ayudan. Los vecinos oyen todo lo que ocurre, pero las personas que arman jaleo tienen acceso visual a todos los domicilios.

“Las llamadas que tienen que hacer a Guardia Urbana y Mossos, a escondidas, temerosos por las amenazas que les gritan”, explicó en sus redes sociales Lola Ramos Zafra, regidora de La Florida y Pubilla Cases, en referencia al temor de los vecinos la noche en la que se emitió el programa de Évole. Aparte de dejar claro que las imágenes y declaraciones del cantante en televisión no se correspondían a la realidad, la política hospitalense añadió que los “trabajadores de la limpieza tienen que recoger toda la basura que dejan a diario en la zona de Bloques” Morad y sus amigos.

Tal y como informó Metrópoli, a los vecinos de la Florida no les queda otra que explicar su situación a través de chats en las redes sociales, donde pueden proteger su identidad bajo un apodo falso.

Mural en uno de los bloques del barrio de La Florida de L'Hospitalet / MA

L'HOSPITALET PIDE MÁS MOSSOS D'ESQUADRA

Desde que el incivismo se asentó en la zona, la Guardia Urbana de L’Hospitalet ha intensificado su presencia. También se organizan más operativos conjuntos con Mossos d’Esquadra, cuerpo que tiene mayores competencias para afrontar este tipo de delitos. Ante las limitaciones de actuación de la Policía Local, el Ayuntamiento pidió al conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, que la ciudad pudiese llegar a 325 agentes de Mossos d’Esquadra, 75 Policías Nacionales y conseguir los 400 agentes de la Guardia Urbana.

Los cuerpos policiales conocen de sobra lo que supone lidiar contra el ejército de personas que puede llegar a congregar el cantante. "Morad hace lo que quiere cuando quiere. En su barrio son los reyes", explicaron los vecinos a este medio en una ocasión anterior. "Se reúne con todos los personajes de los bloques que son sus comparsas y sin permiso ninguno circulan con quads de gasolina por la plaza o hacen caballitos con las motos", relataron las mismas fuentes a Metrópoli cuando se produjeron los incidentes en la grabación del famoso videoclip.

Bloque del barrio de La Florida de L'Hospitalet que da de cara a la plaza / MA

ESTRATEGIA DE MARKETING

Las acciones de Morad y su pandilla desencadenan un "mayor clima de inseguridad", denuncian las fuentes vecinales a este digital. A pesar de que la mayoría de hechos delictivos hayan disminuido en los últimos años en la ciudad, el control que ejerce la banda en la zona hace que los residentes de los bloques no se sientan seguros. 

Los vecinos insisten en que la percepción de inseguridad “interesa a Morad y su pandilla” para “seguir vendiendo”. La esencia del joven cantante reside en ser un “referente del barrio”, por eso insiste en mostrar a la Florida como un barrio marginal e inseguro, pese a las iniciativas pioneras que el Ayuntamiento lleva a cabo para arrancar el estigma social. Fuentes vecinales confirman a este medio que el artista “ya ni siquiera vive en el barrio”, "aunque siga pavoneándose en La Florida".

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