Una brutal violación en grupo a un menor con Asperger sale a la luz después de "cuatro años de calvario" para la familia de la víctima. Los hechos ocurrieron en octubre y noviembre de 2018 en las Dominicas de Vallirana –Colegio Verge del Roser–de la localidad del Baix Llobregat, cuando 11 alumnos agredieron sexualmente a Sergi, un chico que en aquel entonces tenía 13 años según la denuncia. Cinco de ellos le "realizaron felaciones y todo tipo de tocamientos" y otros seis "vigilaban y grababan mientras se reían a carcajadas".
El caso irá a juicio los próximos 18, 19 y 20 de octubre en la Fiscalía de Menores. "Ha sido una pesadilla alargar el procedimiento durante tantos años. El colegio ha hecho todo lo posible para evitar el juicio", asegura Pilar Joan Enjoanes, madre de la víctima, a Metrópoli. El abogado de la familia, Juan Manuel Ruíz de Erenchun –Thot Legis Advocats– cuenta a este medio que, como acusación particular, acusan a cuatro de los menores –el resto no fueron imputados– de un delito contra la integridad moral, de agresión sexual con acceso carnal y bucal y de violación.
AÑOS DE ACOSO ESCOLAR
Pilar cuenta que Sergi fue acosado durante mucho tiempo en el colegio antes de que ocurrieran las agresiones sexuales. "Hasta los 11 años no sabíamos que tenía Asperger, pero siempre se había relacionado más con algunos profesores o gente mayor que con alumnos y eso ya era un motivo de burla", dice su madre. No obstante, lo "peor" se concentró en los días 30 de octubre y 5 y 6 de noviembre de 2018.
Según relata la familia de la víctima, cuando el acoso se acentuó el niño acostumbraba a quedarse en clase durante la hora del recreo. No obstante, su tutora –que desconocía la situación de bullying que padecía–, le animaba a salir al patio. El 30 de octubre decidió salir y un grupo de unos cinco niños le llevaron a una zona conocida como "la pradera" –que está algo más abajo del patio– y le realizaron los primeros tocamientos "mientras los otros seis controlaban desde arriba". Ese día, un chico pasó por delante y lo vio, por lo que avisó al director de la ESO del centro. Según su madre, el director "esperó a que sonase el timbre del patio" para actuar y llevaron a Sergi al baño con su tutora. Pilar asegura que, tanto la profesora como otros docentes "le pidieron constantemente que no dijera nada" porque "podrían tener muchos problemas".
AGRESIONES CON ACCESO CARNAL Y BUCAL
Los hechos todavía se agravaron el 5 y 6 de noviembre. Esos días los mismos chicos –la mayoría de ellos niños y una niña– obligaron al adolescente a realizar felaciones y hubo penetración de miembros corporales u objetos. Estos hechos, según el Código Penal, suponen una pena de prisión de seis a 12 años. No obstante, al ser menores, la pena máxima que pueden solicitar –y lo que piden para los acusados– es de cuatro años, según manifiesta Ruíz de Erenchun a este digital.
Los agresores, en el momento de los hechos, tenían entre 14 y 15 años. Si hubiesen tenido 13, como el afectado, no podrían optar a ninguna pena porque hasta los 14 años no hay responsabilidad penal. La acusación particular explica que el Ministerio Fiscal pide tres años en un centro de internamiento para menores, porque no acusa a los agresores de "violación", ya que considera que "no se consumó".
AMENAZAS CONSTANTES
Pilar puntualiza a este medio que detectaron el acoso escolar hacia su hijo poco a poco. "Al principio desaparecían objetos de casa, como su reloj o incluso tarjetas de suscripción a canales de televisión", cuenta. Su madre sostiene que desde que le detectaron Asperger en el colegio le apodaron como "el retrasado autista" y en la Pradera –donde se produjo la presunta violación– le obligaban a fumar porros, le insultaban e incluso le amenazaban con machetes "si no traía lo que le pedían".
"Lo primero que nos contó Sergi fue que le hacían bullying", explica. Fue entonces cuando la familia acudió al colegio y la única solución que encontraron fue cambiar de centro al alumno porque "desde la escuela no hicieron ni condenaron nada". Más adelante, cuando Sergi confesó en casa que se había enfrentado a varias violaciones por parte de sus compañeros, sus padres denunciaron los hechos en la comisaría de los Mossos d'Esquadra y el caso pasó rápidamente a manos de la Fiscalía de Menores. "Hasta que pasaron cuatro o cinco semanas nadie se personó en el colegio para revisar los móviles y portátiles de los agresores o interrogarlos", cuenta Pilar. "Cada vez que preguntábamos por qué no acudían nos decían que el colegio siempre ponía algún problema y hasta que la fiscal no tramitó la orden judicial no acudieron", añade.
MOVILIZACIÓN SOCIAL
Pilar estaba en tratamiento de quimioterapia por metástasis cuando ocurrieron los hechos. Mientras tanto, su hijo estaba con un tratamiento de "hasta ocho pastillas diarias" porque travesó episodios muy difíciles en los que incluso "se planteó el suicidio", exponen desde la familia. "Mi marido se cogió la baja laboral para ayudarnos a ambos pero no teníamos tiempo ni fuerzas de alzar la voz para condenar los hechos", dice la madre.
La complicada situación que travesaba la familia hizo que "no se movilizará públicamente" hasta 2019, cuando convocaron una manifestación en Vallirana. "Cuando me encontré mejor decidí que tenía que hacer algo. Todo el pueblo hablaba de lo mismo, era horrible escuchar rumores y comentarios sobre la violación de mi hijo y al final decidí convocar la manifestación para hacer justicia y dar a conocer lo que había pasado en ese colegio", relata la madre. "Nos llenaba de impotencia ver que el procedimiento judicial iba tan lento porque si saliesen a la luz más casos como estos y se actuase se podrían evitar grandes desgracias que ocurren a diario en los colegios", añade. "Hemos vivido cuatro años de calvario y ahora solo esperamos que en el juzgado los culpables tengan su merecido", dice.
RESPONSABILIDAD CIVIL
Ruíz de Erenchun aclara que, aunque con acusación particular pidieron que las Dominicas de Vallirana –colegio ubicado en el número 1 de la plaza de Sant Domènec de la localidad– tuvieran responsabilidad penal en el caso, tan solo tienen responsabilidad civil. Es decir, deberán responder económicamente por los acusados en caso de que alguno de ellos no pueda hacer frente a la indemnización que determine la sentencia.
Respecto a la actuación del Departamento de Educación en el caso, el abogado explica que un inspector acudió al colegio pero no ha habido "ningún movimiento por su parte". Al cierre de este artículo, Metrópoli no ha podido contar con la versión del colegio.
INFORMES PSICOLÓGICOS "MUY CONTUNDENTES"
El hecho de que Sergi no contase los hechos hasta pasadas varias semanas implicó que no pudiese realizarse un reconocimiento médico que constatará los hechos. No obstante, tal y como aseguran desde su defensa, el joven tiene varios "informes psicológicos muy contundentes" que señalan que, al tener diagnosticado síndrome de Asperger "no miente" y "su relato es muy claro y sin ninguna incongruencia".
Los próximos 18, 19 y 20 de octubre Sergi no tendrá que declarar ya que se hizo una prueba constituida: una declaración grabada con psicólogos que se emitirá en el juicio. La familia asegura que, tras la cita judicial, hará todo lo posible porque se aplique el Decálogo contra el Acoso Escolar, que presentó la Asociación No al Acoso Escolar (NACE) y fue aprobado en el Parlament de Catalunya en febrero de 2020.