Tras más de 30 años siendo uno de los centros comerciales de referencia de la comarca del Baix Llobregat, el centro comercial Llobregat Centre de Cornellà cierra definitivamente sus puertas. Este emblemático equipamiento lleva prestando sus servicios desde 1994 y ahora, tiene los días contados. Después de Navidades, los vecinos de Cornellà, L'Hospitalet, Esplugues, Sant Joan Despí y Sant Boi se quedarán sin poder disfrutar de este espacio que cuenta con un Carrefour, un 10 x diez y un Barimueble -entre otros negocios destacados-.

Aunque actualmente haya muchos centros comerciales en la zona como el Splau o el Finestrelles, durante la última década de los 90 este equipamiento se erigió como uno de los más importantes ya que, en L'Hospitalet, aún no existian ni el Gran Via 2 ni la Farga -por entonces se llamaba Max Center-. Además de un impacto para los consumidores de la zona, este cierre supone un antes y un después para los más de 200 trabajadores que han levantado y luchado por sus negocios durante estos 30 años. Los comercios que todavía operan en este espacio -una veintena-, encaran la recta final de un ciclo comercial que pondrá su punto final el 31 de enero de 2023.

UN DESACUERDO ECONÓMICO, EL MOTIVO DEL CIERRE

Según la directora del centro comercial, el motivo del cierre radica en un desacuerdo económico con la propiedad privada del centro. En declaraciones a Metrópoli, la directora de Llobregat Centre explica los detalles del desacuerdo: "El propietario mayoritario de la Comunidad de Propietarios -que tiene un 50 por ciento del centro comercial- lleva sin pagar cuotas desde marzo. Esto ha generado tal déficit de ingresos que la opción más viable ha sido la de acordar un cierre ordenado".

El propietario mayoritario de la junta es el operador privado Comercial Inversora, una sociedad inmobiliaria con sede en Madrid que ostenta más de la mitad de la propiedad. Según gerencia, el operador privado argumenta que "no considera justo el porcentaje de reparto de cuotas", sin embargo, "el tanto por ciento aplicado es el que hay estipulado en los estatutos de la junta", detalla la gerente. 

El desenlace de estas negociaciones ha desencadenado en una situación que será irreversible para muchos de los negocios que siguen activos en este equipamiento: "Justo las fechas de Navidad son las que los comerciantes esperan durante todo el año para hacer resurgir su economía y ahora les toca vivir esta situación. Ya han empezado a hacer liquidaciones y stocks y muchos están pensando cómo reubicar a sus trabajadores. Si es que pueden, claro", argumenta la portavoz.

El final que se escribe en estas líneas, explican desde la gerencia del centro, se ha intentado evitar por todas las vías posibles: " Los propietarios llevan cerca de siete meses tratando de buscar soluciones para poder darle continuidad al centro. Esta ha sido la última medida que esperaban tomar pero no ha quedado otra solución". El cierre ya tiene una fecha marcada en el calendario: "El 8 de enero será el último día de apertura comercial, después tenemos todo el mes para ir trabajando en el cierre progresivo y creemos que la última semana ya podremos cerrar la persiana definitivamente", calcula la directora. 

MÁS DE 200 TRABAJADORES, A LA CALLE 

La veintena de comercios que aún están operativos se encuentran en fase de negociación con sus trabajadores para redistribuirlos a partir de la segunda semana de enero de 2023. Según cálculos de la dirección, entre los operadores activos y el equipo de servicios de administración del centro suman cerca de 230 trabajadores. De momento, el único negocio que ha presentado un plan de redistribución de empleados es Carrefour -una de las marcas más visibles del centro y que cuenta con más trabajadores-. El comité de empresa asegura que trabaja para que los noventa trabajadores afectados por este cierre sean realojados en centros próximos a esta ubicación.

La directora del centro, se muestra escéptica con que pueda pasar lo mismo con el resto de los negocios: "Los comercios grandes no tendrán problema pero para los pequeños será más complicado, son tiendas pequeñas de una o dos personas y eso es más difícil". 

Los interrogantes que se abren a partir del 8 de enero son muchos. Entre ellos, cuál será el futuro de todos estos empleados o qué pasará con el espacio que queda en el centro comercial: "No tenemos ni idea de qué se va a hacer con todo esto. Lo que sí que podemos decir es que vamos a asegurar el edificio para que quede lo más protegido posible y no se pueda ocupar. A pesar de no poder salvar su uso actual, la propiedad ha tomado las decisiones de proteger el inmueble y de mantenerlo". 

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