Pilar Díaz (Barcelona, 1967) afronta los últimos meses de su cuarto mandato como alcaldesa de Esplugues de Llobregat. La líder del grupo municipal socialista ha encabezado el consistorio durante más de una década y media de transformaciones, pero mantiene intacta la ilusión por el cargo. Para el próximo mes de mayo, espera obtener de nuevo la confianza de los vecinos de la ciudad para materializar la Esplugues del futuro en cuestiones como urbanismo, movilidad y vivienda, sin olvidar el mundo empresarial. Muy crítica con el trato que recibe el municipio por parte de la Generalitat, Díaz defiende el papel central que juega la localidad en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y ansía llevar a Esplugues al 'top' europeo.
¿Cómo dejará Esplugues al finalizar este mandato?
Como una ciudad en la que no todo está acabado, pero que en cuatro años ha experimentado una gran transformación, teniendo en cuenta que hemos tenido que compatibilizarla con una pandemia. La obra más emblemática es la transformación de la avenida dels Països Catalans. No solo la gente de Esplugues, sino vecinos de municipios como Sant Just nos felicitan y piensan que ha sido un gran acierto. Se ha realizado la apertura de los mercados, esta semana ya abrimos uno de ellos, y más cuestiones. La ciudad está experimentando un progreso, un avance... Incluso estamos recogiendo frutos de otros mandatos, por ejemplo, en materia de vivienda. En estos cuatro años han pasado cosas, pero algunas de ellas tienen que ver con decisiones que se tomaron hace seis, siete u ocho años.
La agrupación socialista de Esplugues la ha escogido como candidata a la alcaldía en las próximas elecciones municipales. ¿Qué razones le impulsan a continuar en el cargo tras más de 15 años como alcaldesa?
La ilusión de continuar transformando esta ciudad con el equipo con el que trabajo. Los alcaldes que me precedieron tenían otras responsabilidades y otros objetivos después de las primeras elecciones democráticas. Tenían que arreglar barrios, hacer escuelas, plantar árboles... Ese tipo de transformación ya lo superamos hace mucho tiempo, y ahora estamos en otra. Son años que han pasado rápido, porque han sido tiempos muy complejos. Aquí se han vivido momentos más tranquilos, de transformación a otro ritmo. Cuando parecía que iba a ser el mandato del crecimiento económico y de la expansión de proyectos, llegó un virus que puso en jaque al planeta y que obligó a aparcar las iniciativas que con tanta ilusión se habían preparado para parar esa pandemia. Tuvimos que cuidarnos de la pandemia, de los efectos, de la ciudadanía, de las ayudas y del plan de choque, pero es verdad que los proyectos no los puedes dejar, porque son importantes para que progrese la ciudad. Nos marcamos un rumbo: en 2030 esta ciudad tiene que ser muy sostenible. Hemos dado pasos, y nos quedan pasos por dar. Esplugues quiere ser una ciudad que no deje a nadie atrás, que sea muy inclusiva, y una ciudad inteligente en el sentido de que no es elitista, sino que utiliza la tecnología y la inteligencia para progresar. Somos referentes y punteros en algunos temas: somos el único municipio de Cataluña reconocido con un 10 en todas las ediciones del Infoparticipa, y también hemos sido el municipio de Europa con la primera prueba que se hizo de un vehículo autónomo para repartir mercancías.
¿Qué expectativas electorales tiene para el mes de mayo?
Más que las expectativas, sentimos el retorno de la ciudadanía. Estamos trabajando desde el primer día al máximo para intentar sacar la mejor nota posible en los resultados electorales del 28 de mayo. No hay que obsesionarse, lo que hay que hacer es trabajar, transformar. Tenemos el feedback de todos los sectores que hacen cosas en nuestra ciudad, pero especialmente de la ciudadanía, que suele ser muy exigente pero positivo, lo que nos da ánimos para continuar trabajando con mucha ilusión.
¿Estaría dispuesta a pactar con otras formaciones?
Hemos llegado a tener un gobierno de coalición en 2015, pero todas aquellas materias que son importantes las hemos pactado por unanimidad. Nos hemos puesto de acuerdo con los agentes sociales y económicos de la comarca en varias materias. El plan de choque para la pandemia también se aprobó por unanimidad, en negociaciones que no fueron fáciles y en un Ayuntamiento donde tenemos una mayoría absoluta, pero pensamos que esto iba de unanimidad. Consensuamos los temas importantes y de ciudad, los pactos nos gustan mucho. Esta ciudad ha tenido un pasado que hizo difícil el entendimiento entre diferentes formaciones políticas. Eso se superó, llegamos a pactar en 2015, y también nos podríamos plantear pactar ahora.
Recientemente se ha llegado a un acuerdo entre PSC y Esquerra para las cuentas catalanas. ¿Cómo afectan los presupuestos de la Generalitat a Esplugues?
Hay materias en las que nos afectan de manera global. La primera es la salud. A nosotros nos impactan la falta de recursos y los recortes en nuestros ambulatorios. Tenemos un ambulatorio y medio, sabemos que uno no funciona a pleno rendimiento porque no tiene el espacio suficiente. Quieren poner un módulo para complementar las consultas con ocho nuevas que tenía que llegar hace dos años y aún no ha llegado, lo que significa que no se está cumpliendo con la ratio. El acuerdo recoge que vamos a tener más especialistas, necesitamos suplir esa falta que tenemos. La hemos tenido en pediatría, y en este momento en ginecología. Otra es el transporte público, ese agravio que tiene el país con esta ciudad. Somos primerísima corona, sales de Barcelona hacia el sur y lo primero que te encuentras es Esplugues. Tenemos una parada en una calle que limita con L'Hospitalet. Hace muchos años que el Plan Director de Infraestructuras de la Generalitat recogía que teníamos que tener, antes del 2020, la llegada de la línea 3. Queremos mirar hacia adelante, pero cuando ves que se hacen nuevas líneas y que aún no llega aquí la L3... Tenemos un hospital de referencia donde acaba de abrir un Pediatric Cancer Center, no puede ser que no tenga una boca de metro delante. Estos acuerdos recogen, como también va a venir el Hospital Clínic a las pistas universitarias, reformular el proyecto ejecutivo y que se puedan hacer tres paradas antes de 2030. En tema de vivienda, tenemos un proyecto importante con Incasòl y con la Generalitat. Hay una partida para construir una parte de la vivienda social prevista en el área Montesa. Durante 12 años Cataluña se ha frenado en su progreso con el procés, pero estos presupuestos dan esperanza de que vamos a progresar y frenar aquella sangría de empresas que se fueron. En el mundo de la universidad y la investigación también hay esa esperanza, es una grandísima noticia.
Barcelona y los municipios metropolitanos comparten una problemática en materia de vivienda. ¿Cuál es la receta de Esplugues para combatirla?
La receta de Esplugues no es fácil. Esto es un mundo capitalista donde el mercado libre es el que fija los precios, a no ser que intervengamos, y hay que intervenir de vez en cuando. Esplugues es una ciudad ideal para vivir. Hay un sentimiento de pertenencia, y la gente que viene se acaba quedando. Esplugues te acaba atrapando. Además, tenemos un hándicap comparado con otros municipios: somos de tamaño relativamente pequeño. Sant Just, por ejemplo, tiene más del doble de territorio con menos de la mitad de personas. Gracias a la aprobación de la ley de la vivienda, echándole imaginación y negociando de manera muy dura con determinados promotores, se ha conseguido que en este momento podamos contar con tres promociones que se están construyendo, o que están en vías porque se está urbanizando la zona, como Ca n'Oliveres o Can Clota sud. En área Montesa tenemos más de 1.100 viviendas, es nuestro espacio para ofrecer a la ciudadanía lo que necesita. La vivienda es carísima y no queremos que se vayan los jóvenes, que es lo que ha pasado en las décadas anteriores. Ahora estamos con más de 1.200 pisos. Algunos ya han sido sorteados, y en 2023 sortearemos prácticamente el resto. Aunque habría que preguntarse cuál es la receta de la Generalitat, que tiene competencia en vivienda. Nosotros tenemos que ser los que acompañamos.
¿Cuáles son las iniciativas municipales para dinamizar económicamente la ciudad?
Salvando la pandemia, hace años se aprobó un pacto por unanimidad para modernizar los polígonos industriales. Estaban obsoletos, las actividades de ahora no tienen nada que ver, es un corsé que hace que pierdas oportunidades y que muchas empresas que hubiesen venido se te queden por el camino. Esto ya está hecho, fue un proceso de negociación con el Departamento de Territorio y Sostenibilidad porque veían que nosotros pensábamos en los polígonos del futuro, y estamos en los del siglo XX. Estos son polígonos muy metropolitanos, y por lo tanto el tipo de actividad tiene que estar muy pensada. Ahora la actividad se basa mucho en el talento, no todo es producir cosas que se tocan, y entrar en ese camino es difícil. Lo hemos conseguido y vemos como esta ciudad no solamente retiene el talento, las empresas y la actividad económica que tenía, sino que atrae nueva. Hay algunas empresas que vienen del 22@. Hay sedes corporativas que también comportan empresa e industria de compañías importantes catalanas, españolas y extranjeras. Se están recogiendo los frutos de los deberes que hicimos en su momento. Hemos implantado la fibra óptica en los polígonos y hemos arreglado infraestructuras. Además, durante la pandemia hemos tenido un plan de choque con ayudas importantes. Intentamos acompañar, asesorar, ayudar y bonificar a los emprendedores, las emprendedoras y a las actividades empresariales que tenemos, pero también a las que llegan. En pandemia también hemos cuidado de las actividades y las empresas que tienen un comportamiento ético, las que crean ocupación de calidad, y de la gente que está en paro. Es muy importante tener una tasa de paro que sea técnica.
Esplugues cerró 2022 con la tasa de paro más baja de los últimos 15 años, situándose en torno al 7%. ¿Qué fórmula ha aplicado el Ayuntamiento para lograr esta cifra?
A lo comentado se añade el consenso y la suma. En 2013 teníamos una tasa de paro muy elevada, había que impulsar medidas. El primer pacto tuvo 33 medidas, entre las que se encontraban cómo fomentábamos la creación de ocupación y cómo hacíamos que mejoraran las posibilidades de ocupabilidad de nuestra ciudadanía, sobre todo la gente que estaba en busca de trabajo y especialmente los parados de larga duración. Empezamos a trabajar la formación, la preparación de entrevistas, e incluso implantamos ayudas a compañías para la contratación. A las empresas les decíamos que, si contrataban a una persona de Esplugues, el Ayuntamiento subvencionaría el 50% del coste de ese contrato durante un año, pero esa contratación tenía que durar como mínimo un año. Había candidatos que llegaban en una situación de igualdad con otros, y se escogieron los de Esplugues. También trabajamos en formación integral, donde vemos que hay nichos de posibilidad de ocupación, como la limpieza de salas blancas. Aunque los vecinos siempre piden al Ayuntamiento, no nos tenemos que olvidar que la competencia es de la Generalitat.
El pasado mes de enero, Esplugues acogió un encuentro con alcaldes de municipios afectados por las subidas de precios en suministros y tasas de Visoren en edificios sociales que gestiona. ¿La compañía ha reaccionado a la decisión municipal de suspender el cobro de los pagos y a la auditoría que se hará a la empresa?
Todos los inquilinos menos los de Esplugues han recibido un escrito donde se les dice que, de momento, no se van a cobrar los recibos con carácter retroactivo. Este lunes se acabó el plazo que les dimos por decreto para contestar, y nos han dicho que es legal la práctica de cobrar con retroactividad pero que no lo van a hacer por el buen entendimiento. No tengo ganas de entrar en polémicas. Tenemos un informe que dice que es completamente ilegal, que ha sido determinante para frenar todo esto. Parece ser que no se van a cobrar recibos con retroactividad, algo que angustiaba a muchos vecinos y vecinas que son jóvenes y tienen recursos limitados, por eso están cumpliendo los requisitos para estar en una vivienda de este tipo. Por otra parte, tendremos una reunión con el director y la directora de la Agencia Catalana de Vivienda y de Consumo y con todos los ayuntamientos para ver cómo trabajamos esa auditoría de gestión, y sobre todo cómo se pueden fijar de la manera más transparente las tarifas de 2023. Lo tenemos bastante reconducido, solo hay que rematar la jugada.
Según datos del Ministerio del Interior, los hurtos son el principal problema de seguridad en el municipio. ¿Cómo se combate esta situación? ¿Hacen falta más Mossos en Esplugues?
Sí, queremos que se cumplan las ratios recomendadas a nivel europeo. La ratio de Mossos ha bajado y queremos recuperar la que teníamos hace dos, tres o cuatro años. El Departamento de Interior es quien tiene que dar explicaciones sobre la seguridad. Podemos acompañar, nuestra policía local está trabajando de manera coordinada con Mossos y con el resto de fuerzas de seguridad que tienen competencias en nuestro municipio. Tras la pandemia subieron las tasas de criminalidad en otros puntos, y estamos en una encrucijada entre Barcelona, L'Hospitalet y Cornellà. No queremos descuidar ciudades como la nuestra o municipios como Sant Just, porque todo el mundo merece vivir en paz, en libertad y con seguridad. Tenemos una seguridad muy similar a la que teníamos hace cinco, seis, siete u ocho años, pero la llegada del centro hace que se sume una población flotante sobre la que una pequeña parte viene a delinquir en el propio centro comercial y en sus inmediaciones. Dos tercios de los delitos de todo el año son hurtos, que son casi el 50%, y estafas, que la mayoría se producen en internet y se asignan a nuestra ciudad porque la víctima es una persona que está empadronada aquí. En cualquier caso, la sensación es de una ciudad tranquila.
Esplugues ha realizado importantes modificaciones en materia de movilidad en la segunda mitad de mandato, como la reurbanización de la avenida dels Països Catalans. ¿Cómo valora el funcionamiento del proyecto tras un mes de su apertura?
Muy positivamente, hemos conseguido los objetivos que nos habíamos planteado. Era una obra que estaba pendiente hacía tiempo, muy larga, y sabíamos el impacto que tiene. Es una arteria por la que no solamente pasan los ciudadanos de Esplugues, pasa media comarca. No solo recibimos felicitaciones por parte de vecinos y vecinas y por parte, también, del director general de Nestlé, sino también desde Sant Just. El alcalde nos comentó este lunes que los vecinos están muy contentos del resultado, pensamos que hemos hecho un gran servicio a la ciudad y a la comarca. Podríamos haber hecho la obra cerrando completamente el tráfico, el impacto hubiera sido más corto pero terrible. Por eso mantuvimos, al menos, un carril por dirección. El resultado es magnífico visualmente, y también en el tráfico. He pasado por la rotonda Elisabeth Eidenbenz a las 08.55 horas y me he cruzado con tres coches. Es una rotonda que ha ganado en diámetro, que ha segregado una parte del tráfico, y está funcionando muy bien.
¿Qué papel cree que debería jugar el vehículo privado en Barcelona y en los municipios de su área metropolitana en los próximos años?
No sé cual es el papel que debe jugar, pero hace tiempo que trabajamos por fomentar y por estimular el transporte público y el desplazamiento sostenible y, si es posible, la implantación de carriles bici. En la avenida dels Països Catalans hay un carril bici magnífico, pero hemos estado trabajando la conexión con L'Hospitalet, con Sant Just, con los municipios que tenemos en la comarca y con Barcelona, que ya la trabajamos en el mandato pasado. Toda transformación comporta un carril bici con características de seguridad y tranquilidad. La llegada del Bicing metropolitano también ha sido un punto muy importante. Caminemos, utilicemos la bicicleta o el patinete cuando sea posible. Hay trayectos en los que se necesita el vehículo privado, pero hay que dar la alternativa. Continuamos pidiendo el refuerzo del transporte público. Hay mucha gente que cogería el metro para irse al centro de Barcelona. Desde las comarcas del Vallès, no hay una solución de transporte público que sea ágil y eficiente, y la gente no puede estar hora y media para ir y hora y media para volver, por lo que opta por el vehículo privado. Tenemos que hacer más competitivas el resto de modalidades de desplazamiento. Sin transporte público el futuro del vehículo no estará comprometido.
Esplugues se encuentra rodeada de vías rápidas, entre ellas la B-23, que separa el centro del norte de la ciudad y cuyo soterramiento suma años de espera. ¿Se atreve a poner fecha a la materialización definitiva de esta transformación?
Soy atrevida, pero no tanto. Cada vez está más cerca. Cuando lo pedimos hace ya unos años, oí risas. Después, Sant Just y Sant Joan Despí empezaron a poner interés. Estamos trabajando con el Área Metropolitana de Barcelona, Sant Joan Despí y Sant Just para que la B-23, por su paso por nuestros municipios, tenga las características que tiene la Diagonal a su salida de Barcelona. Es positivo que se transforme en una vía más urbana, donde fluyan los coches que salen de Barcelona, y que sea compatible con tener carriles bici y personas que puedan cruzar de un lado a otro. En Esplugues hay un tramo en que la sección es muy pequeña, no hay posibilidades de carril bici, y el estudio dice que sería muy conveniente que el tramo se soterrase. Es una propuesta que nos conviene, nos ayudará a que sea todo muchísimo más permeable. Podremos cruzar, tendremos bicicletas que podrán ir en paralelo con esa vía de vehículos, y esperamos ver pronto el carril bus VAO.
Esplugues ha adquirido este año el Espacio Corberó, una joya arquitectónica de la ciudad, para su apertura a la ciudadanía. ¿Qué trato deben tener los municipios con sus elementos patrimoniales? ¿Hay un Plan de Usos que defina cómo será la apertura a la ciudadanía?
Estamos finalizando el Plan de Usos. Estamos viendo como lo gestionamos, es una joya arquitectónica emblemática, única en Cataluña. Si no hacíamos la adquisición no sabíamos cómo podía evolucionar ese conjunto, si se podía mantener con las características y condiciones que nosotros pensábamos que se debía mantener, que es el legado del artista. La adquisición nos permite el mantenimiento, por eso ha habido un entendimiento entre las herederas de Xavier Corberó y el Ayuntamiento. También facilita la apertura a la ciudadanía y tener un rendimiento económico. Es una joya que se debe proteger, que se debe mantener, que se debe potenciar, y que también es una posibilidad de darnos a conocer y obtener ingresos para nuestro municipio, una buena parte de ellos destinados a cuidar ese conjunto y para todo lo que tiene que ver con la cultura en esta ciudad.
Durante los últimos meses, se ha debatido mucho el proyecto Barcelona Demà. Compromís Metropolità 2030, una ampliación del territorio metropolitano a siete comarcas con un alcance de cinco millones de personas. ¿Cuáles cree que deberían ser las fronteras del área metropolitana?
No hay fronteras. Si se dan las bases, nos podemos convertir en un polo, en un ecosistema importante en varios ámbitos en el sur de Europa. Ponernos más o menos de acuerdo en materias que son básicas y que nos competen, sobre todo la movilidad. Es importante que tengamos en cuenta que hay un espacio que se interrelaciona y que no está formado exclusivamente por los municipios que ahora constan en el área metropolitana, sino que existe vida un poco más allá y están pasando cosas muy interesantes. Solo hace falta ver qué pasa en Terrassa, Sabadell, Mataró o Vilafranca. Es importante ver cómo ganamos en eficiencia y cómo hacemos que estos ecosistemas se consoliden y vayan creciendo. Tenemos grandes posibilidades, lo único que tiene que hacer el país es cuidarlas y potenciarlas, no crear barreras y perder oportunidades.
¿Cuál es el papel que tiene Esplugues en el área metropolitana?
Un papel de centralidad absoluta. Tenemos el Hospital Sant Joan de Déu, el Pediatric Cancer Center... En este momento tenemos un proyecto que está recibiendo fondos europeos y que está trabajando con otros hospitales, 25 de toda España y 15 europeos, para tener un centro donde se investigue y se atienda a las enfermedades raras pediátricas. Estamos trabajando con L'Hospitalet de Llobregat en crear un ecosistema donde está Sant Joan de Déu, el hospital de Bellvitge, el Institut Català d'Oncologia... Y también la Universidad de Barcelona (UB), para hacer crecer la aplicación de la inteligencia artificial, las tecnologías, y las ciencias de la salud. Es importante el desarrollo de Porta BCN, que es un punto que se ha definido y se ha determinado por parte del AMB como de total centralidad del área. Se está creciendo, hemos trabajado para decir que en Esplugues están pasando cosas que no pasan en el resto de Europa. No competimos con Viladecans ni con Santa Coloma, sino que estamos compitiendo con otras ciudades y áreas metropolitanas del resto de Europa. Tenemos muchas 'novias' en este momento. Es positivo para la ciudad, porque estamos creando ocupación de mucha calidad.
Si los espluguenses vuelven a confiar en usted tras los comicios municipales, ¿cómo será la Esplugues de los próximos cuatro años?
Continuaremos con la transformación, trabajando esas ganas de consolidar la centralidad metropolitana, de que sea una ciudad ideal para vivir por seguridad, cuidado del espacio público, sostenibilidad, y que además tiene muchas oportunidades y es referente en Cataluña, en España y en Europa. Vamos a continuar trabajando porque nuestra obsesión siempre ha sido esa, trabajar con mucha humildad pero con mucha ambición. Queremos a Esplugues en el top de las ciudades europeas.