Una gran mancha urbana, rodeada de espacios verdes, que exige una mejor coordinación. La sociedad civil quiere empujar a las administraciones para que entiendan que existe una realidad que debe ser atendida con una mayor ambición. Se trata de RethinkBCN, un organismo de estudio ligado a la Societat Barcelonina d’Estudis Econòmics i Socials de la patronal Foment del Treball, y que dirige Fèlix Riera. Su segundo informe, Repensar la metrópoli: el reto metropolitano, que se presentó el pasado viernes en la sede de la patronal, es un compendio de propuestas con un denominador común: no se podrá resolver un problema que se agudiza como la falta de vivienda sin una coordinación y una colaboración público-privada que tenga en cuenta Barcelona, su área metropolitana y su segunda corona, hasta los dos Vallès, el Oriental y el Occidental.

Esa realidad la asume y la reivindica el AMB, que preside Ada Colau, como alcaldesa de Barcelona, pero que tiene como vicepresidente ejecutivo al socialista Antoni Balmón, alcalde de Cornellà. La recuperación del organismo supramunicipal, hace diez años, pretendía llenar el vacío que supuso la suspensión de la Corporación Metropolitana de Barcelona, que decidió Jordi Pujol en 1987. Y, aunque presta cada vez más servicios, con un programa de rehabilitación de viviendas con recursos de los Next Generation de la Unión Europea, el AMB no es el gobierno metropolitano que la realidad del día a día exige.

Esa es la posición de RethinkBCN, que, en su segundo informe, pide que sea la ciudad de Barcelona la que tome el liderazgo: “Barcelona debe recuperar su liderazgo para impulsar, con el resto de ciudades que componen la región metropolitana, el desarrollo económico, social, cultural, tecnológico, científico y educativo, como garantía para poder afrontar los retos de futuro como son la movilidad, el cambio climático, la sostenibilidad, la vivienda, la seguridad y la lucha contra la desigualdad, entre otros”.

Fèlix Riera, en el atril en la sede de Foment, con Sánchez Llibre, Mar Alarcón y Ángel Simón / MA

La posición es clara, y guarda relación con las quejas de muchos de los responsables locales del área metropolitana. Muchas de esas cuestiones son competencia del Govern de la Generalitat, como la promoción de vivienda pública o la seguridad. Pero, ¿está a la altura el gobierno autonómico? Desde el propio Balmón, a Carles Ruiz, como alcalde de Viladecans, o Núria Parlon, como alcaldesa de Santa Coloma, lo que se pide es una mayor implicación autonómica en seguridad, por ejemplo, con más dotación de agentes de Mossos d’Esquadra, que logren una seguridad integral en todo el área metropolitana.

Lo que expresa el organismo de Foment, que ha trabajado durante meses con numerosos expertos en todos los campos, desde el urbanismo, el medio ambiente o la movilidad, es que las distintas administraciones deben apostar por un modelo nuevo, que sea interiorizado por los ciudadanos. La llamada región metropolitana debería ser “una evolución natural del AMB, activando los mecanismos de diálogo y consenso para consolidar una gobernanza adecuada que mejore la vida de los ciudadanos”.

¿Más ambición para el propio organismo del AMB? Es, directamente, lo que se pide, a pesar de que se podría entrar, como ocurrió en los años ochenta, en un choque político a partir de visiones distintas de cómo debe ser el territorio. El organismo de Foment, sin embargo, se refiere al propio hecho metropolitano, al área metropolitana que rodea el municipio de Barcelona. “El área metropolitana debe dejar de ser la gran desconocida de las administraciones públicas, y es necesario avanzar en una mayor identificación de la ciudadanía hacia la visión de un espacio metropolitano, y el AMB es clave para ese objetivo”, se señala, en un documento cuyas líneas básicas explicó Fèlix Riera el pasado viernes, junto a los impulsores de RethinkBCN, en el auditorio de Foment del Treball, que preside Josep Sánchez Llibre.

VIVIENDA SOCIAL DIGNA

Esa mayor coordinación debe realizarse en distintos ámbitos, también el cultural, el deportivo o el turístico. La realidad es esa gran mancha urbana que está conectada, con ciudadanos que se desplazan diariamente, y que entienden que todo es un conjunto urbano.

¿Con qué herramientas? Una de las pugnas en los últimos años se ha establecido entre el equipo de gobierno municipal de Barcelona, con Ada Colau al frente, y una sociedad civil que no ha entendido cómo se tomaban decisiones unilaterales. Todas las cuestiones pueden ser susceptibles o bien de confrontación o bien de consenso. Y es esto último lo que se reclamana desde el organismo de Foment en temas tan acuciantes como la vivienda. “La problemática de la vivienda se debe abordar con un acuerdo amplio entre todos los actores, apostando por una estrategia basada en la máxima colaboración público-privada que pueda ser sostenible en el tiempo”, se afirma en el documento.

El informe dio pie, el pasado viernes, para un diálogo entre la presidenta de la Fundació Roure, Llum Delàs, y el director del Institut d’Arquitectura Avançada de Catalunya, Vicente Guallart. Delàs incidió en la situación grave en Barcelona de las personas sin hogar. Lo que se proporciona, como vía de urgencia, “son techos, para que no vivan en la calle, pero no son hogares, no tenemos viviendas suficientes, y eso es lo que se debería poder ofrecer: viviendas dignas, para vidas dignas”. Delàs señaló que la administración local ha visto al sector privado como “lo peor”, cuando lo que debería suceder “es una colaboración que permitiera esa vivienda social que se necesita”.

En la misma línea se pronunció Guallart, que defendió, como única salida viable y productiva, esa colaboración público-privada, que debería abarcar, como insiste RethinkBCN toda esa extensa región metropolitana.

Noticias relacionadas