Vendidos y desprotegidos. Así es como se siente una parte de los agentes de los Mossos d'Esquadra tras el ataque sufrido la madrugada del pasado viernes, 28 de abril, en la comisaría de El Prat de Llobregat. Los policías de la región metropolitana sur creen que los efectivos para hacer frente a estas desbordantes situaciones no son suficientes: "Somos patéticos", han asegurado fuentes de los mossos a Metrópoli.
Se trató de una venganza: pocos días antes, el 26 de abril, la policía catalana detuvo a cinco personas de Sant Cosme, barrio donde se llevó a cabo un operativo contra el tráfico de marihuana. El golpe no sentó bien a dos importantes clanes gitanos de la zona, por lo que decidieron tomarse la justicia por su mano: lanzaron enormes piedras contra las dependencias policiales, pero también a los vehículos que pasaban por la zona. ¿El resultado? Un taxista herido, otro conductor de autobús afectado, contenedores quemados y multitud de destrozos.
"FALTA GENTE"
Algunos agentes relacionan esta desprotección con el número reducido de efectivos presentes en comisaría, especialmente durante los turnos nocturnos: "Lo de siempre, falta gente", han lamentado a este medio. "No puede ser que la comisaría esté rodeada de gente por la mañana, que en el turno de tarde ya haya menos y, por la noche, sean cuatro gatos".
Consecuencias, dicen, de "no incentivar las horas extras de noche para cubrirlas": "En Barcelona hay mucha policía, pero en la periferia no tanta. Hay veces en las que solo ha habido una furgoneta con cuatro agentes para todo un municipio", ha reconocido una parte de la plantilla.
ESCUDOS Y ARMILLAS QUE NO PROTEGEN
El suceso indignó todavía más al cuerpo por una foto que circuló entre los policías: la imagen mostraba a un agente sin uniformar, vestido de paisano, equipado con un casco, un chaleco y un escudo. "Como no había patrullas disponibles para controlar la situación, los de paisano se disfrazaron de antidisturbios y formaron en el exterior una línea policial como pudieron", denuncian las fuentes consultadas para este artículo.
Tal y como ha podido saber Metrópoli, en todas las comisarías se imparte una formación de orden público para defender el Área Básica Policial (ABP) ante un ataque como el ocurrido en El Prat. "Es una pequeña formación de uno o dos días en la que se enseña a todos los agentes a usar los cascos, escudos y las defensas largas", han detallado los policías. Sin embargo, estos conocimientos están lejos de ser suficientes ante una acometida de casi un centenar de personas: "En la foto se ve claro que la armadura que el agente lleva no le protege los brazos como sí hacen las de los antidisturbios, que pesan unos 11 kilos y son blindadas. Tampoco lleva espinilleras. Esa armilla aguantará, como mucho, algún disparo o navajazo", han denunciado.
APOYO CLASE POLÍTICA Y POLICIAL
Algunos de los sindicatos mayoritarios dentro del cuerpo policial han denunciado lo sucedido. El portavoz de USPAC, Albert Palacio, apunta directamente a las altas esferas: "Necesitamos tener el apoyo de la clase política y policial. Muy probablemente, los compañeros no quisieron jugársela porque eran muy pocos y la gente está casada o tiene hijos", ha razonado Palacio a este digital. "Esto lo arreglaríamos si tuviésemos la confianza y la autoridad que ya hemos perdido. Los mismos compañeros están rabiosos de no ser más", ha asegurado.
En la misma línea, el sindicalista ha sacado otra cuestión a relucir: "Si a la mínima que trabajas sale un vídeo de 15 segundos en las redes sociales con el que te pueden apartar de empleo y sueldo, obviando una intervención que igual ha durado cinco minutos, tampoco se actúa", ha denunciado Palacio, que lleva años pidiendo cámaras unipersonales para los agentes y la mejora de las que los jefes de turno portan consigo.
"CLARA Y CONTUNDENTE RESPUESTA"
El sindicato SAP-FEPOL también se ha pronunciado. La sección sindical tiene claro que las maneras en las que se produjo el ataque tenían "la clara intención de herir a cualquier policía o ciudadano que estuviese en su interior": "Nos da igual si se ha perpetrado por parte de unos delincuentes que han visto peligrar su negocio ilícito de venta de droga o por otro colectivo con la intención de herir o matar", han explicado en un comunicado.
Por ello, el grupo ha exigido "una respuesta clara y contundente contra los autores de este nuevo y clarísimo atentado contra el cuerpo de Mossos d'Esquadra". El SAP-FEPOL ha pedido que se lleve a los responsables a cumplir una sentencia judicial ejemplar, sobre todo porque "los hechos no son nuevos". La sección sindical ha recordado en las mismas líneas el ataque por parte de unos manifestantes a la comisaría de Vic en 2021: 11 agentes resultaron heridos entonces. "Se nos aseguró un incremento de las medidas de protección de nuestras comisarías y un cambio de modelo en la construcción de nuevas infraestructuras. ¿Qué se ha hecho al respecto?", se ha preguntado el sindicato.
LIBERTAD CON CARGOS
Los Mossos d'Esquadra, en una rueda de prensa organizada en El Prat este miércoles, 3 de mayo, han dado detalles del macro operativo que es el origen del conflicto. En colaboración con la Policía Local, más de 200 agentes desmantelaron 12 plantaciones en un edificio que gestionaban dos clanes gitanos de Sant Cosme. Al día siguiente se recuperaron 3.500 plantas más que habían abandonado en diferentes contenedores de la zona propiedad de otros cultivadores. El total de sustancias intervenidas, ha informado la policía catalana, tiene un valor de más de dos millones de euros en el mercado ilícito.
Se detuvo, además, a cinco hombres y a una mujer de entre 20 y 79 años que acumulan 57 antecedentes y que ya están en libertad con cargos. Además de la droga, los investigadores decomisaron 1.605 euros en metálico, un subfusil de airsoft, una pistola detonadora y casi 300 cartuchos de caza.
ENTRADAS TAPIADAS
El Ayuntamiento de El Prat decretó la inhabilitación de los pisos para impedir la actividad y una comisión técnica del departamento municipal de urbanismo tapió los pisos. Los técnicos de la compañía subministradora de energía calcularon que la defraudación de fluido eléctrico asciende a 212.000 euros durante el último año.
Fuentes municipales, por su parte, solo han declarado a este digital que se remiten a la información publicada por los mossos.