Nadie está libre de sufrir acoso escolar, una epidemia para la que el silencio no es la solución. Hace un mes, Metrópoli destapaba la historia de Paula (nombre ficticio para preservar la identidad de la víctima), una alumna del Col·legi Sant Gabriel de Sant Adrià de Besòs que durante años sufrió lo que el centro siempre ha negado: bullying.

Un día su madre, cansada de luchar frente a la pasividad de unas instituciones que "nunca se implicaron en el problema", decidió poner punto y final a la pesadilla que su hija vivía de forma diaria. Sacarla de aquel colegio era la única solución después de sentir que el centro había "convertido en culpable" a su hija. Días después de hacerlo público, brotaron nuevos casos en el instituto.

SILENCIO DE LAS INSTITUCIONES

A las puertas de despedir el curso escolar, nuevos casos de acoso escolar salpican al Sant Gabriel, el colegio de referencia para muchas familias de Sant Adrià. Días después de que este medio hiciera pública la historia de Paula, otras similares afloraron en el mismo centro escolar. Todas ellas con una misma pauta: la indiferencia del centro, la supuesta complicidad del Departament d'Educació con el colegio y el presunto encubrimiento por parte de dirección. Un patrón muy habitual en estos casos y que varias familias denuncian a Metrópoli.

Explican que, ante un posible caso de acoso escolar, la primera reacción del centro es positiva. "Cuando contamos que nuestra hija sufría acoso, el colegio puso un observador en el patio que corroboró nuestra intuición", explica una madre. Pero las buenas intenciones de la escuela cesan aquí, según la voz de los familiares.

Esta misma testigo, coincidiendo con la versión de otras víctimas del Sant Gabriel, explica que, pese a que en un principio la exdirectora y el jefe de estudios le dieron la razón en que sus hijos sufrían bullying, "unas semanas después lo negaron todo". Un comportamiento "habitual en este colegio" y que está respaldado por la Generalitat, Diputació y Ensenyament.

 

Metrópoli ha podido acceder en exclusiva a una conversación entre los padres de una víctima de bullying y un concejal del Ayuntamiento de Sant Adrià. En las grabaciones puede escucharse cómo el regidor reconoce que el Departament d'Educació cometió "errores graves" en la instrucción e inspección del caso de su hija, y cómo estos se lo reconocieron. Los padres de la víctima también hablaron con la funcionaria de inspección educativa, que bajo la frase "esto no es objeto de la reunión de hoy", optó por no responder a las preguntas de la familia.

 

En este otro audio, al que también ha accedido este medio, se puede escuchar cómo el mismo concejal del Ayuntamiento de Sant Adrià afirma conocer la situación del Sant Gabriel después de haber pasado por el centro como alumno, puntualizando lo siguiente: "Estas historias no son cosa de ahora, sino que son recurrentes en el tiempo".

BRUTAL AGRESIÓN

Otro caso es el del menor que fue brutalmente agredido en el patio del colegio, como se puede ver en el vídeo al que ha accedido Metrópoli y que fue difundido entre los alumnos del Sant Gabriel. En él se ve cómo un alumno agrede físicamente a otro, rompiéndole varias costillas y la clavícula.

 

Una fuente cercana a la familia del menor explica a este digital que la escuela lo encubrió, siendo conocedor de las imágenes y los actos. Además, cuenta que se mintió a la madre de la víctima, diciéndole que las fracturas eran fruto de un empujón. Metrópoli ha intentado contactar en varias ocasiones con el centro, que ha optado por guardar silencio frente a estas acusaciones.

PROTOCOLOS VACÍOS

Cuando un alumno de un colegio sufre situaciones de acoso escolar, el centro tiene la obligación de facilitar a la familia un informe detallado con los episodios de bullying. La madre de Paula explica indignada que el Col·legi Sant Gabriel nunca siguió el protocolo establecido y que en ningún momento se les entregó ninguna documentación. Lo consiguió un año más tarde, después de acogerse a la Ley de Transparencia, pero incompleto. "El informe que nos entregó el director estaba lleno de mentiras y con la información cambiada", asegura Laura.

Mensajes de WhatsApp entre Laura y su hija cuando sufría acoso / Fotos cedidas

Ahora, su hija está en manos de la Fiscalía de Menores dentro del Programa de Víctimas de Violencia. "Si algo he aprendido de todo esto es que jamás volvería a llevar a mi hija al Col·legi Sant Gabriel. No solo nos abandonaron, sino que nos hicieron dudar de nuestra intuición como padres, y esto es algo que no me perdonaré nunca", explicaba la madre de Paula hace unas semanas a este medio. Su hija no es la única que ha necesitado ayuda psicológica para reparar un dolor al que se enfrentó sola. Otros padres nos explican que sus hijos han sido diagnosticados de depresión.

Interior de una clase del Col·legi Sant Gabriel de Sant Adrià / SANT GABRIEL

CIFRAS OFICIALES

Las consultas por violencia contra los niños y adolescentes en los últimos años han protagonizado un claro aumento. Según datos de la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) de la Conselleria de Educación de la Generalitat, hasta mayo de este año ya han atendido 651 llamadas, la mayoría para denunciar casos de acoso escolar. Estos datos suponen más de una llamada al día, unas cifras que se han triplicado en los últimos tres años. 

En el mes de mayo se cumplieron dos años desde que se puso en marcha la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV), con el fin de reducir las situaciones de violencia en la comunidad educativa y ofrecer asesoramiento a los centros escolares. Las víctimas de violencias pueden contactar con la unidad a través del teléfono 900 923 098, o escribiendo a la dirección usav.educacio@gencat.cat.

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