El presente se sustenta bajo los cimientos del pasado. Muchas de las grandes ciudades de hoy en día albergan historia en su haber y dibujan un mapa en el que calles o distritos más modernos se funden en el paisaje urbano con rincones que cuentan con cientos o incluso miles de años de historia. Las localidades del litoral catalán como Badalona (Barcelona) no son una excepción. No es extraño encontrar que bajo el suelo que el ciudadano de a pie pisa cada día, los parques en los que descansa o las calles por la que pasea se encuentren ruinas de las antiguas civilizaciones que nos precedieron. Ahora, una de esas joyas del pasado corre peligro por un proyecto urbanístico.
Asociaciones vecinales de Badalona han puesto el grito en el cielo debido a que la ciudad podría perder uno de los mejores poblados íberos ubicados a lo largo de toda la costa catalana. Se trata de los restos arqueológicos del Turó d'en Boscà, considerados como bien cultural de interés nacional. En el monte habitó el pueblo de los layetanos sobre el siglo IV a.C y todo aquel que pasee por la zona podrá reconocer los restos de una muralla, dos torres de vigilancia, una casa y las escalinatas de las calles que servían para nivelar el terreno.
ALTO VALOR PATRIMONIAL
Pero el secreto del yacimiento no reside en lo que se ve, sino en lo que no, pues se calcula que solo se ha excavado en el 10% del poblado. La otra parte todavía está enterrada y corre el riesgo de desaparecer por el levantamiento de una carretera que atravesaría la montaña y, para construirla, se prevé pasar por la zona, considerada de alto interés arqueológico. Sucede, además, que es uno de los pocos poblados en los que se han descubierto monedas propias acuñadas, una anomalía que solo reúnen unos tres poblados de los 28 descubiertos en toda Catalunya. Es, por tanto, un yacimiento de alto valor patrimonial en la cultura íbera catalana. Cabe destacar que ya hay una parte del poblado que se ha perdido para siempre por una cantera que funcionó en el lugar durante los 70.
Esther Gurri, arqueóloga del Museo de Badalona, añade que el poblado tiene no solo valor en sí mismo, sino que también permite entender otros poblados como el de Puig Castellar, en Santa Coloma de Gramenet y el del Turó de les Maleses (Montcada i Reixac), entre otros. Entre estos asentamientos había una interconexión y relaciones frecuentes, según las investigaciones llevadas hasta la fecha. Además, en los restos de la vivienda cuyos cimientos se conservan se encontró el vas de les naus, un vaso de cerámica de manufactura íbera decorado con un barco griego llegando a la costa, lo que pone de relieve la relación que ya existía con culturas extranjeras. Esta pieza es única en toda Catalunya.
Perder este poblado, encontrado en 1933, implicaría perder un enclave y, a la vez, perder parte del conocimiento de toda la sociedad íbera que habitaba desde alrededor del río Besòs hasta bien entrada la comarca del Maresme.
PROYECTO INMOBILIARIO
Sobre la zona pesa un proyecto inmobiliario por el que se quieren construir entre 80 y 90 viviendas, una planificación que data de principios de los 80, pero que, por distintas cuestiones, quedó en suspensión. La constructora Vallehermoso iba a llevar a cabo las obras, pero perdió el terreno a raíz de la crisis del ladrillo en 2006 y la zona, finalmente, pasó a manos de la Sareb. Esta recuperó hacia finales de 2022 el proyecto, que recibió la aprobación del Ayuntamiento de Badalona a fecha del 8 de noviembre de 2022, dando un mes de margen para formular alegaciones. Asociaciones vecinales y ecologistas interpusieron varias de estas últimas. Todavía no han recibido respuesta.
A pesar de que el proyecto lleva en marcha desde el 78, lo que está sobre la mesa es una "revisión y actualización del Plan Parcial El Canyet, redactado por la empresa SPIM-URBS SL con fecha de marzo de 2007", --según la documentación oficial-- y que recibió el visto bueno definitivo del Ayuntamiento de Badalona en 2008. El proyecto quedó en el aire por la crisis financiera y del tocho hasta que, recientemente, se ha recuperado sin una nueva revisión del mismo.
El plan, que atañe al polígono C del barrio de El Canyet, prevé levantar una nueva urbanización totalmente equipada y dotarla de una calzada que conecta la carretera con el mismo nombre y la de Can Ruti. Esta última parte de la obra, se prevé, pasará por encima de la zona todavía no excavada del poblado, por lo que esa parte del legado layentano, griego y romano betulense --se han hallado ánforas grecolatinas-- podría perderse para siempre. En este sentido, los vecinos ven "innecesaria" la vía, pues las carreteras del Canyet y Can Ruti ya están conectadas en otros cinco puntos.
Contactados por este medio, la Sareb ha explicado que "tienen un interés claro y manifiesto en desarrollar este proyecto" urbanístico en Badalona.
DAÑO AMBIENTAL
Aledaño a los barrios de Can Ruti, Canyet y Bonavista, el monte sirve también como pulmón verde y como zona deportiva y de ocio para los habitantes de toda el área que tomó una gran relevancia a partir de las restricciones de movilidad impuestas durante la pandemia. Trabajar en ese terreno podría significar también la pérdida de varias minas de agua de varios siglos de antigüedad, así como un robledal compuesto por árboles centenarios. También afectaría a toda la fauna silvestre autóctona que habita en la colina.
Por otra parte, los vecinos sí se han mostrado a favor de hacer obras que "dignifiquen" el barrio siempre que se respete el entorno natural y el patrimonio arqueológico. Señalan que en las faldas del Turó d'en Boscà hay instalaciones deportivas que deberían ampliarse, así como sus plazas de aparcamiento, que serían útiles durante los múltiples eventos deportivos que allí se celebran. El presidente del Gremi de Llibreters de Vell de Catalunya y activista betulense, Marçal Font, ha comentado a Metrópoli que se podrían reactivar las excavaciones arqueológicas y protegerlas. Menciona, además, que el poblado íbero tiene el potencial para, si se cuida correctamente, ser un lugar en el que programar excusiones para escolares y un gran activo patrimonial de la ciudad.
El Ayuntamiento de Badalona ha confirmado a este digital que el proyecto se encuentra en el Plan General Metropolitano y que las alegaciones están en fase de estudio y se ha comprometido a dar prioridad a la preservación del patrimonio y el medio ambiente. No obstante, el ejecutivo municipal cambiará de color el próximo 17 de junio con la salida del socialista Rubén Guijarro y la entrada del popular Xavier García Albiol. Las fuentes consultadas comentan que el PP se ha comprometido a estudiar y revisar el proyecto una vez lleguen al gobierno y mantener reuniones con las asociaciones vecinales.
UNA ZONA ABANDONADA
El poblado adolece de degradación. Pese a su alto valor, lleva más de 30 años abandonada. Las últimas excavaciones datan de finales de la década de los 80 y nunca se terminó de desenterrar el poblado entero. El lugar quedó bajo vigilancia durante años hasta que, de pronto y sin previo aviso, dejó de estarlo. Así, el poblado es de acceso libre y gratuito, algo que, por un lado, acerca la actual ciudad de Badalona con el testimonio de su pasado, pero, por el otro, expone las ruinas al peligro de ser vandalizadas.
La única protección sobre el lugar es una valla con una verja, algo que no ha impedido que parte de los restos, que tienen más de 2.300 años de antigüedad, presenten pintadas relativamente recientes. En los alrededores al recinto pueden verse múltiples de restos como latas, plásticos y cristales ocultos entre las rocas. En la misma línea, incluso el cartel que indica la entrada al yacimiento del poblado está degradado, aguantado entre ramificaciones del tronco de un árbol.
Con todos los actores políticos y económicos interesados en continuar con el proyecto, queda por ver el resultado final de las alegaciones, la única herramienta que permitiría salvar estos valiosos vestigios del pasado. La decisión última la tomará el ayuntamiento de Badalona.