De la resignación y la labor sorda a una acción de ataque, con la bandera de las competencias locales. El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, elegido este jueves presidente del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), ha planteado un pulso metropolitano para que la Generalitat reaccione y deje atrás su posición “pasiva y de abandono”. Collboni tiene ahora un área metropolitana con mayoría absoluta del PSC, aunque con un gobierno integrado también por JxCat, los comunes y ERC. Lo que se pide es que el gobierno autonómico sea consciente de la fuerza de un territorio que agrupa a 5,5 millones de personas, lo que se conoce como la “región metropolitana”.

Ese poder territorial, bajo la personalidad de la ciudad de Barcelona, ha sido visto por el gobierno de la Generalitat como un contrapoder. Pero en el último decenio se inició una colaboración que permitió la creación de la AMB, con el apoyo del entonces alcalde Xavier Trias. Era la sustitución de la Corporación Metropolitana de Barcelona, anulada por Jordi Pujol en 1987. Ahora, con diez años de rodaje, y con la coordinación de muchas políticas locales, Collboni desea darle un nuevo impulso.

“En 1983 el alcalde Maragall dijo aquello de ‘en el horizonte de este mandato veo un nuevo Consejo de Ciento metropolitano’. Desde entonces, el AMB ha hecho el trabajo que le toca e, incluso, el que no le tocaba, porque el trabajo conjunto de los 36 municipios integrados nos ha permitido afrontar necesidades y una realidad que demasiado a menudo el Govern de la Generalitat ha ignorado”, aseguró Collboni en la toma de posesión de su nuevo cargo local.

Jaume Collboni y Xavier Trias, en la asamblea del AMB / AMB

La orientación del AMB cambiará bajo el mandato de Collboni. Esa es su intención, después de que durante muchos años el peso estuviera en el Baix Llobregat, dada la influencia de los alcaldes del PSC de esa comarca, con un marcado acento industrial. Según Collboni, ha llegado el momento del Besòs, con una alcaldesa que tiene un enorme peso en el actual PSC, Núria Parlón, al frente de Santa Coloma de Grament. “Quiero ser claro, es la hora del Besòs, por justicia histórica, deber moral y urgencia presente. Debemos enfocar la estrategia metropolitana en este ámbito”, ha señalado Collboni, con el foco puesto también en otras realidades: “Los barrios del Besòs en Barcelona, Sant Adrià, Santa Coloma, Badalona y Montcada i Reixac deben ofrecer oportunidades de futuro, calidad de vida y seguridad a sus jóvenes y vecinos”.

¿Qué ha pasado ahora, en todo caso? Los socialistas dominaban el AMB en el anterior mandato, pero la presidenta era Ada Colau, en calidad de alcaldesa de Barcelona. Hubo disfunciones, con un área de presidencia que actuaba también como una especie de comisariado político sobre las acciones que podía emprender el vicepresidente ejecutivo, Antonio Balmón, alcalde socialista de Cornellà, y que continua en el cargo. Diferencias en las políticas de vivienda, en el llamado ciclo del agua, con la pretensión latente de los comunes de ‘remunicipalizar’ el servicio del agua, y con diferentes visiones sobre otros ámbitos. Ahora, el papel de los comunes se diluye en el AMB, a partir de sus malos resultados en las elecciones municipales. Fueron la tercera fuerza, por detrás de PSC y Junts. En el gobierno metropolitano han perdido el control de áreas, precisamente, como vivienda.

Al margen de ese diferente peso político, Collboni y Balmón quieren que el AMB juegue un papel crucial, actuando como una administración local que presione al Govern de la Generalitat. Lo que se pone sobre la mesa es que el AMB, en realidad, no abarca sólo a los 3,6 millones de habitantes de esa corona alrededor de Barcelona, sino que supone una gran “región metropolitana”, que llegaría hasta los dos Vallès, y que agrupa a 5,5 millones de habitantes.

Oriol López (ERC), Antonio Balmón (PSC), Isidre Sierra (JxCat) y Lluís Mijoler (comunes) en la firma del acuerdo de gobierno metropolitano / AMB

Para jugar ese papel más ambicioso, el AMB dispone de un plan con 500 millones de euros, una inversión a diez años, con más de 30 medidas para el impulso social, territorial y económico destinado a esa mejor cohesión del Besòs con el área metropolitana.

Collboni ha llegado a señalar que el futuro es metropolitano: “O somos metropolitanos o no seremos”, con la idea de proponer un horizonte amplio. “El futuro nos señala la necesidad de establecer nuevas sinergias del Maresme al Garraf, pasando por los Vallès y seguramente incidiendo como mínimo en el Bages, el Penedès y el Anoia”.

Pero, ¿cómo? El hecho de que en el gobierno metropolitano estén integradas cuatro fuerzas políticas, con JxCat y ERC entre ellas, que han gobernado la Generalitat –ahora es ERC quien gobierna en minoría—debe permitir, a juicio de los socialistas, una mayor responsabilidad sobre el hecho metropolitano. Y para ello se propone un pacto metropolitano entre los ayuntamientos, el AMB, la Diputación y el Govern de la Generalitat que permita “gobernar, planificar y establecer estrategias para garantizar el funcionamiento del motor clave del progreso de toda Catalunya”, a juicio de Collboni.

El hecho es que ahora los socialistas dominan esas instituciones, a la espera de acceder, también, a la presidencia de la Generalitat. Con ese viento de cola, Collboni entiende que ha llegado el momento del salto metropolitano.

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