Paquita, una anciana de 97 años que vive en un cuarto sin ascensor en Badalona

Gran Barcelona

El tormento de Paquita, una anciana de 97 años que vive en un cuarto sin ascensor en Badalona

La mujer compró el piso con 22 años y, tras toda una vida en el barrio del Congrés, frontera con Sant Roc, no puede disfrutarlo por sus problemas de salud, agravados por las escaleras que tiene que subir y bajar a diario

5 diciembre, 2023 23:30

A Paquita le gusta salir a comprar. Dice que ella sola se entiende. Los tomates le gustan maduros y las cerezas deben ser unas en concreto: a su nieta le chiflan y por eso tienen que ser las mejores del mercado. De vez en cuando, en su ruta comercial por Badalona, hace una parada en su bar de confianza. Es uno cercano a casa. Las tiendas también están cerca. La mujer, que ya tiene 97 años, no puede alejarse mucho. Su hijo Marcos ya se lo ha advertido muchas veces: no debe ni siquiera intentar desplazarse sola a Sant Adrià de Besòs, algo recurrente en ella porque le gusta comprar por allí.

Paquita lleva toda su vida viviendo en el barrio del Congrés de Badalona, frontera con Sant Roc. Por “cinco duros” compró el piso en su juventud, con 22 años, y aquí tuvo a dos de sus hijos. Una vida familiar y tranquila que, con el paso del tiempo, se ha visto truncada: la mujer apenas puede subir y bajar las escaleras del edificio, que no tiene ascensor. Acceder a su piso, en la cuarta y última planta del bloque, se ha convertido en todo un desafío.

Paquita asomada al hueco de las escaleras desde su cuarto piso

Paquita asomada al hueco de las escaleras desde su cuarto piso Luis Miguel Añón

PROBLEMAS CARDIACOS Y RESPIRATORIOS

La vecina de Badalona abre sus puertas a Metrópoli. Camina con un bastón que se ha convertido en su fiel aliado los últimos meses, pero ella discrepa: “Puedo andar perfectamente sin él”. Se queja de que se pasa muchas horas sentada: “Mis hijos dicen que el sofá ya tiene hasta el hueco hecho”, bromea. Junto al sofá se encuentra otro de sus imprescindibles: la máquina de oxígeno. “No puedo estar ni 10 minutos de pie sin ella”, explica.

Paquita durante la entrevista con Metrópoli conectada a su máquina de oxígeno

Paquita durante la entrevista con Metrópoli conectada a su máquina de oxígeno Luis Miguel Añón

Paquita es toda una superviviente. A sus 97 años ha superado una operación de cáncer y sufre de problemas cardiacos y renales. Sus hijos se turnan durante el día para pincharle la insulina porque tiene “subidones” de azúcar muy fuertes. Además, le duelen las rodillas y su capacidad visual es muy limitada. Aún así, la anciana se empeña en seguir con su día a día hasta que no pueda más. 

Las manos de Paquita en unas pastillas durante la entrevista con Metrópoli

Las manos de Paquita en unas pastillas durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ

AYUDA PARA SUBIR LA COMPRA

Los problemas de salud que Paquita acarrea la obligan a tomarse decenas de pastillas al día. Algunas veces recurre a los vecinos para asegurarse de que se toma la correcta. Lo mismo para subir la compra: le pide a cualquier residente con el que se cruce que le lleve la compra hasta el cuarto piso. “A veces, si no hay nadie, se lo pido a alguien de la calle y le digo que le pago cinco euros”. Algo que provoca reprimendas por parte de sus hijos: “Me dicen que ya me compran ellos la comida y lo que necesite, pero a mí me gusta salir”. 

Paquita durante la entrevista con Metrópoli

Paquita durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ

Se acerca Navidad y la mujer quiere tener acopio de alimentos en su cocina, la estancia de la vivienda donde más tiempo pasa. Le gusta cocinar, pero lo poco que ve se lo dificulta: “Me queda siempre la comida cruda por un lado o directamente se me quema”, dice. Come siempre en la misma cocina, donde tiene una mesita frente a una ventana, la del patio de luces, por la que le entra una buena cantidad de luz. “Un piso con tanta luz como este no lo voy a encontrar en toda Badalona ni en ninguna otra parte”, asegura.

El salón de Paquita durante la entrevista con Metrópoli

El salón de Paquita durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ

“NO ME QUIERO IR”

Ante la pregunta de si se ha planteado vender el piso para encontrar otro más adecuado a su condición, ella contesta: “Mi hijo me ha buscado algún piso de alquiler pequeño, para mí, en el que pueda estar más cómoda, pero no me quiero ir”. Toda una vida en el mismo sitio le pesa y rehúye de la venta de la vivienda: “No me lo he planteado porque esta es mi casa”.  

Paquita durante la entrevista con Metrópoli

Paquita durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ

UN ASCENSOR, PRIMORDIAL

Todos los edificios de la calle donde reside Paquita tienen la misma estructura. Bloques de cuatro pisos de altura idénticos. Sin embargo, el de la anciana es el único que no tiene ascensor. Su instalación ya se planteó hace un par de años, pero la comunidad de vecinos decidió arreglar primero la fachada exterior. “Dijeron que primero eso y luego hablaríamos del ascensor”. Sin embargo, la cuestión sigue en el aire

Según los vecinos, el gasto, subvenciones aparte, debe correr a cargo de cada propietario residente del bloque. Se trataría de la causa principal por la que la decisión se eterniza. “Cuando se ponga yo ya no estaré aquí para verlo”, lamenta Paquita. "Yo no tengo dinero para comer, pero si hay que poner más dinero o alguna entrada para que se instale el ascensor, lo hago. Es lo más importante".

Retrato de Paquita en su salón

Retrato de Paquita en su salón Luis Miguel Añón

CARIÑO DE SUS FAMILIARES 

Por el momento, la anciana cuenta con el cariño y el abrazo de sus familiares, que vienen a visitarla regularmente. Además, el Ayuntamiento de Badalona ha puesto a su disposición a dos trabajadoras que, un par de veces por semana, le limpian la casa y recogen el desorden. “Mi hijo me ha dicho que no le abra la puerta a nadie más”. Una sabia advertencia ante todos los estafadores o ladrones que intentan acceder a viviendas en las que residen ancianos solos.

Paquita durante la entrevista con Metrópoli

Paquita durante la entrevista con Metrópoli SIMÓN SÁNCHEZ

Aún así, Paquita disfruta con las visitas e insta a los invitados a sentarse junto a ella en el sofá. La televisión siempre está puesta y adora contemplar las vistas del mercado de Sant Roc y de la plaza. Una plaza para la que también pidió, mediante registro al consistorio en junio del 2022, unos bancos que nunca llegaron.