Rótulo en la C-31 para disuadir a los clientes de la prostitución

Rótulo en la C-31 para disuadir a los clientes de la prostitución AJ GAVÀ

Gran Barcelona

Las prostitutas vuelven a asomar en la autovía de Castelldefels

El Gobierno de Gavà impulsó un plan de choque en 2017 que erradicó la actividad en la C-31, lugar donde ahora vuelve a resurgir tímidamente la prostitución a la altura del municipio vecino

9 marzo, 2024 17:56
Arturo Esteve Clara Fernández

La prostitución vuelve a aflorar tímidamente en la autovía C-31, a la altura de Castelldefels, uno de los epicentros de la prostitución callejera hace años. Así lo han confirmado fuentes policiales del municipio a este medio, quienes señalan que la Policía Local casteldefelense tuvo que “disuadir” a dos prostitutas que se encontraban en la autovía hace unas semanas.

Y es que desde hace meses se vuelven a ver mujeres trabajando en el arcén con sus habituales sillas de plástico apostadas para hacer la calle. Sin embargo, fuentes municipales de Castelldefels aseguran a este digital que se trata de “dos casos aislados” y que tienen la situación “bajo control”.

Gavà, libre de prostitución

La presencia de las prostitutas ha encendido las alarmas en los municipios de la zona. Gavà, colindante con Castelldefels y también atravesado por la C-31, abanderó hace años la lucha contra la explotación sexual. En conversación con Metrópoli, la alcaldesa gavanense, Gemma Badia, confirma que su administración también tiene constancia del resurgimiento de este fenómeno en la autovía.

No obstante, señala que su localidad se mantiene libre de prostitución siete años después de que el gobierno municipal pusiera en marcha un plan de choque para erradicarla. Los carteles de sensibilización que se instalaron en aquel entonces, y que aún pueden verse en la zona, recuerdan lo que un día fue esta autovía entre Gavà y Castelldefels: el epicentro de la explotación sexual. La guinda del pastel era la existencia del Riviera en este último municipio, uno de los mayores burdeles de España que protagonizó un escándalo de corrupción policial y que destapó una de las caras más crudas de la trata de blancas. 

Gemma Badia fue una de las impulsoras –junto a la exalcaldesa y exministra Raquel Sánchez–, de una potente campaña contra la prostitución en Gavà. Pusieron en marcha una medida pionera que consistía en hacer llegar las sanciones –que podían alcanzar los 3.000 euros– a casa de los clientes, una acción clave que permitió acabar con el fenómeno en dos años.

Prostitutas en la autovía C-31 en una imagen de archivo

Prostitutas en la autovía C-31 en una imagen de archivo Archivo

Si no hay demanda, no hay oferta y nosotros acabamos rápido con la prostitución en el municipio de Gavà a través de esta acción tan sencilla”, recuerda Badia, en aquel entonces al cargo de la concejalía de Espacio Público, Seguridad y Convivencia. Hasta el año 2017, entre 15 y 20 mujeres intercambiaban sexo por dinero diariamente en la C-31 y en vías secundarias de su entorno. Pese al éxito que el plan tuvo en Gavà, la alcaldesa lamenta que no llegara a más municipios. 

Las medidas de Castelldefels

En conversación con este medio, el gobierno de Castelldefels detalla que la prostitución está fuertemente perseguida en su municipio. Se sanciona tanto al cliente como a la prostituta, aunque se pone más énfasis en el consumidor, detallan las mismas fuentes. Igual que en Gavà, la multa llega a casa del cliente, una medida efectiva para disuadir a los puteros.

En lo que respecta a la mujer, “si después de llamarles la atención e invitarlas a irse a otro lugar incumplen con el aviso, la Guardia Urbana les abre una multa administrativa”, detallan fuentes del Ayuntamiento. El mismo consistorio también puso en marcha una modificación en la ordenanza para impedir la apertura de prostíbulos en el municipio y que estos estuvieran cerca de escuelas. Con estas iniciativas, tanto Castelldefels como Gavà han conseguido eliminar durante todos estos años la prostitución en la C-31, salvo la aparición en las últimas semanas de dos mujeres en la autovía. Ambos municipios están en alerta y se conjuran para que no vuelva a aflorar en este punto. 

Acompañamiento a las mujeres

Cuando se puso en marcha el plan de choque para erradicar la prostitución, Gavà alertó a los municipios colindantes, también afectados por la misma problemática, de la posibilidad de que la actividad se desplazara. “Hay clientes que preguntan a las prostitutas ‘¿esto es Gavà?’, para andar unos metros más y que la sanción no les llegue a casa”, apunta Badia, que cree necesaria la coordinación municipal entre las localidades afectadas. 

Gavà es uno de los 32 ayuntamientos catalanes (71 en toda España) inscritos en la red de municipios libres de trata. Entre 2017 y 2018 se multaron a 87 clientes. A quince de ellos se les envió la resolución de la sanción a casa. En 2019, un par de años después, las multas cayeron a dos. El plan sigue vigente para actuar en caso de detectar a alguna mujer que vuelva a la carretera a ofrecer servicios sexuales.

La alcaldesa recuerda que hace tiempo que no observan prostitutas en la vía, “al menos en el término municipal de Gavà”, y señala que en caso de localizar alguna se activará el protocolo diseñado para ofrecerle ayuda gracias a la formación que los distintos agentes implicados, desde servicios sociales a la policía, han logrado estos años. Aunque lo importante, recuerda, es tratar el tema en el ámbito social: “siempre que haya un modo de vida basado en la trata de mujeres, con unos fuertes intereses económicos detrás, será muy difícil abolir la prostitución”.