La Ribera, la estación ‘fantasma’ de metro en El Prat resultado de un proyecto millonario estancado
La parada de la L9 se construyó a petición del Ayuntamiento del municipio, que se comprometió a levantar un nuevo barrio llamado Eixample Nord
30 abril, 2024 23:30Sería un paisaje casi inhóspito si no fuese por la gran obra que predomina en el descampado. Se trata de La Ribera, la estación de la L9 del metro, una estación 'fantasma' abandonada desde hace más de ocho años en El Prat de Llobregat. Y todo apunta a que seguirá deshabitada de pasajeros y trenes durante mucho más tiempo. El nuevo plan aprobado por el Ayuntamiento que prevé urbanizar una de las zonas del terreno no supondrá la puesta en marcha de la estación porque no se planeó para este proyecto, sino para otro que todavía no tiene fecha de inicio.
Con una inversión millonaria, la estación de La Ribera –que se emplaza ente Les Moreres y El Prat-- se proyectó a petición del consistorio con motivo de la construcción un nuevo barrio, el Eixample Nord. El objetivo era una promoción de viviendas en este solar. Sin embargo, este barrio nunca vio la luz.
Un proyecto paralizado por la crisis
El Eixample Nord se situaba entre la autovía de Castelldefels (C-31) y la Pota Sud. La idea también incluía el desarrollo urbanístico (ahora aprobado) del barrio Seda-Paperera y el cubrimiento de la autovía. El plan se proyectó hace más de una década, pero con el estallido de la crisis inmobiliaria en 2008, los promotores se echaron atrás y quedó paralizado, según informa Miguel Ochoa, líder del PP en El Prat.
El proyecto quedó bloqueado y la constructora Vèrtix, encargada de realizar los trabajos, reclamó en 2010 al Ayuntamiento de El Prat 12 millones de euros en concepto de daños y perjuicios al considerar que el consistorio incumplió los términos del convenio urbanístico, algo a lo que el gobierno municipal se opuso, según informa Gerard Valverde, líder de Junts en el municipio.
Sin fecha más de una década después
Con todo, en 2011, la Generalitat anunció que la puesta en marcha de la estación La Ribera quedaba pospuesta hasta que se urbanizase la zona en cuestión, algo que todavía no es una realidad, según informan fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) a Metrópoli.
Pero la realidad es que el proyecto avanza a pasos de hormiga. Han tenido que pasar 10 años para que se pongan manos a la obra. El Ayuntamiento aprobó este marzo la construcción del nuevo barrio con la modificación del Plan General Metropolità (PGM) en la zona Seda-Paperera. No obstante, la puesta en marcha de La Ribera se ha descartado hasta que todo el plan del Eixample Nord esté terminado, una fecha que, de momento, se desconoce.
La Ribera, ¿una buena decisión?
La pregunta que muchos se hacen es: ¿por qué se construyó una estación si no se iba a utilizar? Fuentes del Ayuntamiento de El Prat aseguran a este digital que fue una “buena previsión de futuro”. “Cuando se planeó la L9 se hizo pensando en los proyectos de urbanización del Eixample Nord, para prestar servicio a este entorno y que ya se abrirá cuando toque”, afirman las fuentes.
Sin embargo, la oposición denuncia que, a pesar de que ahora se desarrollará la zona de la Seda-Paperera, el Ayuntamiento “no sabe qué hacer con el resto de terreno”. “Lo que queda es una estación vacía, que parece una seta y que tuvo un coste elevado para el contribuyente. Ahora estamos pagando todavía el error”, lamenta Valverde a Metrópoli.
Inversiones millonarias para un proyecto estancado
Según aseguran fuentes del Departament de Territori de la Generalitat, el proyecto de La Ribera formó parte de un paquete más grande de obras de la L9, con una inversión que se estima alrededor de los 6.500 millones de euros. La construcción de la línea ha sido siempre una de las prioridades del Govern, pero más de 20 años después del inicio de los trabajos, el proyecto se ha estancado y la fecha para terminarlo todavía es una incógnita.
A esto se suma la no aprobación de los presupuestos catalanes. La Generalitat preveía una fuerte inversión destinada a la ampliación y mejora de la red ferroviaria, con un total de 391 millones de euros. Gran parte de esta partida presupuestaria iría destinada a terminar las obras de la L9, con 194 millones de euros. Un dinero que ha quedado encerrado en un cajón.