De una sala en Gavà a conciertos en directo: la banda de música que ayuda a superar la dependencia de las drogas
La música se ha convertido en un "motor de recuperación" de los miembros del grupo y en una herramienta que les permite gestionar sus emociones
Una banda de música curativa. Que da rienda suelta a la emoción y expresión de personas en proceso de recuperación de adicciones a las drogas. Son músicos y, a la vez, pacientes que hacen sesiones de musicoterapia en la sala de un centro de desintoxicación de Gavà. Ahora se han expandido y persiguen una ilusión: actuar en conciertos.
La idea de este proyecto nace en septiembre de una asociación con sede social en L'Hospitalet de Llobregat creada por Rubén Martínez, terapeuta y promotor cultural, vinculado a la programación musical del segundo municipio más poblado de Catalunya.
El fundador de la entidad sabe en sus propias carnes la experiencia de un proceso de recuperación de una adicción. Por ello, una vez recuperado, gracias en buena parte a la música, quiso ayudar a otras personas en esta situación a sanar su dependencia.
La música como fuente de ilusión
El proyecto, denominado Renacimiento, es el primero de la asociación Vidamúsica y cuenta con cuatro socios: su director Rubén Martínez, el músico terapeuta y adicto recuperado Anxo Garrido, Rafa Pons y Carles Girbau.
Tanto Martínez como Garrido aclaran que, aunque el principal paso para salir de una adicción es acudir a un centro de desintoxicación, la música es una herramienta muy "potente" que ayuda en este proceso.
"En los inicios de un proceso de recuperación, los pacientes se enfrentan a altibajos emocionales y la música es idónea para trabajar este tipo de estímulos", asegura Garrido. "El vacío que experimentan una vez dejan el consumo de drogas, deben rellenarlo de ilusiones que sean saludables para no volver a recaer", señala Martínez.
Motor de recuperación
Para el fundador de la asociación, la música consigue precisamente eso: Te hace sentir, vibrar, conectar y hace salir de donde estas de una manera sana".
Lo corrobora a Metrópoli Héctor, uno de los pacientes y miembros de la banda. "Me ha ayudado un montón, por la parte emocional y la parte de la creatividad, es mi motor de la recuperación", asegura. "Antes asociaba la música al consumo, ahora es una forma de expresarme cuando no puedo con otro medio", sostiene.
En el mismo aspecto coincide Sonia, otra de las miembros del grupo que se encuentra en proceso de recuperación de una adicción. "Cuando entré aquí estaba muy bloqueada con todo en mi vida y la música me ha ayudado a expresar cosas que no he podido en terapia", explica. "Te abre mucho", destaca.
Conciertos en directo
La banda realiza de forma habitual sesiones de musicoterapia una vez por semana. Sin embargo, antes de actuar a finales de octubre en el Auditori Barradas de L'Hospitalet, dedicaron más sesiones para prepararse.
El 1 de marzo volverán a hacer otro concierto en el festival Barnasants, en el Teatre Casinet Hostafrancs, para el que ya se están preparando. "Estamos muy motivados e ilusionados, el otro que hicimos nos salió genial, fue muy emocionante, esperamos que éste próximo también sea así", expresa Lucía, otra de las miembros de la banda.
La música la traslada a los momentos que compartía antes de su proceso de recuperación, pero sin estar en consumo. "Siento las emociones limpias, con más intensidad", afirma. Por su parte, Héctor también la siente con otro registro. "El poder empezar a improvisar, tocar con compañeros, ellos con la voz, yo con la trompeta hace que vea la música de forma diferente", manifiesta.
La banda musical
El músico terapeuta Anxo Garrido explica a este digital que a través de canciones significativas de la vida de los miembros de la banda, les permite "entrar en el mundo de las emociones y ayudar a clarificar todas sus situaciones".
Garrido también destaca que en este proceso terapéutico musical entra en juego la ilusión. "El hecho de compartir momentos agradables en un grupo social también ayuda en el proceso de recuperación".
Tanto Lucía, Héctor y Sonia coinciden en estar en un ambiente donde cualquier emoción que pueda aflorar "con la música se puede tratar y compartir con tu grupo musical, ya que estás en la misma situación". "Te sientes muy acompañado", expresan.
Instrumentos, voz y el cuerpo
Cada sesión es una forma de conectar más con el grupo y experimentar la emoción que la música despierta en cada compás. Algunos utilizan instrumentos de percusión como el xilófono, otros la guitarra y algunos incluso utilizan la voz o su propio cuerpo.
"No es necesario tener conocimientos previos en música, todos pueden disfrutar de su poder sanador", afirma Garrido. Para aquellos con experiencia musical, estas sesiones les permiten retomar esta afición, pero esta vez sin estar contaminada por las drogas.
Héctor "ya no necesita anestesiarse" con sustancias. Utiliza su trompeta, ese instrumento que comenzó a tocar de pequeño y que ahora le llena de ilusión tocar acompañado de su banda. Sonia, por su parte, ya no quiere solucionar su bloqueo con las drogas, la música lo hace en su lugar. Y Lucía tampoco necesita recurrir a sustancias para rellenar carencias afectivas, ahora es la melodía la que nutre su alma.