Los ayuntamientos metropolitanos de Barcelona piden mejorar su financiación: “Queremos ser mayores de edad”
Las administraciones locales denuncian que han asumido más funciones y servicios con el paso de los años sin que se haya acompañado de un aumento de las partidas económicas, lo que eleva la presión sobre sus cuentas
Los ayuntamientos de los municipios metropolitanos de Barcelona piden una nueva ley de financiación local. Los alcaldes han alzado la voz para exigir una reforma urgente para un problema que hace años que arrastran y que se ha visto agravado por un contexto de creciente presión económica.
"Es necesaria una actualización urgente para no seguir aumentando la presión fiscal a la ciudadanía", asegura Isidre Sierra, primer edil de Sant Climent en declaraciones a Metrópoli. "Es un buen momento para resolverlo y estamos esperanzados en conseguirlo", añade el alcalde de Sant Vicenç dels Horts, Miguel Comino.
Los primeros ediles destacan que, a pesar de asumir nuevas competencias debido a la implementación de leyes de otras administraciones, los recursos no han acompañado este aumento de responsabilidades, lo que pone en peligro la calidad de los servicios públicos que prestan.
A nivel general, el aumento de servicios, la modificación de la plusvalía y la subida de los precios a raíz de la COVID-19 o la guerra de Ucrania, son algunos de los principales motivos que han llevado al límite las finanzas municipales.
Los municipios más pequeños, los más afectados
Si bien es una demanda que une a todos los consistorios, son los más pequeños los que denuncian sufrir una mayor presión. "Un municipio pequeño tiene el mismo nivel de exigencia que uno grande, pero tenemos menos ingresos y menor capacidad estructural. Ofrecemos el mismo número de servicios, pero con menos recursos humanos y económicos", explica Mercè Esteve, alcaldesa de Begues.
Además, los municipios metropolitanos que se encuentran próximos a Barcelona sufren también los problemas derivados de la capital catalana, en especial el relacionado con la vivienda, pero tienen menos medios para solucionarlo. "Las herramientas jurídicas y financieras están desfasadas porque hace muchos años que son las mismas", añade la alcaldesa.
"Nadie se ha puesto a hacer una nueva ley de financiación para nuestros problemas", asegura el alcalde de Sant Climent. La cuestión se hace más grande cuando se trata de "la primera puerta de acceso" a los problemas de los ciudadanos.
Los gastos suben más que los ingresos
El mismo Isidre Sierra, ha señalado que, en la última década, los gastos municipales han aumentado un 57%, mientras que los ingresos solo lo han hecho un 40%, lo que ha generado un desajuste de alrededor del 17%.
"Hay que creer en los municipios. Durante tres años las leyes de la regla del gasto no han funcionado, no ha estado vigente y los ayuntamientos han seguido mejorando su gestión", ha explicado. "No nos hemos vuelto locos. Queremos ser mayores de edad y gestionar nuestros recursos", ha añadido.
"Más servicios de los que nos corresponden"
A todo ello hay que sumarle el aumento de competencias. Los alcaldes de municipios metropolitanos consultados por Metrópoli coinciden: los Ayuntamientos han asumido más funciones de las que les corresponden sin que se les haya dotado de más recursos económicos.
"Recibimos en primera persona las demandas y aunque asumimos muchas acciones que son competencia de otras administraciones, sabemos que las personas que sufren las consecuencias son nuestros vecinos", asegura el socialista Miguel Comino.
Buscar un sistema "justo"
Los ediles coinciden en que es necesario un nuevo marco de financiación, que se adapte a las realidades locales y que permita a los municipios pequeños y medianos afrontar sus competencias sin comprometer la calidad de los servicios a los ciudadanos.
El alcalde de Sant Vicenç dels Horts, Miguel Comino, cree que debe ser un sistema "justo" que "permita a los ayuntamientos cubrir los gastos como administración más cercana para no dejar a nadie solo".
"Es importante que llegue el dinero. No quiero un presupuesto municipal sobrevalorado, sino uno que me permita utilizar mi dinero en función de las necesidades", ha añadido. En el mismo sentido, Sierra ha asegurado que no quiere "más dinero para fiestas", sino para financiar los servicios que deben prestar.
Un sistema adaptado
Los responsables municipales coinciden en que la nueva ley de financiación debe ser adaptada a las características específicas de cada municipio, especialmente cuando se trata de aquellos que tienen un contexto rural o de pequeño tamaño.
"El ciudadano de Sant Climent, o el de Calella, tiene los mismos derechos que el de cualquier ciudad grande, pero las necesidades y los recursos no son los mismos", explica Sierra. "Necesitamos un modelo de financiación que nos permita adaptarnos a esas diferencias y asegurar una gestión eficiente", ha añadido.
Las críticas también se dirigen a un sistema que, aseguran, no se adapta a las nuevas necesidades de los municipios. A pesar de haber demostrado una gestión eficiente y haber conseguido resultados positivos, los ayuntamientos denuncian que no pueden utilizar esos recursos para cubrir necesidades inmediatas, ya que la legislación actual restringe su uso. "Si haces bien tu trabajo y consigues un superávit, no puedes usarlo en tus propios servicios. Solo se permite destinarlo a inversiones, lo que limita gravemente nuestras capacidades de gestión", explica la primera edil de Begues.
Poner el dinero en la calle
Además, Esteve ha asegurado a Metrópoli que los ayuntamientos están "atados de manos y pies" porque "el control del gasto es excesivo y debemos seguir los mismos niveles de contratación que uno grande".
En el mismo sentido, Isidre Sierra se pregunta "¿dónde quieres el dinero: en la calle o en el banco?". "Tener recursos de libre disposición es un ejercicio democrático. Debemos poder aplicar en función de las necesidades. Los vecinos votan a un programa electoral", finaliza.