Exterior de la prisión de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires

Exterior de la prisión de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires Gencat Barcelona

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Los funcionarios alertan de la entrada masiva de móviles a las cárceles de Barcelona: “Es un grave problema”

Los funcionarios de prisiones alertan de un aumento de móviles decomisados en los últimos años, con un incremento del 240% en Catalunya entre 2018 y 2024

La nueva dirección de Wad Ras "endurecerá" las condiciones de los presos

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Los funcionarios de prisiones, alarmados por la tendencia al alza de decomisos de teléfonos móviles a los reos dentro de las cárceles de Barcelona. La plataforma Marea Blava ha alertado de un incremento que, entre 2018 y 2024, ha subido un 240% en toda Catalunya.

Lo ha hecho a través de un informe elaborado por la entidad, con datos extraídos a partir de una intervención del conseller de Justícia, Ramón Espadaler, interpelado por esta cuestión por el grupo parlamentario del PP.

Tendencia en auge

En Brians 1, desde que se inició el registro en 2018, el número de teléfonos decomisados ha aumentado de los 42 iniciales hasta los 81 del pasado 2024. La tendencia, en estos últimos, seis años, ha seguido una clara tendencia ascendente.

En el caso de Brians 2 la cifra también se ha duplicado. En 2018 se decomisaron un total de 54 dispositivos. El número ha ido aumentando año tras año hasta 2024, momento en el que se incautaron 106 teléfonos.

Fachada de la cárcel de Brians de Barcelona / EFE

Fachada de la cárcel de Brians de Barcelona / EFE

Wad Ras y centros abiertos

Una tendencia distinta, mucho más irregular, muestra el Centre Penitenciari Dones, también conocido como Wad Ras. En 2018 no se incautó ningún teléfono, pero la cifra se incrementó, en 2020, hasta los 26. No obstante, la situación se ha estabilizado en los últimos años, produciéndose 18 decomisos en 2023 y 10 en 2024.

El centro abierto de Barcelona 1 por su parte, acuña solo una incautación en 2023, mientras que el centro abierto de Barcelona 2 registra seis decomisos en 2024.

La cárcel de Wad-Ras de Barcelona, que se cerrará / GENERALITAT DE CATALUNYA

La cárcel de Wad-Ras de Barcelona, que se cerrará / GENERALITAT DE CATALUNYA

Entre las cinco penitenciarías mencionadas, se han retirado de circulación 1.073 teléfonos que estaban en manos de los internos. Desgranado por centros, encabeza la lista Brians 2, con 568 dispositivos.

Le siguen Brians 1 (412), el Centre Penitenciari Dones (86), el Centre Obert de Barcelona 2 (6) y el Centre Obert de Barcelona 1 (1).

Comisión de delitos

Y, ¿por qué es importante el control de teléfonos?, la plataforma argumenta que, por ley, "toda comunicación que los internos realicen con el exterior ha de ser autorizada expresamente por las direcciones de los centros".

La posesión de teléfonos no controlados abre la puerta a "la comisión de nuevos delitos o la continuidad --pese al encarcelamiento-- de actividades delictivas previas a la entrada en el centro".

Interior del Centro Penitenciario Brians 1

Interior del Centro Penitenciario Brians 1

Destacan también, entre las nuevas actividades delictivas, la "coordinación de entrada y salida de drogas de prisión, la extorsión a presos y familiares de los reos para la entrada de droga en las penitenciarías, la realización de pagos por tráfico y consumo de estupefacientes y la ruptura de sentencias de protección y no comunicación con las víctimas".

Incautaciones en Catalunya

Los datos presentados crecen cuando se amplía el espectro a toda la red de penitenciarías catalanas, sobre todo porque son las prisiones como las de Quatre Camins (1.186) y Mas d'Enric (606), las que más decomisos han vivido en los últimos seis años.

En este sentido, el Principado aglutina un total de 4.546 incautaciones de teléfonos móviles desde 2018. 

"Los teléfonos móviles dentro de las prisiones se han convertido en un grave problema y evidencia la laxitud y la permeabilidad en cuestiones de seguridad de nuestros centros penitenciarios", ha sentenciado la plataforma.

Rutas de entrada

Preguntados por Metrópoli, desde la organización ubican tres rutas de entrada de este tipo de dispositivos a las penitenciarías. En primer lugar, es muy común que se introduzcan en los vis a vis íntimos. El visitante "se introduce por la vía rectal o vaginal, envuelto en un preservativo, un teléfono de pequeñas dimensiones" que sirve para poco más que hacer llamadas.

Exterior de la prisión de Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires)

Exterior de la prisión de Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires) Gencat

Los smartphones, con conexión a Internet, acceso a redes sociales, WhatsApp u otras aplicaciones de mensajería, los hace mucho más golosos. Si bien no se descartan otras rutas de entrada, se ha identificado que llegan a través de "trabajadores de empresas externas que colaboran con las penitenciarías, por ejemplo, con los talleres".

También, añade, "se han detectado trabajadores lamentablemente corruptos que, por desgracia, se prestan a suministrar a los internos con teléfonos a cambio de dinero u otro tipo de pago".