Retrato de Alberto Lorente

Retrato de Alberto Lorente Luis Miguel Añón

Gran Barcelona

Alberto Lorente, el conductor de TMB de Viladecans con récords Guinness en natación: "La costa barcelonesa es un vertedero"

El deportista quiere recorrer España nadando en 19 días con un proyecto solidario para limpiar las playas antes de colgar el bañador y sumar un nuevo hito a su increíble trayectoria 

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Dar la vuelta a España nadando para limpiar las playas y los mares. Ese es el último reto de Alberto Lorente, un conductor de bus de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) que en sus ratos libres se dedica a surcar las aguas de la costa metropolitana.

En concreto en la playa de Viladecans, donde entrena desde hace años porque es donde vive, aunque en los próximos días va a nadar por toda la costa española antes de colgar el bañador. 

19 días nadando por España

El reto empieza el 22 de abril en Bilbao y acabará el 10 de mayo en Salou. A las 13:00 horas Lorente saltará a la ría de la emblemática ciudad vasca. Las primeras brazadas las dará junto al conocido Museo Guggenheim y por debajo del famoso Puente de Vizcaya antes de iniciar un viaje por las aguas españolas. "Quería hacer algo grande", asegura.

El nadador Alberto Lorente durante la entrevista con Metrópoli

El nadador Alberto Lorente durante la entrevista con Metrópoli Luis Miguel Añón

 

Por delante, el recorrido le llevará por toda las ciudades costeras de la península, Canarias y las islas baleares hasta la playa Ponent de la costa tarraconense. Salou es un lugar especial para él: "Ha sido el municipio donde he veraneado. Me unen varias cosas y es superespecial, quiero disfrutar de esa llegada".

Final en Barcelona

Acabar en Viladecans o en la misma Barcelona hubiera sido cerrar su trayectoria en casa y "completar la vuelta", asegura. Pero Salou le ha puesto "muchas facilidades y era un guiño hacia ellos". "A nivel logístico hubiera sido muy difícil terminar en el Hotel Vela", puntualiza. 

Entre permisos, logística, llamadas y ser padre de familia, lo más difícil no ha sido nadar. “El reto han sido los permisos de puertos, capitanía, Guardia Civil, ocupación de vía pública, drones, limpieza, coordinación con todos los ayuntamientos… Esto ha sido una locura”, asegura.

Esta vuelta es especial. Hay una parada en Valencia, por ejemplo, que será más que simbólica. Allí colaborará con damnificados por la DANA, una catástrofe que ha dejado a muchas familias devastadas. “Hay mucho trabajo por hacer y ya no se escucha en la prensa. No quería solo pasar por allí, quería parar y echar un cable". Ahí hará una etapa, pero durante otros dos días estará ayudando a los afectados. 

Alberto Lorente en su visita a Metrópoli

Alberto Lorente en su visita a Metrópoli Luis Miguel Añón

Limpiar las playas

La idea nació hace poco menos de un año. En julio de 2024. “Decido que es hora de colgar el bañador porque en casa hay que atender, que está prácticamente olvidada, y esa balanza a veces pesa más”, reconoce. Y pensó en hacer un proyecto grande, diferente, que tuviera sentido. “Quiero mandar un mensaje de reflexión y de conciencia a nuevas y no tan nuevas generaciones del estado de nuestros mares”, dice.

Se alió con Enrique Herrero, profesor de instituto en Sevilla, y juntos le dieron forma: Alberto nadaría, y a lo largo de las etapas, desde tierra, otros grupos harían limpiezas de playas.

Bicis en el fondo del mar

Alberto ve cada vez que entrena en Viladecans o por la costa barcelonesa el estado de las playas y mares: “Desde toallas, preservativos, colillas, latas... hasta bicicletas del Bicing o neumáticos”, asegura. “Dices, ostras, ¿qué hacen aquí? Parece un vertedero”, añade.

Alberto Lorente durante uno de sus retos en el mar

Alberto Lorente durante uno de sus retos en el mar Cedida

Por eso, este reto tiene un mensaje claro: “basta”. “Basta de mirar hacia otro lado. El planeta responde cada vez más fuerte y hay que cuidarlo durante todo el año. No solo en verano o cuando vamos de vacaciones”.

Retirada

Tras completar este reto, a sus 36 años, pondrá fin a su etapa como nadador. Alberto lo tiene claro, quiere volver a disfrutar de este deporte que le enganchó y que le cautivó hasta el punto de dedicarle todo su tiempo que no pasaba al volante de un autobús. 

"Necesito descansar", asegura. "No estoy disfrutando de este deporte. No está siendo sano. Estoy yendo a entrenar muchos días por obligación porque hay que cumplir", añade.

"No tiene que seguir así. En una disciplina que me ha dado tanto, que en el momento que ahora empieza a quitarme, hay que poner fin. Son etapas", justifica. 

Alberto Lorente en una piscina en una imagen de archivo

Alberto Lorente en una piscina en una imagen de archivo Cedida

De momento será "un punto y aparte", asegura, aunque no sabe que le depara el futuro. "Esa conexión con el agua siempre la tendré, pero al nivel profesional y de los récords Guinness es insostenible. Yo como del autobús, no de esto”, añade.  

Lo que sí que tiene claro es como quiere que se le recuerde. "Con una sonrisa", afirma. 

La libertad del mar

Sus inicios en la natación se remontan a los tres años, cuando sus padres le apuntaron a nadar por "el miedo a que me ahogase". De ahí empezó a competir en el Club Natación Hospitalet hasta la adolescencia, cuando lo dejó. 

No fue hasta años más tarde cuando se volvió a enamorar de este deporte. Fue durante unas vacaciones en Lanzarote con su actual mujer, con quien comparte lo más importante de su vida: una hija y un hijo. 

Alberto Lorente en una imagen de archivo

Alberto Lorente en una imagen de archivo Cedida

"Retome las brazadas con una travesía entre Lanzarote y Fuerteventura", rememora. Fue entonces cuando se volvió a enganchar. "Esto me gusta. Lo necesito", pensó. Desde entonces hasta ahora ha seguido dando brazadas en el mar, siempre con un mismo lema que le ha acompañado toda su trayectoria: 'cada brazada cuenta'. 

Cuando se le pregunta qué significa nadar, responde sin dudar: “Libertad. Vivimos con demasiado ruido. Y el mar es silencio, es paz. Solo el que lo ha probado lo entiende”.

Retos solidarios

Sus retos han estado siempre marcados por un compromiso social ineludible. Para Lorente no han sido tan importantes los récords sino el mensaje. Alberto es nadador, sí. Pero también padre, conductor de autobús, y sobre todo, una de esas personas que decidió que su deporte no podía limitarse a medallas y cronómetros. “Siempre he creído que deporte y solidaridad tienen que ir de la mano. Siempre”, afirma con convicción. "Los récords y las medallas se quedan en el armario", añade. 

Alberto Lorente durante uno de sus retos

Alberto Lorente durante uno de sus retos Cedida

En junio de 2020 se lanzó a una piscina para nadar durante 30 horas de forma ininterrumpida y recaudar fondos para la casa Ronald McDonald de Barcelona, un hogar para familias con hijos hospitalizados. 

En junio de 2022 completó la vuelta a Mallorca en 90 horas. Durante 9 días recorrió 300 kilómetros a mar abierto para rodear la isla balear por etapas. El objetivo en este caso era visibilizar la lucha contra el cáncer y recaudar fondos para la Asociación de padres de niños con cáncer de Baleares (Aspanob). 

"No quiero los récords"

El nadador de Viladecans rechazó otros dos récords Guinness en 2023. Lorente se lanzó a una piscina redonda de ocho metros de diámetro y 78 centímetros de profundidad para denunciar que España sea el país con más cetáceos en cautiverio. 

El objetivo era completar 24 horas seguidas nadando para recrear las condiciones de estos animales. No puedo completarlo por un corte de digestión, aunque la empresa del Libro Guinness confirmó que nadie había conseguido completar nunca antes tantos kilómetros ni tantas horas nadando en círculo. 

Lorente lo rechazó. "No quiero los récords", afirmó entonces por no haber completado su objetivo. "Los rechacé por cabezón", asegura casi dos años después. 

Alberto Lorente en una imagen de archivo

Alberto Lorente en una imagen de archivo Cedida

Sacrificio familiar

Los entrenos le han quitado mucho tiempo. Con retos que harían abandonar a los mortales, el nadador de Viladecans asegura haber dejado de pasar tiempo con sus hijos y su mujer, que ha sido su gran apoyo. Lorente sabe que ha sacrificado mucho, pero lo asume con madurez: “Lo que más me he perdido es tiempo en casa. Pero son etapas. No quiero seguir perdiendo más. Por eso, toca colgar el bañador”, explica.

De su familia habla con respeto y cariño. Especialmente de su mujer: “Es un 75%, no una media naranja. Ella lo lleva todo. Lo emocional, lo logístico, lo económico…” Y de sus hijos, con ternura: “Intento hacerle entender al peque que hay que ayudar, que no hace falta que el vecino te pida ayuda para ofrecerla. Que algún día quizá la necesitemos nosotros”. 

Y cuando llegue el 10 de mayo a Salou, después de semanas nadando, limpiando, concienciando, lo que espera sentir es reunirse con su familia y sus amigos para cerrar esa etapa.

Alberto Lorente en una imagen de archivo

Alberto Lorente en una imagen de archivo Cedida

Devolver el sacrificio

Ahí, con su mujer, sus hijos y sus amigos, en una playa que también fue parte de su infancia, Alberto no estará solo. Le acompañarán decenas de personas que se han solidarizado con su causa y que se sumarán a él durante los 19 días de travesía.

A ellos les quiere agradecer que se hayan sumado a este último reto, el que puede culminar una gran carrera con otro Récord Guinness. “Sentiré gratitud. Porque durante años he dado mucho, y ahora me están devolviendo todo ese cariño”.