Una salida de la rotonda de La Parellada de Sant Boi
Los vecinos de Sant Boi, críticos con las "eternas obras" de la B-25: "Estamos igual que hace meses"
El consistorio aseguraba en mayo que el eje principal estaría operativo este verano, pero los cortes, desvíos y retenciones siguen marcando el día a día en la ciudad
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Las promesas de verano se han quedado cortas en Sant Boi. La construcción de la nueva autovía B-25, llamada a aliviar en 35.000 vehículos diarios la castigada C-245 y a jubilar la histórica rotonda de La Parellada, no avanza tan fluida como auguraba el consistorio.
“Cuando quiero ir a Barcelona tengo que dar mucha más vuelta que antes… se siguen formando retenciones. Creo que todavía les falta bastante”, lamenta Tania, vecina del municipio.
Obreros trabajando en la construcción de la autovía B-25 de Sant Boi de Llobregat.
En la misma línea, Álex, otro residente, apunta que “más o menos estamos igual que hace meses, aunque sí que se va viendo evolución en las obras”.
Otros, sin embargo, perciben mejoras parciales. “Das mucha vuelta, el bus 79 sigue dando mucha vuelta, pero el tráfico va mucho más ligero”, sostiene Marcel, usuario habitual de la zona.
Una obra largamente esperada
El proyecto de la B-25 no es nuevo. Se planteó hace casi dos décadas como una vía de alta capacidad capaz de conectar la A-2 con la C-32 y la Ronda Litoral sin obligar a atravesar Sant Boi ni saturar Cornellà o Gavà.
La previsión era dar fluidez a la movilidad diaria en un corredor donde confluyen residentes, tráfico industrial y desplazamientos hacia el aeropuerto.
Sin embargo, los primeros estudios se remontan a 2009 y las expropiaciones y trámites urbanísticos retrasaron el inicio real de las obras hasta julio de 2023.
El mapa del proyecto de la B-25, que conecta la autopista C-32 con la autovía A-2
Fue entonces cuando el Ministerio de Transportes puso en marcha los derribos y movimientos de tierra, con una inversión de más de 65 millones de euros.
La futura vía contempla 2,1 kilómetros con dos carriles por sentido, un carril bici de 750 metros, pantallas acústicas, pasos para peatones y ciclistas y nuevas rotondas en los accesos al Parc Agrari y a los polígonos de la zona.
Con ello, el Ayuntamiento busca también reducir la contaminación y reordenar los accesos a la ciudad.
“Es verdad que ahora está mucho mejor, mucho más fluido y la sensación es que habrá valido la pena, pero constantemente abren y cierran salidas.
Ya me ha pasado dos veces ir a trabajar y encontrarme el camino cambiado de un día para otro”, denuncia Gabriel, otro vecino. "Las obras se están haciendo eternas", añade.
Un eje clave para la movilidad metropolitana
Más allá del impacto local, la B-25 se enmarca en la estrategia de movilidad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Carreteras del AMB
La vía será un nuevo corredor alternativo a la B-20 (Ronda de Dalt), descargará tráfico de la C-32 en su tramo hacia Castelldefels y facilitará los accesos tanto al aeropuerto como a la zona logística del Puerto.
Además, el carril bici previsto conectará con los itinerarios metropolitanos del Llobregat, integrando el proyecto en la red ciclista interurbana.
La obra, por tanto, no solo busca resolver los atascos de Sant Boi, sino reordenar la movilidad del sur del área metropolitana.
Optimismo en primavera
De hecho, el consistorio destacaba entonces que la fase más crítica del proyecto ya se había superado y que el tramo entre Castelldefels y Cornellà estaba en funcionamiento desde abril.
La sensación era de cuenta atrás. “La B-25 ya empieza a ser una realidad”, repetían fuentes municipales.
La realidad del presente
El entusiasmo, sin embargo, contrasta con el panorama actual. Según la última actualización municipal, todavía falta algún paso más.
Desde el 3 de septiembre está cerrado durante dos meses el ramal de salida de la C-245 en dirección A-2, a lo que se suman desvíos intermitentes y accesos al centro de Sant Boi aún bloqueados.
Mapa de las vías alternativas en Sant Boi a causa de las obras de la B-25
Sí, hay mejoras palpables —nuevos carriles abiertos, desvíos que han aligerado parte de las retenciones—, pero el balance ciudadano es claro: la B-25 todavía no ha cumplido lo que prometía.
El verano ha pasado sin que la autovía esté plenamente operativa. La gran obra metropolitana sigue en marcha, pero su promesa de “solución definitiva” para la movilidad en el Baix Llobregat aún está por estrenar.