Exterior de Brisa en Gavà Barcelona
De polígono fantasma a tardeo de moda del Baix Llobregat: 'Brisa' resucita la zona industrial de Gavà
El descampado polvoriento junto a Barnasud se ha transformado en el referente de ocio de la comarca
Gemma Badia, alcaldesa de Gavà: "La prioridad es que la gente pueda vivir aquí y no tenga que marcharse"
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Hubo un tiempo en que la zona industrial de Gavà, junto al centro comercial Barnasud, era un páramo de naves vacías, parkings desiertos y reputación incierta. De noche, pocos se hubieran aventurado a caminar por aquellas anchas calles sin vida.
Este verano se ha desvelado el potencial del polígono gavanense. La plaza John Lennon, un espacio que lleva dos décadas en el olvido, se ha convertido en el kilómetro cero de la fiesta del Baix Llobregat con la irrupción de Brisa Open Air.
Entrada de Brisa Open Air, en Gavà Barcelona
Una apuesta arriesgada y a contrarreloj
La iniciativa partió del grupo Lancaster, junto con tres socios más con experiencia en el sector del ocio —Paripé, La Daurada y Biloba—.
En apenas tres meses levantaron un espacio multifuncional, con escenario, barras, zona VIP, foodtrucks y servicios como punto lila, stands de purpurina, tatuajes temporales o fotomatón. Un pequeño oasis en medio de lo que parecía un barrio fantasma.
El Brisa Open Air de Gavà el 10 de septiembre, un día antes de uno de sus eventos de tardeo Barcelona
La inversión, tal y como explica Albert Estragués, CEO de Lancaster, ha rondado los 400.000 euros para tres meses de actividad. Un riesgo que, a tenor del resultado, ha merecido la pena.
Según cálculos de la organización, cada jornada ha reunido a una media de 2.000 personas, con picos de asistencia que han alcanzado el aforo completo (3.000 personas).
Hacia el ocio diurno
Adelantar el comienzo de la fiesta; el ya sonado formato del 'tardeo', ha sido una de las claves. "Hoy la gente quiere salir a las cinco de la tarde y estar en casa a medianoche. Los jóvenes se cuidan más. Es un ocio más sano y más seguro. Es lo que funciona", defiende Estragués.
Brisa no es after, es antes. Y en ese antes, Gavà ha encontrado un filón.
Manuel Moreno, subdirector del Brisa Open Air, y Albert Estragués, CEO del grupo Lancaster Barcelona
La fórmula conecta con un cambio de hábitos que ya se venía gestando. El tardeo, nacido durante la pandemia como respuesta a las restricciones horarias, ha dejado de ser moda pasajera para convertirse en la nueva normalidad del ocio.
Desde el gobierno municipal avalan que Brisa encaja perfectamente en su estrategia de ocio y cultura municipal. "Nuestra voluntad era crear zonas de ocio para que nuestros jóvenes y no tan jóvenes pudieran disponer de infraestructuras oportunas", señalan a Metrópoli.
Uno de los espacios reservados del Brisa Open Air de Gavà Barcelona
Destacan la coordinación con agentes cívicos y Policía Municipal, el respeto por vecinos y comercios, y la promoción de la música local, convirtiendo a Brisa en "una de las mejores alternativas musicales y culturales al aire libre de la comarca".
Por el escenario ya han pasado desde grupos locales como Soulmates o Mala Vida, a Juan Magán o Los Búhos.
Un formato para el gran público
"Aquí puede venir mi sobrina de 19 años y mi hermana de 50. Eso es lo que hace fuerte al proyecto", apunta Estragués.
El público sorprende por su diversidad. Judit, una joven de Gavà, lo confirma a este digital: "Había gente de todas las edades. Predominaban los que estaban entre los 22 y los 30 años, pero había gente más mayor y más pequeña".
La barra central del Brisa Open Air de Gavà Barcelona
El CEO insiste en que la propuesta es inclusiva: "Intentaremos también el año que viene hacer algún monólogo, eventos para todos tipos de públicos, desde jóvenes hasta familias".
Más visitantes para el Barnasud
Los comerciantes del Barnasud han notado un cambio: "Sé que los restaurantes del centro han trabajado bastante más, como Burger King y McDonald’s", comenta Estragués.
Además, el evento da visibilidad a los grupos locales y crea un efecto llamada para toda la comarca, atrayendo además público de Sabadell, Vilanova o hasta Lleida.
Vistas del Barnasud desde el escenario del Brisa Open Air de Gavà Barcelona
Seguridad reforzada
Cambiar el sentido de la corriente de la reputación de la seguridad del polígono industrial de Gavà se presentó como un desafío.
"Mucha gente nos decía 'cómo vais a montar esto ahí', 'no sé si ir porque no me fío del ambiente', y cuando han llegado han alucinado", relata el entrevistado.
Un parking abandonado a pocos metros del Brisa Open Air de Gavà Barcelona
Cada sesión ha movilizado a unos 90 trabajadores, entre ellos 25 vigilantes de seguridad y 15 agentes cívicos en accesos, parkings y alrededores. La coordinación con la Policía Local y los Mossos ha sido constante.
El único punto negro llegó después del concierto de Juan Magán, cuando, tal y como informa el medio local Gavà Info, un control detectó que uno de cada tres conductores daba positivo en la prueba de alcoholemia.
Desde entonces, la organización reforzó la comunicación sobre transporte público y empezó a valorar campañas de concienciación.
Aislamiento insonorizador
El recinto está a cinco minutos de la estación de tren de Gavà, con conexiones directas a Barcelona y alrededores, y ofrece parking gratuito para cientos de coches.
Al estar rodeado de naves industriales y sin viviendas cerca, apenas se han registrado quejas por ruido, algo casi imposible de encontrar en la zona.
Espacio para aparcar gratuitamente al lado del Brisa Open Air de Gavà Barcelona
"Uno de nuestros grandes aciertos fue elegir un sitio donde no molestamos a nadie. Los asistentes llegan en tren, aparcan sin problemas y pueden disfrutar sin tensiones con el vecindario", subraya Estragués.
Aterrizar y quedarse
En apenas cuatro semanas de agosto, más de 20.000 personas han cruzado las puertas de Brisa, con una media de 2.000 asistentes por tarde y jornadas de lleno absoluto.
"Pasamos de cero a cien en diez segundos. No sabíamos si funcionaría y de repente nos vimos con colas en la puerta y el recinto lleno", recuerda el organizador.
Con planes de repetir el próximo año y ampliar la temporada de mayo a octubre, Brisa ha hecho brotar una semilla en medio de un árido perímetro de cemento. El tardeo parece haber aterrizado en su hábitat natural. Queda por ver si los alrededores también florecen.