Unos viñedos en una imagen de archivo

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Gran Barcelona

El pueblo a media hora de Barcelona perfecto para visitar en otoño: National Geographic lo recomienda para comer bien

El municipio barcelonés se consolida como uno de los destinos gastronómicos más atractivos de Catalunya, con el restaurante Can Poal como gran referente

Otras informaciones: Este es el municipio más rico de Catalunya que ha doblado su renta en solo 10 años: un pequeño pueblo verde junto a Barcelona

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Con la llegada del otoño, los planes que combinan buena comida, naturaleza y tranquilidad se convierten en una de las escapadas favoritas para quienes viven en Barcelona.

Cada vez más viajeros buscan rincones cercanos donde disfrutar de la cocina catalana más auténtica, lejos del bullicio urbano pero sin renunciar a la calidad gastronómica.

Masías rehabilitadas, vinos locales y menús de temporada marcan tendencia en esta época del año, y algunos de estos destinos han logrado incluso atraer la atención de medios internacionales como National Geographic, que ha puesto el foco en un pequeño municipio a solo media hora de la capital catalana por su excepcional oferta culinaria.

Restaurante Can Poal en Vallromanes en una imagen de archivo

Restaurante Can Poal en Vallromanes en una imagen de archivo Can Poal

Un oasis en el Vallès Oriental

Vallromanes se ha ganado un lugar en el mapa gastronómico gracias a la recomendación de la revista, que lo destaca como el destino perfecto para quienes buscan comer bien y desconectar del ruido urbano.

Este pequeño municipio del Vallès Oriental, rodeado de bosques, viñedos y masías centenarias, se convierte así en una escapada ideal para el otoño, cuando los colores del paisaje y la oferta culinaria alcanzan su máximo esplendor.

El artículo del prestigioso medio subraya el encanto de este pueblo verde y tranquilo, situado entre Montornès del Vallès y Alella, y pone en el centro de atención al restaurante Can Poal, una masía restaurada que se ha convertido en templo de la cocina catalana tradicional.

Plaza de la iglesia de Vallromanes

Plaza de la iglesia de Vallromanes

Con su chimenea encendida, su carta de temporada y su apuesta por el producto de proximidad, el restaurante ofrece una experiencia culinaria auténtica, cálida y profundamente catalana.

Tradición y producto local en un entorno natural

Can Poal, abierto en 2009 por el chef Ferran Balet, discípulo de Santi Santamaria y Mey Hofmann, es el gran protagonista de esta distinción. Su propuesta combina el respeto por la tradición con una visión contemporánea de la cocina catalana.

En su menú destacan platos como los calçots a la brasa, el cordero al horno, las carnes y una selección de vinos locales que reflejan la riqueza vitivinícola de la comarca.

El restaurante ha sido reconocido con el distintivo Bib Gourmand de la Guía Michelin por ofrecer alta calidad a precios moderados, y es un punto de encuentro tanto para barceloneses que buscan una escapada gourmet como para los vecinos del pueblo, que lo consideran un símbolo de identidad local. 

Un refugio de otoño entre viñedos

Más allá de su oferta gastronómica, Vallromanes es también un destino de naturaleza y bienestar. El municipio se encuentra a los pies de la Serralada Litoral, lo que lo convierte en punto de partida para rutas de senderismo, paseos en bicicleta y escapadas rurales.

Zonas de viñedos en una imagen de archivo

Zonas de viñedos en una imagen de archivo

Sus masías históricas, su campo de golf y su balneario con aguas termales hacen del pueblo un refugio ideal para quienes buscan descanso y aire puro sin alejarse de Barcelona.

El centro del pueblo conserva su encanto rural, con calles empedradas, una iglesia parroquial del siglo XVIII y un ritmo de vida pausado que contrasta con la cercanía de la gran ciudad.

En otoño, las colinas que rodean Vallromanes se tiñen de tonos ocres y dorados, y los restaurantes llenan sus cartas con productos de temporada como setas, caza y verduras de proximidad.

Destino en auge para foodies y excursionistas

El reconocimiento de National Geographic ha puesto a Vallromanes en el radar de los foodies y excursionistas que buscan experiencias auténticas.

Su combinación de gastronomía y paisaje lo sitúan entre los pueblos más recomendables para visitar en esta época del año. Además de Can Poal, el municipio cuenta con otras propuestas destacadas, desde casas rurales con cocina de autor hasta bares tradicionales donde probar vinos del Maresme y embutidos artesanos.

Con esta mención, Vallromanes se consolida como uno de los grandes destinos gastronómicos del entorno de Barcelona, una escapada perfecta para quienes desean disfrutar del otoño entre buena mesa, naturaleza y tradición catalana.