Josua, el luchador que huyó de "la peor época" de El Salvador y triunfa desde Cornellà: "Pude cambiar mi vida"

Josua Hernández recuerda con nitidez su infancia en El Salvador. El joven de 27 años explica un trozo de su historia a Metrópoli, sentado en el tatami de la Academia L'Hospitalet Jiu-Jitsu, donde se forma como luchador profesional desde hace unos años.

Nacido en Zacatecoluca, una ciudad de poco más de 60.000 habitantes, Josua creció rodeado de violencia: "Yo viví la peor época de mi país. La tasa de homicidios era de 100 al día", cuenta, tranquilo, a este medio.

Allí se pasó toda su infancia, a cargo de su abuela, mientras su madre trabajaba en España para darles un futuro mejor a él y a sus dos hermanas. Finalmente, el sueño se cumplió y, "gracias a Dios", Josua aterrizó en Barcelona. Concretamente, en Cornellà de Llobregat. Hoy, el salvadoreño lucha --literalmente-- para labrarse una gran carrera en las MMA.

Josua Hernández, luchador profesional de MMA, durante su entrevista con Metrópoli GALA ESPÍN Barcelona

Acostumbrado a la violencia

Desde bien joven, Josua se acostumbró al clima imperante de violencia de su país de origen. Por eso, reflexiona ante cámara, quizá no se escandaliza tanto como otros con los sucesos que ocurren a diario en Barcelona. "Yo he visto muertos por la calle. Hemos tenido toque de queda y no por ninguna pandemia como aquí", rememora. 

Aun así, su familia lo mantuvo alejado de la "mala vida". "Lo más fácil era pertenecer a alguna mara", asegura. No había posibilidades de futuro. No había oportunidad de crecer laboralmente. 

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Año Nuevo en el avión

"El Salvador era como es actualmente Cuba o Venezuela. Era normal ver a gente armada por la calle o tener que ir a recoger el cuerpo de algún familiar tuyo al que habían matado". Un testimonio, el de Josua, que estremece, pero que el joven cuenta con entereza.

El luchador tiene grabado a fuego en la memoria el día que llegó a la capital catalana: "Fue el 1 de enero del 2010. Celebré Año Nuevo en el avión".

Josua Hernández, luchador profesional de MMA, durante su entrevista con Metrópoli GALA ESPÍN Barcelona

Su pasión, los idiomas

Una vez aquí, el panorama mejoró para Josua. Pero no fue hasta los 16 años que se inició en el mundo de las artes marciales.

"A mí siempre me han encantado los idiomas", reconoce a Metrópoli. "Quería ser traductor. Incluso les hacía tours por la Sagrada Família a conocidos de mi familia que venían de Ucrania u otros países".

Eso y los tatuajes siempre han sido sus grandes pasiones. Pero siendo un adolescente comenzó a entrenar Muay Thay, "por calmar mis nervios, era un chico muy movido", y eso lo cambió todo.

Demasiada energía

Para Josua, era un hobby. La manera de gestionar toda la "sobrenergía" que tenía dentro, acompañado de algunos amigos. "Me identifico con Joel Álvarez porque él también dice que su sueño de joven no era este".

Ya con 18, se fijó en las MMA y se enfocó en ellas. Le fue tan bien que debutó en amateur a los pocos meses. Sin embargo, en ese punto llegó la pandemia y todo se paralizó. Pero Josua viajó a Inglaterra para entrenar y entró en el circuito de los campeonatos, donde ganó los de Catalunya y España.

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Reality de los hermanos Climent

Finalmente, el salvadoreño encontró en la Academia L'Hospitalet Jiu Jitsu el lugar donde evolucionar en su carrera. Y llegó otro gran evento que marcó su trayectoria: su paso por 'Warrior Games', el reality de los hermanos Climent. Una oportunidad que, dice, “no podía dejar pasar” y que marcó un antes y un después en su trayectoria.

“Lo vi una oportunidad superguay y fui. Dos semanas antes me ofrecieron pelear en ARES MMA, pero decidí apostar por el reality”, recuerda. Fue un proceso, admite, “de prueba y error”. En la casa, los luchadores convivían y competían bajo presión.

Josua Hernández, luchador profesional de MMA, y Andrea Meneses durante su entrevista con Metrópoli GALA ESPÍN Barcelona

Sin embargo, en ese escenario entabló amistad con otros participantes y se dio cuenta de que “si nos teníamos que pegar, nos pegábamos”. Muestra de que no todo es compañerismo: hay que estar preparado para lo que toca, incluso en lo emocional. Fue allí donde entendió que debía endurecerse un poco, no ser tan compasivo.

Una mala experiencia

Pero no es oro todo lo que brilla. Durante su carrera, Josua ha tenido momentos difíciles que lo han hecho aprender mucho sobre sí mismo.

Uno de esos episodios fue una pelea que, reconoce, no salió como esperaba: “Salí con rabia, y me pasó factura. No controlé mis emociones y lo pagué dentro del octágono”. Este momento le sirvió para entender que la preparación física no basta; la fortaleza mental y el control emocional son igual de decisivos para un peleador de MMA.

Josua Hernández, luchador profesional de MMA, durante su entrevista con Metrópoli GALA ESPÍN Barcelona

Multidisciplinar

Su día a día en España lo tiene muy claro: alterna disciplinas. MMA, boxeo, lucha, K1. Se define como stricker, pero entrena duro, con variedad, buscando crecer en todas las áreas.

Lamenta no haber podido pelear en la última edición de AFL que tuvo lugar el sábado, 11 de octubre, en Badalona. Una rotura de nudillo se lo impidió, pero no desiste. Josua quiere ahora revertir su negativo en récord profesional. Eso no lo frena ni lo avergüenza; lo usa como motivador. 

"Pude cambiar mi vida y lo hice"

Uno de los logros personales que el salvadoreño más destaca es el hecho de que ahora tiene un grupo de aproximadamente 15 niños a los que entrena y para quienes él mismo es un referente.

No solo lucha por sí mismo, sino para demostrar que sí se puede cambiar el destino: "Yo vengo de donde vengo y aquí estoy", dice. "Pude cambiar mi vida y lo hice".

Josua Hernández, luchador profesional de MMA, durante su entrevista con Metrópoli GALA ESPÍN Barcelona

Implicación

Lo que Josua ha construido es algo más que un peleador: se ha “recreado a sí mismo”. Ha salido de allí (El Salvador), no solo físicamente, sino emocionalmente, con otra forma de ver la vida, con nuevas herramientas, con otra resiliencia.

Y aunque algunos lo vean como parte de un show, él insiste en que no lo es: su compromiso, su dolor, sus sacrificios, son reales. "Hay tanta gente implicada en esto que es imposible no emocionarse e implicarse", expresa.

Mención especial en este punto de la entrevista a Andrea Meneses, a quien el peleador ve como a una hermana mayor que lo motivó y lo ayudó con sus entrenos.

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En cuanto al futuro, sus planes son claros: quiere pelear antes de que acabe este año, estabilizar su carrera y volver a competir al inicio del próximo.

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