Setas en una imagen de archivo
El mejor sitio para coger setas cerca de Barcelona este otoño: espacio protegido con más 12.000 hectáreas de bosque mediterráneo
El Parque Natural del Garraf se consolida como uno de los destinos favoritos para los aficionados a la micología, a solo media hora de la capital catalana
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El otoño ha vuelto a teñir de ocres y dorados los bosques catalanes, y con él llega uno de los planes más esperados por los amantes de la naturaleza: la recolección de setas.
Las primeras lluvias y el descenso de las temperaturas marcan el inicio de la temporada boletaire, una tradición muy arraigada en Catalunya que combina deporte, gastronomía y conexión con el entorno. A pocos kilómetros de la capital catalana, los bosques se llenan de familias, excursionistas y expertos micólogos que buscan níscalos, rebozuelos y otras joyas del subsuelo.
Esta actividad, además de ser un plan perfecto para los fines de semana otoñales, fomenta el respeto por el medio ambiente y la gastronomía de proximidad.
Los “boletaires” más veteranos saben que no se trata solo de llenar la cesta, sino de disfrutar del paseo, del silencio del bosque y de la satisfacción de cocinar después los frutos de la jornada.
Imagen del Parc Natural del Garraf
El mejor sitio
En esta época, cuando las lluvias despiertan el aroma húmedo del bosque y el suelo se cubre de hojas doradas, la provincia de Barcelona se convierte en un auténtico paraíso micológico. Y entre sus enclaves más destacados, el Parque Natural del Garraf emerge como una joya escondida a tan solo media hora de la ciudad.
Situado entre las comarcas del Garraf, el Baix Llobregat y el Alt Penedès, este espacio protegido abarca más de 12.000 hectáreas de bosque mediterráneo, con una biodiversidad que sorprende incluso a los excursionistas más experimentados. Su peculiar paisaje de calizas blancas, encinas, pinos y matorrales acoge en otoño una gran variedad de hongos, entre ellos los populares rovellons y las llenegues, dos especies muy apreciadas en la cocina catalana.
Una tradición otoñal muy viva
Coger setas, o “fer bolets” como se dice en catalán, es mucho más que un pasatiempo. Es una costumbre que une generaciones y que forma parte del patrimonio cultural del territorio. Familias enteras se calzan las botas, arman sus cestas de mimbre y se adentran en los senderos en busca de los preciados hongos que crecen bajo el mantillo del bosque.
Una boletaire buscando setas en el Montseny
En el Garraf, los visitantes pueden seguir rutas señalizadas como la Ruta del Bolet, un itinerario de 3,5 kilómetros que combina el paseo entre encinares con la posibilidad de descubrir los secretos de la micología. Además, el parque dispone de zonas de descanso y miradores que permiten disfrutar de las vistas del Mediterráneo, haciendo de la experiencia algo más que una simple búsqueda gastronómica.
Cómo disfrutar del Garraf de forma responsable
Los expertos recomiendan realizar la recogida con moderación y respetando las normas del parque. No arrancar los ejemplares, usar cestas transpirables y evitar remover en exceso el terreno son gestos esenciales para preservar el ecosistema.
También es importante recordar que las setas son organismos delicados: no deben lavarse hasta el momento de cocinarlas, ya que absorben humedad y pierden su textura y sabor. Bien conservadas, pueden durar un par de días en un lugar fresco y ventilado.
Setas en un bosque de Catalunya PEXELS
Otras zonas en Catalunya
Más allá del Garraf, Catalunya cuenta con rincones excepcionales para los aficionados a la micología. En el norte de la provincia de Barcelona, la comarca de El Berguedà se consolida cada año como uno de los destinos más populares. Sus bosques de pino rojo y roble, entre municipios como Gósol, Vilada o La Pobla de Lillet, ofrecen un entorno idóneo para encontrar rovellons, rossinyols y ceps. Esta comarca, conocida como “la tierra del níscalo”, celebra incluso ferias y jornadas dedicadas a las setas, donde la tradición boletaire se mezcla con la gastronomía local y el turismo rural.
Otro enclave imprescindible es el Parque Natural del Montseny, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. A menos de una hora de Barcelona, este espacio combina frondosos hayedos, robledales y pinares donde crecen algunas de las especies más apreciadas del otoño, como el ou de reig, el camagroc o el fredolic.
Una seta tóxica en un bosque
Su red de senderos señalizados y la belleza de sus paisajes lo convierten en una opción perfecta tanto para expertos como para familias que buscan un plan tranquilo en plena naturaleza. Además, en pueblos cercanos como Viladrau o Sant Esteve de Palautordera abundan los mercados y restaurantes que celebran la temporada con menús basados en setas recién recogidas.
Una experiencia para todos los sentidos
Más allá de la recolección, el Parque Natural del Garraf ofrece una escapada completa. Entre senderos que serpentean por antiguos viñedos, cuevas naturales y ermitas escondidas, los visitantes pueden disfrutar de una jornada de desconexión total a solo unos kilómetros del bullicio urbano. Y si el tiempo acompaña, nada mejor que culminar la jornada con un plato de rovellons a la brasa o un guiso de llenegues al ajillo, dos recetas clásicas del recetario catalán que saben a otoño.
Este año, con una temporada especialmente prometedora gracias a las lluvias tempranas de octubre, el Garraf se posiciona como el mejor sitio para coger setas cerca de Barcelona. Un enclave natural donde gastronomía, tradición y paisaje se dan la mano para ofrecer una experiencia inolvidable en pleno corazón del bosque mediterráneo.