Kenia Valencia en las jornadas de Bricodepot

Kenia Valencia en las jornadas de Bricodepot Òscar Gil Coy Cabrera de Mar

Gran Barcelona

Kenia (41 años), propietaria de una empresa de reformas en Barcelona: "Me encanta cuando pago a mis operarios, es un oficio digno y bien pagado"

Criada en una familia "muy machista", llegó a España con 18 años y hoy dirige su propio negocio: descubrió entre brochas y cemento una "forma de libertad que nunca imaginó"

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El sol de mediodía se filtra por las lonas transparentes de una carpa de plástico improvisada. El aire huele a yeso y a pintura fresca.

Sobre unas mesas plegables, varias jóvenes observan con atención cómo un grupo de mujeres les muestra cómo alisar una pared o mezclar los tonos adecuados para un estucado.

Dos jóvenes pintando en el taller organizado por Bricodepot

Dos jóvenes pintando en el taller organizado por Bricodepot Òscar Gil Coy Cabrera de Mar

Entre ellas está Kenia Valencia, con el cabello recogido, las manos manchadas de blanco y una voz firme que impone respeto y ternura a partes iguales.

Llegó a Barcelona desde Ecuador con 18 años. Hoy, con 41, vive en Badalona y dirige su propia empresa de reformas. Nunca imaginó acabar aquí, entre brochas, rodillos y cemento.

Si hubiera sabido que iba a terminar teniendo una empresa de reformas, hubiera estudiado arquitectura”, dice con una sonrisa cansada pero satisfecha.

Lo suyo, explica, no fue una vocación prevista, sino una pasión descubierta por accidente.

De los tacones a las botas de seguridad

Todo comenzó cuando su hermano, oficial de obra, la convenció para montar un negocio juntos. “Me insistió durante un año hasta que le dije que sí”, recuerda.

Ella era comercial, pero pronto cambió los tacones por botas de seguridad. “No sé si es mi vocación, pero lo hago con pasión como si lo fuera”. Y en ese “como si” está su secreto: la convicción de que la pintura no solo transforma espacios, sino también destinos.

El papel de la mujer

Kenia defiende con orgullo el papel de las mujeres en un sector donde aún son minoría en la obra y el taller. “Nosotras somos más detallistas, tenemos esa fuerza en la delicadeza”, explica mientras corrige a una alumna el trazo de la brocha.

No dice que los hombres lo hagan peor, insiste, sino que el resultado es distinto. “Un cliente puede decir: esta pared fue pintada por una mujer, y no es ni bueno ni malo, simplemente somos diferentes”.

Jóvenes en el taller de Kenia en bricodepot

Jóvenes en el taller de Kenia en bricodepot Òscar Gil Coy Cabrera de Mar

Su empresa crece gracias al boca a boca. Hace tres años que no busca clientes: llegan solos. “Eso es lo que más me enorgullece, porque significa que confían en mi trabajo”, afirma.

Más allá del éxito profesional

Pero más allá del éxito profesional, hay algo que la emociona más: poder dar empleo. “Me encanta cuando llega fin de mes y pago a mis operarios. Les estoy dando un poco de lo que tengo”, dice mientras sus ojos se humedecen.

Para ella, enseñar no es solo formar, sino abrir puertas. Cree que el futuro de los oficios depende de iniciativas como esta, organizadas por empresas y —ojalá, dice— por los propios ayuntamientos.

"El oficio se está perdiendo"

Mientras nuevos oficios relacionados con tecnología o inteligencia artificial salen a la luz, parece que los trabajos de toda la vida "han dado un paso atrás".

El oficio se está perdiendo, no hay cursos ni formación suficiente”, lamenta. “No todo el mundo quiere ir a la universidad. Estos trabajos también son dignos, están bien pagados y te permiten dejar una parte de ti en cada cliente”.

Una jóven pintando en el taller de Kenia de Bricodepot

Una jóven pintando en el taller de Kenia de Bricodepot Òscar Gil Coy Cabrera de Mar

Hace más de dos décadas, Kenia decidió dejar su país para ser libre. “Vengo de una familia muy machista y quería ser libre. En mi cabeza daba igual dónde estuviera, pero fuera de allí lo sería”.

Hoy, mientras observa a las jóvenes manchándose las manos de pintura, parece haber cumplido esa promesa. “Sí, soy completamente libre”, dice. “Y poder enseñar esto, poder compartirlo, es mi manera de construir libertad con cada pared que pintamos”.