La masía de Cal Monés en El Prat de Llobregat
El Prat proyecta un macroparque de 92.000 m2 junto al aeropuerto para blindar una masía histórica
El Ayuntamiento plantea rehabilitar la edificación abandonada, de propiedad municipal, y convertir sus terrenos en un espacio que actúe como pulmón verde y cojín entre el municipio y la infraestructura aeroportuaria
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El Ayuntamiento de El Prat de Llobregat ha trazado un nuevo horizonte para Cal Monés, uno de los grandes espacios situados al sur del municipio y hasta ahora pendiente de urbanización. El consistorio ha presentado una propuesta de modificación urbanística que transforma de forma significativa el futuro de este espacio verde.
La aprobación inicial de la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) transforma por completo el papel que este ámbito deberá jugar en la estructura urbana y ambiental de la ciudad.
Pasará a ser un gran parque naturalizado, con vocación de punto de transición entre el barrio de Sant Cosme, el tejido industrial y el entorno aeroportuario, y que incorporará como pieza central la recuperación y protección de la masía de Cal Monés, un edificio del siglo XVII catalogado como bien patrimonial.
Un parque de más de 90.000 m2
La propuesta plantea eliminar la previsión vigente de construir en este ámbito hasta 24.000 m² de equipamientos deportivos, un tipo de uso que, según el documento técnico, resultaría excesivamente intensivo y poco adecuado para una zona concebida como “cojín” entre el tejido urbano y el Aeropuerto de Barcelona.
El documento urbanístico justificaba esta previsión a principios de los años noventa como parte de un “gran parque equipado”, alineado con las necesidades del barrio de Sant Cosme. Sin embargo, tras décadas de evolución urbana, el Ayuntamiento considera que este modelo ha quedado desfasado. Además, su ubicación alejada del centro dificultaría que los equipamientos prestaran servicio a la población prevista.
Masía de Cal Monés en El Prat de Llobregat con el Aeropuerto de Barcelona
En lugar de ello, el planeamiento propone calificar más de 92.000 m² como sistema de espacios libres, reforzando la función ambiental del parque y recuperando elementos patrimoniales clave, como la antigua acequia y la propia masía de Cal Monés.
Espacio estratégico junto al Aeropuerto
Según expone la memoria del planeamiento, Cal Monés es hoy un espacio estratégico por su posición y dimensiones: un triángulo de más de 92.000 m² que no está urbanizado y que actúa como frontera entre la ciudad consolidada y el suelo aeroportuario.
Su localización permite proyectar un gran parque metropolitano que funcione como pulmón, como pieza ambiental y como amortiguador entre las infraestructuras y los entornos residenciales. Esta vocación, argumenta el documento, es incompatible con la instalación de grandes equipamientos deportivos intensivos, que requieren edificaciones, cierres perimetrales, iluminación y un ritmo de uso elevado, lo que generaría una "barrera visual y física", además de un impacto ambiental significativo.
Solo una pequeña parte —unos 5.060 m²— se reservará como equipamiento público, coincidiendo con la masía y su entorno inmediato. Esta protección urbanística permitirá preservar el edificio catalogado y, a través de un futuro plan especial, habilitar un uso cultural, comunitario o vinculado a la memoria histórica del municipio.
El documento también abre la puerta a que el parque incorpore sistemas de generación de energía renovable, como pérgolas fotovoltaicas, siempre garantizando la continuidad del espacio verde y su carácter público. La energía producida podría destinarse a la comunidad energética del Prat.
La masía de Cal Monés en El Prat de Llobregat
Proteger la masía del siglo XVII
El corazón de la transformación será la masía de Cal Monés, un edificio histórico datado en el siglo XVII y protegido en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico municipal.
El conjunto incluye la casa principal, anexos, una era empedrada y vestigios agrícolas e hidráulicos como la antigua acequia. Pese a su valor, la masía se encuentra en estado deteriorado debido a actos vandálicos y al abandono prolongado. Parte de su cubierta desapareció y se han perdido elementos singulares, como salas con grafitis históricos. En 2014 se realizaron trabajos de consolidación estructural, pero el edificio continúa necesitando una intervención profunda.
La catalogación de equipamiento que propone el texto municipal permitirá rehabilitar el inmueble respetando las condiciones de preservación y dotarlo de un uso público compatible con su conservación.
El uso exacto se definirá mediante un plan especial posterior, pero el documento ya avanza posibles orientaciones: un equipamiento cultural, comunitario o de memoria histórica que actúe como centro de interpretación del territorio, punto de encuentro vecinal o equipamiento pedagógico vinculado al patrimonio agrícola y al paisaje del Delta.
Vista aérea de la zona de Cal Monés en El Prat
Espacio naturalizado
El resto del ámbito, más de 92.000 m², se calificará íntegramente como sistema de espacios libres. El futuro parque será mayoritariamente naturalizado, con funciones ambientales claramente definidas: amortiguador acústico y visual del aeropuerto, corredor ecológico, espacio de descanso y paseo, y zona de valor paisajístico e histórico.
Otro elemento clave de la propuesta es la relación de Cal Monés con su entorno inmediato. La memoria recuerda que las obras estatales de reconfiguración viaria —que enlazan la avenida Onze de Setembre, la Ronda Sud y el vial de acceso al aeropuerto— afectan al límite norte del parque. Por ello, la MPGM ajusta las trazas y las calificaciones para adaptarse al nuevo viario, evitando interferencias futuras y asegurando una integración correcta del parque con el sistema de movilidad metropolitano.
A diferencia de Parc Nou, donde ya existen usos deportivos y donde el Ayuntamiento quiere potenciar actividades culturales y de ocio para atraer a la ciudadanía, su propuesta urbanística quiere “poner en valor los orígenes del ámbito y parte de la historia del municipio”, explica el documento.
La acequia histórica y la masía serán activos centrales en esa lectura del paisaje, y la urbanización del parque se planificará con criterios ambientales, respetando la topografía plana característica del Delta y potenciando su valor como gran zona verde metropolitana.
La masía vista desde la C-32
Traslado del espacio deportivo
Los equipamientos deportivos inicialmente previstos en Cal Monés se trasladarán al Parc Nou y al CEM Julio Méndez, donde, según el Ayuntamiento, tendrán un mayor uso y accesibilidad para el vecindario de Sant Cosme. Paralelamente, se compensará la reducción de espacio libre en el entorno inmediato con la calificación como parque del Fondo d’en Peixo y del espacio alrededor de la escuela infantil Sol Solet.