Turistas en Horta, Baró de Viver o La Marina del Port Vell. El Govern municipal ha puesto en marcha la centrifugadora para enviar a los turistas del centro de la ciudad hacía las zonas en las que su presencia no es tan destacada. La aprobación del Pla Especial d'Allotjaments d'Ús Turístic (PEUAT), con el voto favorable d'ERC i la abstención de la CUP – Capgirem Barcelona, permitirá que, por cada plaza turística que se dé de baja en el centro de la ciudad, se pueda sumar una de nueva en las zonas de crecimiento sostenido.

El plan hace meses que se negocia en los despachos, pero no ha sido aprobado hasta que Ada Colau ha cumplido un año y medio en el cargo. Un retraso al que la regidora de Urbanisme, Janet Sanz, solo ha hecho referencia indirectamente. “Tal vez [la respuesta] llega tarde, porque mucha gente ya se ha visto expulsada de su barrio”, declaraba en el último plenario y admitía en paralelo que revertir la problemática de pisos será “muy difícil”.

El PEUAT asegura una diversificación económica y pone en orden una de las máximas actividades económicas de la ciudad”, señalaba Sanz. La edil garantiza que el plan no es prohibicionista, sino que busca “controlar y limitar” el turismo que antes crecía “descontroladamente”.  

Mapa del PEUAT

Mapa de Barcelona según su calificación para abrir nuevos alojamientos / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Un incremento que ya probó de atajar inicialmente mediante la moratoria hotelera y que fue criticada incluso por ERC por “indiscriminada”. Sin embargo, dicha moratoria no ha sido obstáculo para la formación independentista, la cual finalmente ha dado su visto bueno a la medida después de semanas de negociaciones y alegaciones.

LA DERECHA DICE 'NO' EN BLOQUE

CiU, el PP y Ciudadanos han rechazado frontalmente en el PEUAT. “El Plan es una mala herramienta urbanística; perjudica el presente y puede hipotecar el futuro de la ciudad”, consideraba el concejal de CiU, Josep Martí, quien se acogió al comunicado del sector del turismo para defender sus tesis.

Además, el edil apreció que el documento estaba “cargado de errores y despropósitos, marcado por la deriva ideológica del Govern”. “Lo han pactado con las plataformas que endemonian el turismo”, sentenciaba Martí.

A pesar que el PEUAT debe significar la dispersión de los alojamientos turísticos por toda la ciudad en opinión del Govern, Ciudadanos contempla sus consecuencias a la inversa. “Claramente favorece la concentración de alojamientos y encarece su precio”, ha señalado el concejal de C's, Koldo Blanco. Una opinión a cual la bancada del PP ha añadido que “generará inseguridad jurídica” y que “tampoco servirá para garantizar el descanso y la convivencia de los vecinos”.

“PEUAT O BARBARIE”

Unas opiniones que para la CUP – Capgirem Barcelona vienen a ser la confirmación que los partidos de derechas son “simplemente una cadena de transmisión de las clases dominantes”, apuntaba su concejal Maria José Lecha. La formación de la izquierda independentista ha criticado al ejecutivo que la medida tampoco sirva para frenar los proyectos que se escaparon de la moratoria hotelera, como el hostel de la Vila Olímpica.

“El proyecto centrifuga, no resuelve”, sintetizaba Lecha. Desde la CUP explican que su abstención solo se entiende como el resultado del “chantaje” al que le habría sometido BeC y el PSC en las negociaciones. “El Govern nos ha planteado PEUAT o barbarie”, aseguraba su portavoz, quien ha advertido de que su formación endurecerá el discurso contra el incremento del turismo.

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