Ada Colau no da puntada sin hilo. La alcaldesa de Barcelona ya tiene atada una coalición electoral para el 21 de diciembre con Podemos y con ICV. A esta plataforma intenta oponerse el líder de Podem (la versión catalana de Podemos), Albano Dante Fachín. Pero la maquinaria de los comunes y de Podemos es demasiado poderosa y se lo llevará por delante en un plazo de una a dos semanas.
La Ejecutiva de Catalunya en Comú (CeC) ya decidió el pasado domingo que los comunes concurrirán a las elecciones autonómicas de diciembre “defender su proyecto soberanista y de cambio en las urnas y no dejar vacío este espacio en la contienda electoral”. Este viernes, se volverá a reunir para elaborar una propuesta de candidatura y un código ético. En el proyecto, que quieren que encabece Xavier Domènech, tienen cabida los tradicionales socios de los comunes, ICV y Podemos, aunque en estos momentos el líder de Podemos en Catalunya no está por la labor y ha abierto conversaciones con las fuerzas netamente independentistas para coaligarse con alguna de ellas.
La situación ha tensado gravemente a Podemos. En una dura rueda de prensa celebrada este martes, Fachín arremetió contra Pablo Iglesias, a quien acusó de implantar su particular artículo 155 en Podem. “Rajoy dijo que se había de quitar un Gobierno y dar la voz a la gente, e Iglesias dijo que se ha de sacar una dirección democráticamente elegida y dar la voz a la gente”, espetó el aún miembro de Podemos.
De momento, las conversaciones de Fachín se han dirigido a ERC y al PDeCAT, pero también abarcarán a la CUP, cuyo Consejo Político decidirá en una reunión en Perpignan el próximo sábado si acuerda concurrir al 21-D en coalición. Esa decisión deberá ser ratificada en asamblea general el 12 de noviembre. Por tanto, es aún una incógnita si esta organización puede tender la mano a los díscolos de Podem.
CONTACTOS CON LA CÚPULA DE PODEMOS
A pesar de todo, desde el partido de Ada Colau se da por hecho que la dirección nacional de Podemos “tomará cartas en el asunto y terminará por echar a Albano Dante. Lo que tenemos claro es que
repetiremos coalición porque es lo más lógico y, hasta ahora, nos ha dado buenos resultados”. Según parece, personas cercanas a la alcaldesa –incluso puede ser que ella misma- han mantenido contacto no sólo con la cúpula estatal de Podemos, sino con sectores afines a ésta en Barcelona con el fin de reconducir la situación y converger en una candidatura única en las próximas autonómicas de diciembre.
De hecho, desde el mes de abril hay un sector de Podem que se integró orgánicamente en la estructura de Catalunya en Comú y ahora se espera que, tras una consulta interna, el resto de Podem acabe formalizando una alianza con los comunes. Con ello, se zanjaría la cuestión de la plataforma electoral de izquierdas y, de rebote, la crisis abierta en el seno de Podemos con su sección catalana.
“Sabemos que desde las filas independentistas no nos lo pondrán fácil. Y hemos detectado movimientos para dejarnos en evidencia, así como ofrecimientos de posiciones en listas electorales a miembros de la izquierda no independentista, pero no creemos que nadie se vaya a mover”, admiten fuentes de los comunes a este diario. Es cierto que los independentistas necesitan ensanchar su segmento de votos y buscan nuevos caladeros en los que echar sus redes, pero Colau ha logrado permanecer en una extraña equidistancia dando una de cal y otra de arena, apostando por las instituciones catalanas, pero rechazando cualquier atisbo de unilateralidad o de vulneración de las leyes desde las instituciones.
NO A LA POLÍTICA DE ESCAPARATE
La habilidad de la alcaldesa de Barcelona para conquistar el favor de la cúpula nacional de Podemos, no obstante, llega en un momento en que los independentistas la aprietan por varios frentes. Ya no es sólo que le hayan puesto un pacto encima de la mesa para que rompa su alianza con los socialistas: este mismo martes, el líder del PDeCAT, Xavier Trias, le pidió que promueva una moción municipal reconociendo a Carles Puigdemont como único presidente legítimo de la Generalitat de Catalunya. Trias negocia también con el republicano Alfred Bosch la presentación en el plenario de este jueves de una declaración que explicita ese apoyo, así como el apoyo a la Mesa del Parlament (también querellada por rebelión), condena el encarcelamiento de los presidentes de la ANC y de Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart respectivamente, a quienes trata de “presos políticos”, y condena asimismo la “judicialización de la política catalana”.
Para el partido de Colau, no obstante, estas iniciativas son sólo “una pose”, ya que el Ayuntamiento ha de “ocuparse y preocuparse, en primer lugar, de los problemas de los conciudadanos” y “no perder de vista los objetivos cercanos. Lo demás es realizar política de escaparate”.