El proyecto de funeraria municipal de Colau ha sufrido, este viernes, un duro revés en el pleno. La falta de apoyos ha hecho que este punto se retirara del orden del día. Está claro que el modelo que defiende el concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona, Eloi Badia (BeC) no goza del beneplácito de ningún partido de la oposición. Por segunda vez en medio año el proyecto recibnía un varapalo (el primero fue en la comisión de Presidencia del pasado mes de abril) que lo abocaba a un callejón sin salida. En esta tesitura, el gobierno de Ada Colau no ha tenido más remedio que claudicar y abrirse a incorporar propuestas de la oposición a un nuevo proyecto funerario que tendrá poco que ver con el original. El objetivo es que durante el pleno del próximo mes de diciembre se cumpla la máxima de que a la tercera va la vencida y el tanatorio público reciba la esperada luz verde.
Contra todo pronóstico, Badia ha comparecido para anuncuar el cambio de rumbo y atribuir la retirada del proyecto no al bloqueo de la oposición sino a que todavía le falta madurar un poco más. El concejal ha desvelado que en las “en las últimas semanas” se han intensificado las negociaciones entre gobierno municipal y uno o más grupos de la oposición, y que el acuerdo definitivo está a punto de caramelo. “Se nos ha sugerido introducir elementos que pueden ser importantes para el proyecto", ha indicado Eloi Badia. Y el gobierno municipal está estudiando precisamente introducir esos cambios solicitados.
Este nuevo escenario convertiría la retirada de la propuesta en una prórroga que serviría para darle aire al gobierno y mientras tanto acercar posiciones con sus interlocutores. Porque hay prisa en el acuerdo fructifique y se pase página, dejando atrás los dos fracasos consecutivos . “Somos optimistas”, ha reiterado el concejal, quien se ha aventurado a asegurar la nueva propuesta negociada de funeraria pública tendría garantizados los suficientes apoyos (de una o más fuerzas políticas), de forma que podría ser aprobada “por mayoría” de votos en el plenario.
OPTIMISMO DE CARA AL 2018
El optimismo es tal que el gobierno de Colau cree que el acuerdo por el remozado proyecto podría llegar a tiempo para entrar en la orden del día del próximo pleno de diciembre. “Nos gustaría empezar el 2018 habiendo puesto en marcha la funeraria pública. Se trata de dar el último paso”, ha afirmado el edil de Presidencia. Badia ha confirmado que si el acuerdo no se ha ratificado todavía es por culpa de la tensión política de los últimos meses y de que “estamos en precampaña electoral y todos los partidos (de la oposición) se esfuerzan en marcar las diferencias”. “Así es difícil identificar puntos de encuentro”, ha subrayado.
La clave de que el proyecto de Colau se lleve al final el gato al agua podría residir en que se modifique el concepto original y se acepte ampliar el número de salas de vela previstas, tal y como han reclamado algunos partidos de la oposición, entre ellos el Grupo Municipal Demòcrata (PDeCAT). “Se está trabajando en un proyecto de envergadura que ha evolucionado mucho respecto al que se presentó en la comisión y que tendría un impacto más sustancial en la bajada de precios de los servicios funerarios”, ha indicado Badia.
El responsable de Presidencia no ha querido desvelar la identidad de sus compañeros de viaje, por pura deferencia, y ha preferido “ser cauto” y que sean los otros partidos quienes lo expliquen “en primera persona” y en el momento que consideren más oportuno.
DISPOSICIÓN A HABLAR DEL PDECAT
La formación que podría estar más cerca de cumplir con el perfil de posible colaborador de Colau en el nuevo proyecto es el PDeCAT. Sobre todo porque tanto ERC como Ciutadans y el PP se han autodescartado al ser consultados por Metrópoli Abierta. No ha hecho lo mismo el grupo demócrata, que pese a no confirmar los contactos, ha reconocido a través de un portavoz su “disposición a hablar”. El PDeCAT siempre ha mantenido que un tanatorio con solo 4 o 6 salas de vela no incidiría en un mercado, integrado por casi un centenar, con lo que sería muy difícil que bajaran los precios de los servicios funerarios. Los demócratas proponen que el número de espacios de vela se aumente hasta llegar, como mínimo, a la veintena. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, rescatando alguna concesión.
La ampliación del número de salas “sí incidiría en el mercado”, han reiterado fuentes del PDeCAT. Unas exigencias compatibles con las dispensas que estaría dispuesta a hacer Colau para lograr que prospere la funeraria municipal. No hay que olvidar que el proyecto “tiene el apoyo del 80% de la ciudadanía”, como ha recordado Badia.