Los afectados por el derrumbe ocurrido en el cementerio de Montjuïc, el 15 de septiembre de 2017, celebrarán este sábado un acto en recuerdo del accidente coincidiendo con el primer aniversario del hudimiento de los 144 nichos con más de 350 cadáveres. Lo curioso es que las familias han invitado al homenaje a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau en medio de una querella criminal por el caso contra el gobierno municipal por los delitos de daños, profanación, falsedad documental, prevaricación y malversación. En los próximos días, la jueza debería determinar si admite a trámite la querella.
Concretamente, la denuncia va dirigida contra el concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona y presidente de Cementiris de Barcelona, Eloi Badia; el director general de Cementiris de Barcelona, Jordi Valmaña, y la directora antropóloga Dominika Nociarova, que ha encabezado la exhumación y la identificación de los restos humanos. Con estos antecedentes, la invitación a Colau parece un dardo envenenado, pero los familiares solo quieren un gesto y unas palabras de la alcaldesa, que en un año no se ha pronunciado sobre el accidente Por ahora, las familias no han recibido respuesta de alcaldía, pero parece más que probable que Colau no acuda.
En el acto del sábado, que tendrá lugar a las 12.00 horas, las familias se concentrarán junto a la zona del camposanto de Montjuïc en la que el año pasado cayó el muro con las sepulturas. Los afectados tienen previsto hacer una ofrenda floral en memoria de sus familiares y una serie de parlamentos a cargo de alguno de los letrados que les representan -Miguel Durán y Josep Maria de Palacio- y un portavoz de las familias, que podría ser Tania Hidalga, una exactivista de la PAH que sigue sin localizar a nueve familiares. También está previsto que se interprete una pieza musical.
SIN AVISAR A LOS BOMBEROS
Los familiares que han presentado la querella contra el gobierno de Colau y Cementiris son unos 50. Estas personas se quejan de la pésima gestión que ha hecho Cementiris de este siniestro. Dos días antes del desplome, los responsables del cementerio no avisaron a los bomberos, el cuerpo que hubiera podido determinar si existía un riesgo inminente de derrumbe. Pero uno de los grandes errores de esta crisis, señalado también por la propia síndica de greuges de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, fue dejar entrar en la zona 0 del derrumbe a una retroexcavadora que mezcló los restos humanos y todo tipo de escombros, lo que está dificultando enormemente la identificación de muchos de los cuerpos.
Recientemente, estos familiares rechazaron la última oferta económica propuesta por Cementiris de Barcelona. Las indemnizaciones oscilaban entre los 5.000 y los 30.000 euros, según los casos. El motivo de la proposición hay que buscarlo en un intento de callar a las familias y evitar llevar el caso a juicio. En la carta de respuesta de las familias se decía "que condicionar o suponer que estas familias van a desistir o renunciar a esclarecer los hechos a cambio de un importe económico comporta un desprecio y un desconocimiento de los querellantes".