Manuel Valls puede subir mucho en votos, pero si no llega a 21 concejales, no va a ninguna parte”. La reflexión es de Alberto Fernández Díaz, el líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, que esta semana anunció públicamente que no volverá a presentarse en las municipales del próximo mes de mayo.  Era ya una certeza que se tenía en los ambientes políticos municipales, desde hace muchos meses.

Fernández Díaz es el concejal más veterano del consistorio barcelonés, un hombre que se ha llevado bien con todo el mundo. O con casi todo el mundo. En la recta final de su mandato, está de vuelta de todo y se permite el lujo de no morderse la lengua. Será que la antigüedad es un grado. “No es por nada, pero coges mis notas de prensa desde hace un año y ves que todo lo que está diciendo Valls es lo que yo llevo machacando hace tiempo. Su programa y su discurso son mis notas de prensa. Pero que a nadie le quepa ninguna duda de que Valls ha venido a Barcelona a hacer carrera y si no, se va”.

El veterano concejal popular admite que hay un fuerte voto anti Colau, que será capitalizado en su mayoría por Valls, pero sólo la mitad. El resto se diseminará entre otros partidos. Eso, evidentemente, debilita a las opciones constitucionalistas. No descuida, sin embargo, la posibilidad de que haya un superdomingo en mayo; es decir, que Pedro Sánchez convoque elecciones generales el mismo día que las municipales. “Si hay superdomingo, todo se complica mucho más. En ese caso, las reglas de la opción transversal se transforman en reglas de partido. Y eso va a hacer prisionero a Valls, que tendrá que supeditarse al discurso de Ciudadanos, que es quien le fichó y quien de da apoyo”.

LA DISPERSIÓN BENEFICIA A COLAU

Luego, hay otra circunstancia que no ha de pasar desapercibida: la dispersión del voto. El bloque independentista tiene cinco candidatos: PDeCAT, ERC, CUP, Jordi Graupera y Ferran Mascarell. Pero el bloque constitucionalista también está dividido: Valls, Jaume Collboni y el PP, que presenta al empresario Josep Bou. En esa lógica, “la sopa de siglas favorece a Colau, porque es difícil que Valls sume o reúna los apoyos necesarios para ser alcalde”. Los independentistas, en cambio, estarían dispuestos a sacrificarse y a permitir gobernar a Colau sólo para que un constitucionalista no coja las riendas del Ayuntamiento. “Con tanta dispersión de voto, no hay una mayoría de dos. Y eso lo complica mucho”, razona el edil del PP.

Por tanto, su consejo es diáfano: “Lo mejor es afianzar los discursos, perseverar en las iniciativas y hacer luego un sprint. Pero hay que esperar al momento oportuno. No te puedes adelantar ni dormirte en los laureles”.

Respecto a la posibilidad de que Vox se presente en Barcelona y robe al PP un porcentaje de votos crucial que podría dejar fuera del consistorio a los populares, se muestra cauto. “El escenario no es el mismo que en Andalucía. Vox es un partido aluvión y puede convertirse en la nueva Plataforma per Catalunya”, explica. PxC fue el partido que creció durante dos legislatura para entrar luego en franco declive y convertirse en residual.

Pero el líder del PP enfatiza que, en estos momentos, el partido de Santiago Abascal “no es el voto útil. Hace unas semanas, todos decían que Vox debilitaba al PP, pero vemos que en Andalucía se nutrió también en un porcentaje importante de votos de la abstención e incluso de la izquierda”.

LAS DEBILIDADES DE LA ALCALDESA

Fernández Díaz no ahorra en críticas a la alcaldesa, Ada Colau. “En estos momentos, su mayor preocupación es intentar maquillar su permanencia al frente del Ayuntamiento haciendo ver que hace gestión. Por eso, habrá más gesticulación que nunca. Lógicamente, lo que hará será intentar cohesionar a su votante”.

Alberto Fernández, delante de su puesto de trabajo: el Ayuntamiento / MIKI



Los flancos débiles de la alcaldesa son la inseguridad, el turismo y la vivienda. “Recientemente, ha presentado unos planos de la cárcel Modelo y lo que quiere hacer en ella. Son unos planos que no se plasmarán hasta el año 2023, es decir, hasta dentro de cinco años. Para más inri, todavía falta que la Generalitat le dé los permisos de construcción. Todo eso es humo. Y es posible que el proyecto de la Modelo tarde tantos años en abrirse como la propia cárcel en cerrarse”, critica el líder del PP.

También resalta que en materia de turismo la alcaldesa “no ha dejado satisfechos ni a los suyos. Y qué decir de la vivienda, que era su proyecto estrella y el sector de donde ella provenía”. En resumidas cuentas, afirma que “Colau no ha sido capaz de materializar un modelo de ciudad. Todo lo que estaba en marcha quedó paralizado y sus iniciativas o tuvieron que dar marcha atrás o ni siquiera llegaron a ponerse en marcha”.

Por tanto, augura un final de mandato de infarto. “A la alcaldesa sólo le queda una gran campaña de autobombo en los seis meses que faltan para las elecciones. Y ahora comienza la etapa de pisar barrios y de dejarse ver. Es lo que suele hacerse cada vez que se acercan elecciones”. Para entonces, el edil popular ya estará en otras guerras, presumiblemente fuera de la política activa.

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