Los escandalosos silencios de Colau erosionan su imagen
La alcaldesa no ha dado la cara cuando los asuntos podían comprometerla
26 marzo, 2019 00:01Noticias relacionadas
Los mensajes son importantes en el mundo de la política, sobre todo cuando la ciudadanía precisa de que una voz autorizada aclare un suceso concreto. El problema es que en muchas ocasiones los líderes prefieren mantenerse al margen de determinados asuntos espinosos y dejar que sean otras personas las que carguen con la responsabilidad de presentarse ante la opinión pública para ofrecer las explicaciones oportunas.
La alcaldesa Ada Colau ha sido más partidaria de la segunda opción que de la primera y en algunos temas de difícil gestión ha mantenido un sospechoso silencio, dejando a los regidores del área correspondiente que, como se dice en el argot, se quemen.
En sus cuatro años de mandato, Colau ha tenido tiempo para hablar y callar. La primera opción la ha escogido habitualmente con temas amables o, si ha sido preciso, para lanzar mensajes en clave política intentando colgarse medallas o victimizar su situación. Eso sí, previo paso de sus colaboradores por la lupa de la ciudadanía. En cuanto a la segunda, la ha elegido cuando el asunto correspondiente podía ponerla en una situación comprometida.
NEGOCIACIONES METRO
Uno de los primeros conflictos serios con los que se encontró la alcaldesa fue el de la negociación entre los responsables de TMB y el comité de empresa de Metro para desencallar los conflictos laborales que arrastraban.
Las negociaciones fueron muy tensas y los sindicatos acabaron convocando una huelga que, entonces sí, obligó a Colau a dar la cara, aunque lo hizo tras la décima jornada de huelga, para criticar la actitud de los trabajadores de la empresa y defender a la presidenta de TMB , Mercedes Vidal,() que poco después fue reprobada en la comisión de ecología, urbanismo y movilidad.
DERRUMBE MONTJUÏC
Tampoco se ha escuchado demasiado a la alcaldesa referirse al tema del derrumbe de los nichos de Montjuïc. Desde que se produjo, en septiembre de 2017, su silencio ha sido escandaloso. Han sido otros dos lo que han tenido que cargar con toda la responsabilidad de dar explicaciones y de intentar, sin éxito, apaciguar los ánimos de los afectados. Esta carga ha recaído sobre el concejal Eloi Badia y Jordi Valmaña, presidente y director general de Cementiris respectivamente, que han afrontado el asunto sin contar con el apoyo público de la alcaldesa pese a que la que les ha ido cayendo encima ha sido de órdago.
De hecho, a día de hoy aún son muchos los que esperan conocer la opinión de la alcaldesa en todo este asunto, aunque ya sea demasiado tarde para que las explicaciones que pueda dar sirvan para convencer a los implicados.
DEL AMIANTO, NI HABLAR
La alcaldesa no parece muy partidaria de dar a conocer su opinión en los conflictos que atañen a TMB, sobre todo a la huelga que tuvo lugar durante el Mobile World Congress, como a la que se ha anunciado por el tema del amianto.
Respecto a la primera, apenas unas frases criticando a los trabajadores del Metro por convocar una huelga ante un evento tan importante, pero silencio absoluto mientras las negociaciones entre empresa y comité estaban en marcha.
En cuanto a la segunda, rien de rien. Pero no ya sobre la huelga convocada por la gestión que ha hecho la empresa de la aparición de amianto en algunos vagones e instalaciones del Metro. Tampoco se ha podido saber qué opina de la presencia de amianto en la zona de los Tres Turons, en el distrito de Horta-Guinardó, que tanta alarma ha provocado entre los vecinos de la zona, ni de las quejas delos vecinos de Gràcia por la forma en que se está desmontando el mercado de la Abaceria, con una enorme presencia de amianto en su estructura y en sus instalaciones.