Tirón de orejas y de los grandes al exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, por maleducado. El tirón de orejas se lo da el propio consistorio a través de su Comité de Ética. En una resolución a la que ha tenido acceso Metrópoli Abierta, el secretario del citado comité, Robert Rubio, considera que "el modo de tratar y las palabras usadas" por Pisarello contra el concejal Raimond Blasi, del grupo Demòcrata, supone "un comportamiento que no se adecua al deber de tratar a todo el mundo con respeto, cordialidad y consideración".

Hace algo más de un año, el 1 de junio, Blasi presentó una queja contra Pisarello por el trato que recibió del exprimer teniente de alcaldía en el pleno del 10 de abril de 2018. Blasi tuvo que aguantar descalificaciones, como "aproximación a posiciones clasistas", "actitud hipócrita e impropia", y un trato poco respetuoso en el que la mano derecha de Ada Colau acusó a Blasi de actuar en contra de sus propias convicciones religiosas, según figura en la resolución del comité de Ética. Sin embargo, el tema fue incluso más grave. 

RACISTA Y CLASISTA

En el artículo que el periodista Xavier Adell publicó de aquel pleno en Metrópoli Abierta consta que Pisarello llamó “racista y clasista” a Blasi. El primer teniente de alcaldía también acusó a Blasi de mantener una actitud “mezquina, que esconde hipocresía” con el fenómeno del top manta, y le reprochó su falta de sensibilidad tras conocerse la muerte de un mantero en Madrid, un suceso que provocó una auténtica batalla campal en el barrio madrileño de Lavapiés.

"REITERADA DESCALIFICACIÓN PERSONAL"

El comité dice que la queja presentada por Blasi "está fundamentada y documentada" y se refiere al trato de Pisarello de "reiterada descalificación personal que no se ajusta a los principios requeridos en el Código Ético y de Conducta del Ayuntamiento de Barcelona". El artículo 5.1.J exige a los cargos públicos "ejemplaridad", tratar a todo el mundo "de manera respetuosa y con la cortesía debida" y no adoptar conductas o actitudes que puedan perjudicar el prestigio, la dignidad y la imagen de la institución. "Especialmente los cargos electos tendrán que mantener un trato ejemplar con todas las personas y con los otros cargos electos".

Sin embargo, éste no ha sido la actitud que ha predominado en las intervenciones de Pisarello a lo largo del mandato. El poco respeto mostrado hacia el concejal demócrata no es un caso aislado. Pisarello ya tuvo sus más y sus menos con otras dos regidoras, Sònia Recasens y Carina Mejías. En abril de 2017, en la Comisión de Economía y Hacienda, el teniente de alcaldía ni siquiera escuchó a Recasens cuando ésta le estaba interpelando. Cuando la regidora demócrata recriminó a Pisarello su actitud, al edil de los comuns no se le ocurrió otra cosa que contestar: "Siga que yo estoy haciendo otras cosas".

COMPONENTE MACHISTA

Pisarello también protagonizó una monumental bronca con Mejías, de Ciutadans. En una Comisión de Economía y Hacienda de mayo de 2018, Pisarello no  contestó a una pregunta sobre el top manta del concejal de Ciutadans, Paco Sierra, porque estaba en la inopia, y eso encendió a Mejías, que cogió un cabreo monumental y abandonó la sala Lluis Companys intercambiando gritos y descalificativos con el teniente de alcaldía. Un día después, Mejías aseguró que las desconsideraciones de Pisarello no eran casuales y tenían "un componente machista"

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