La relación de Bou y el PP, abocada al abismo
El concejal declara la guerra: "Hay personas que tendrían que salir inmediatamente del partido. O salen ellos o salgo yo"
4 marzo, 2021 00:00Noticias relacionadas
Las complicadas relaciones de Josep Bou, presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, y los populares catalanes se han tensado todavía más. La cuerda está a punto de romperse. Y Bou le ha puesto fecha: dos semanas. Ése es el ultimátum que ha dado para que se hagan cambios internos. "Hay personas con nombres y apellidos que tendrían que salir inmediatamente del partido. O salen ellos o salgo yo", ha dicho el concejal en el programa Cafè d'Idees, de RTVE, que presenta Gemma Nierga.
El pasado 10 de enero, Metrópoli Abierta ya explicó que el grupo municipal del PP en el consistorio barcelonés pendía de un hilo. Detrás de esta situación está la mala relación de Bou y Óscar Ramírez, el otro concejal de los populares, y algunas decisiones tomadas por el empresario, como el despido de algunos asesores -entre ellos el que fuera jefe de prensa de Alberto Fernández Díaz, Joan Castelló- y el fichaje de otros que no han gustado a la dirección del PP en Cataluña.
CRÍTICAS A LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES CATALANAS
Este medio ha intentado sin éxito hablar con Bou. Su responsable de prensa ha dicho que Bou no hará más declaraciones y ha remitido a este medio a la entrevista de Nierga. En el citado programa, el conservador también ha criticado el resultado de los populares en las elecciones catalanas. "Un poco más y nos quedamos fuera. Los resultados han sido proporcionales al trabajo hecho". Para el presidente del grupo municipal, el PP ha realizado una mala campaña.
En la purga que ha pedido a Alejandro Fernández -presidente del PP-, Bou no ha dado ningún nombre, pero no hacía falta. Bou ha hablado de una "camarilla" que paraliza el partido. Fuentes del PP creen que una de las personas a las que se dirigía era Ramírez. El concejal es presidente provincial del PP y fue el director de campaña de los populares en las elecciones al Parlament. Las criticas a los malos resultados son, obviamente, un dardo envenenado a Ramírez. Las relaciones entre ambos son prácticamente inexistentes. "Hablan lo justo y necesario", apuntan otras fuentes del partido.
BOU NO ES AFILIADO
¿Cómo puede acabar el conflicto entre Bou y el PP? La solución no es sencilla. Los populares no pueden echar a Bou del partido ni le pueden expedientar porque no es afiliado. Tampoco le pueden obligar a dejar el acta de concejal porque es personal. O sea, que si quiere, Bou se puede quedar en el Ayuntamiento hasta 2023. "Dos días después de las elecciones [municipales] me di cuenta que no me querían y que me tenía que ir. Pues mire, me quedo, porque 37.000 barceloneses dicen que me quede", ha soltado Bou, apropiándose de los votos que el PP recibió en los comicios de mayo de 2019.
La ruptura del grupo municipal y que ambos se quedaran como concejales no adscritos parece la salida. Sin embargo, la partición tendría unas consecuencias económicas catastróficas. El gobierno de la ciudad otorga un presupuesto a cada grupo -el mínimo son dos concejales- en función de los resultados electorales. Eso permite a las distintas formaciones la contratación de asesores y personal de confianza. En caso de que el grupo se divida, la asignación se vería considerablemente reducida. Actualmente, el PP tiene seis asesores que trabajan como personal eventual en el grupo municipal y que cobran un importe bruto anual de 334.211 euros en nóminas. Los sueldos de estos cargos, algunos del partido y otros cercanos a Bou, oscilan entre 49.540 y 68.027 euros brutos anuales.
COGER A UN INDEPENDENTISTA POR EL CUELLO
Fuentes del PP consideran que a lo largo de este año y medio "Bou ha tenido muchas salidas de tono" y la dirección de Cataluña está cansada. El empresario siempre dice que a él le pidió ser el candidato Pablo Casado, pero desde el partido se cree que las relaciones entre ambos "ya no son tan buenas". Entre las salidas de tono, las fuentes consultadas enumeran las críticas a Cayetana Álvarez de Toledo, el hecho de que cogiera a un independentista por el cuello o que arrendara uno de sus locales a una asociación cannábica mientras el PP pedía en Barcelona su ilegalización. Tampoco ha gustado el fichaje del actual jefe de prensa, Eduard Batlles, a quien se ve cercano al independentismo, y de la representante del PP en el consejo de administración de betevé, Susana Alcaide, que fue jefa de prensa en el PSC.
Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona al margen del PP reconocen que la situación es insostenible y que lo más probable es que el grupo se acabe rompiendo. "Difícilmente aguantarán así dos años". Quien lo haga está por ver. Y si no se hace será por motivos estrictamente económicos. Fuentes cercanas a Ramírez -con el que este medio no ha podido hablar- apuntan que todo tiene un límite. Si hace unos meses, las relaciones ya eran complicadas, la alianza de Eva Parera -regidora en el Ayuntamiento de Barcelona pel Canvi- con el PP para las autonómicas, las ha tensionado hasta límites insospechados. A Bou tampoco le ha sentado bien que no hayan contado con él para nada en las autonómicas. En la entrevista con Nierga, Bou se quejaba de hacer un trabajo y no salir o, simplemente, de "desaparecer en la foto".
"DECLARACIÓN DE GUERRA"
La mayoría de fuentes del PP o municipales consultadas para la elaboración de esta información coinciden en que las palabras de Bou en televisión, "si bien son fruto de un calentón" -o del buen hacer de la periodista-, suponen una "declaración de guerra" a la dirección del PP en Cataluña y al propio Fernández. En 15 días, si Bou cumple con lo que ha dicho, debería haber una salida al conflicto en un sentido u otro. Algunas voces ya ven a Bou como un posible candidato de Vox para las municipales de 2023. Aunque él lo niega, flirtea con el partido de Santiago Abascal. Para Bou, Vox no es un partido ultraderechista. "Es derecha pura y dura". Si un milagro no lo arregla, la relación de Bou y el PP está abocada al abismo.