El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha recibido una fuerte lluvia de críticas este martes durante la comisión de Ecología y Urbanismo por la implementación del sistema de recogida puerta a puerta en Sant Andreu.
Badia ha comparecido a petición de Junts, reconociendo que el nuevo método "no está siendo cómodo para todas las personas", una autocrítica que ha quedado muy lejos de la oposición frontal de vecinos y comerciantes hacia este modo de reciclaje.
A falta de lo que finalmente haga el gobierno municipal, Badia se ha comprometido a revertir problemáticas como plagas, malos olores, problemas de horarios y rutas de camiones, así como a ofrecer soluciones para invidentes.
FALTA DE DIÁLOGO Y TRANSPARENCIA
Francina Vila, concejal de Junts, ha reprochado al gobierno municipal la falta de diálogo y transparencia con el vecindario, y ha catalogado el puerta a puerta como una solución antigua. Por su parte, Max Zañartu, edil de ERC, ha pedido más "mano izquierda, empatía y confianza".
Desde Ciutadans, el regidor Celestino Corbacho ha mostrado su oposición a este modelo, asegurando que no se puede tomar como referente a los municipios de Cataluña, y ha pedido que la sustitución de un modelo por otro "no sea tan potente". Por su parte Óscar Ramírez, concejal del PP, ha afirmado que "las buenas medidas son aquellas que consiguen buenos resultados y que son aceptadas por la ciudadanía y este no es el caso".
Manuel Valls, regidor de Barcelona pel Canvi, ha pedido no caer "en un exceso de corresponsabilidad y negar o renunciar a la obligación de toda administración pública", y ha definido el sistema como "complejo y poco claro". Finalmente, la regidora no adscrita Marilén Barceló ha criticado la improvisación municipal con el puerta a puerta.
SANT ANDREU, EN CONTRA
Sant Andreu de Palomar mantiene su oposición total a este sistema. Prueba de ello son las reiteradas protestas organizadas por los vecinos del barrio, en las que se ha exigido el cese del sistema por su accidentada funcionalidad.
Los residentes del barrio han llegado a calificar la medida de "imposición", y durante sus concentraciones han reclamado reiteradamente la dimisión de Ada Colau.