“Barcelona está triste”. La frase es de Ernest Maragall, líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, lo que equivale decir que es el jefe de la oposición. Para el exsocialista ahora en las filas republicanas, la ciudad, en manos de Ada Colau, peca de “mucha desigualdad y tiene poca ambición”. Pasado ya el ecuador de la legislatura, Maragall se ha puesto las pilas y ha comenzado a desplegar una frenética agenda de contactos ciudadanos y sectoriales para preparar el asalto al consistorio en el 2023.

“Durante las últimas semanas, se ha estado viendo con los principales despachos de arquitectos de la ciudad, a quienes pide su opinión sobre cómo ven que puede ser la transformación de la ciudad, ya sea de la planificación urbanística como de los propios edificios”, explican fuentes de Esquerra a Metrópoli.

NO HAY LUGAR PARA LA CREATIVIDAD

El urbanismo táctico de Colau y los comunes no convence a los republicanos y menos a Maragall, que vivió en primera línea todas las grandes transformaciones de Barcelona, puesto que ya tenía cargo de responsabilidad en el consistorio desde los años 80. Esa trayectoria le da una perspectiva diferente de cómo debe de ser la Barcelona futura. “Nos decía una conocida arquitecta que los concursos que saca el actual Ayuntamiento excluyen a la mayoría de los arquitectos. Contaba que ella quería hacer una cosa muy concreta, pero que los responsables municipales no admiten nada que se salga de su concepción y dejan poco espacio a la creatividad. Por eso se tiene que recuperar el espíritu de cuando Barcelona apostaba por la novedad”.

Ernest Maragall, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona / CR



La planificación de una ciudad ordenada, amable y sostenible ecológicamente hablando es posible respetando la tradición de la ciudad que nació del plan Cerdà. Pero es obvio que los cambios introducidos por Colau no han dado los frutos esperados. Por el contrario, sí existe la sensación de que Barcelona es hoy más fea, más intransitable, más aburrida y menos amable que hace seis años.

GIRO COPERNICANO

Pero ésa es solo una de las líneas estratégicas del líder de ERC. Pasado el ecuador, Maragall ha dado un giro copernicano a su guión, vista la decadencia de la capital catalana. “La intención es presentarse como alternativa. No queremos hacer una oposición frontal y destructiva, sino sumar. Pero por eso mismo presentaremos una opción diferente de modelo de gobierno que pueda encandilar de nuevo al ciudadano y arrastrar a la gente”.

En esa tesitura, el veterano político tiene tres grandes ejes de actuación: priorizar la recuperación económica, la recuperación social y mimar la transformación de la ciudad. Por eso, desde hace semanas Maragall patea calles, despachos y locales. “Se está entrevistando con asociaciones de vecinos, colectivos cívicos, gremios, federaciones, empresarios… con todos los que pueden tener algún interés. La idea es escucharles antes de nada, porque en los últimos años nadie del Ayuntamiento les ha escuchado. Y luego, extraer ideas y ver cómo colmar sus inquietudes o sus necesidades”.

UN ‘EJÉRCITO’ DE CONSEJEROS

Maragall cree que sólo saliendo a la calle se puede realizar esa labor de prospectiva que más tarde puede tener su plasmación en el programa electoral. “Se han recogido muchas propuestas hasta el momento, pero esto no ha hecho más que comenzar -aseguran las fuentes-. Ahora estamos trabajando en la parte prescriptora, que luego habrá que estudiar y traspasar al programa”.

Ernest Maragall durante el acto de balance de medio mandato municipal / E.P.



En esta labor, el dirigente republicano se apoya principalmente en los consejeros de distrito. “Tenemos 48 consejeros de distrito a los que hemos puesto en marcha para que detecten las necesidades de sus respectivos territorios. Es el mayor equipo de todos los grupos municipales y tenemos la obligación de sacarles provecho. Ellos le acompañan siempre que se desplaza por los distritos y le comunican las necesidades que hay. Su labor es hacer visible a nuestro candidato en el territorio”. No hay que olvidar que ERC ganó las últimas elecciones municipales al ser la fuerza que obtuvo más votos, aunque empató en concejales con Barcelona en Comú (BeC). Finalmente, fue elegida Colau al ser apoyada por el PSC y por tres concejales que se habían presentado con Manuel Valls en la lista de Ciutadans.

Con el objetivo de prepararse para el gran asalto al consistorio, el jefe de la oposición municipal va haciendo caja electoral. “Con lo que se recoja de las visitas y reuniones que está haciendo Maragall, se propondrán alternativas a las iniciativas, o a la paralización en algunos casos, del equipo de gobierno”, subrayan las fuentes consultadas. ERC quiere convertirse, así, en correa de transmisión de las inquietudes sociales o sectoriales de la ciudad. O en el Pepito Grillo del equipo de gobierno. Y, al mismo tiempo, sumar apoyos para cuando llegue la hora de la batalla final.

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