El centro secreto contra la violencia machista en Barcelona / CMAU-VM

El centro secreto contra la violencia machista en Barcelona / CMAU-VM

Información municipal

Más de 3,2 millones para gestionar el centro secreto contra la violencia machista

Las víctimas de maltrato que van al CMAU-VM tienen prohibido dar su localización a nadie

10 septiembre, 2021 00:00

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La lacra de la violencia machista es una de las prioridades del Ayuntamiento a la hora de aplicar el baremo a las necesidades sociales. El consistorio acaba de adjudicar un contrato de 1.605.874 euros para la gestión del Centro Municipal de Acogimiento de Urgencias por Violencia Machista de la ciudad de Barcelona (CMAU-VM). Se trata de un contrato por dos años que puede ser ampliado a 4 años, con un desembolso previsto de más de 3,2 millones de euros.

Se trata de un centro secreto del que no se facilita ningún dato de localización para garantizar que los maltratadores no puedan dar con el paradero de sus víctimas. “La existencia de riesgo comporta que la mujer, o la persona de que se trate, y los niños o adolescentes acogidos de urgencia hayan de dejar de ir a todos aquellos lugares donde la persona maltratadora la pueda localizar: trabajo, escuela, instituto, visitas a familiares y amistades, actividades extraescolares, etc. Las personas acogidas (de cualquier edad) no pueden facilitar a nadie la dirección del CMAU-VM ni ningún dato de localización de dónde están acogidos y, por supuesto, tampoco pueden recibir visitas mientras dure el acogimiento de urgencia”, recuerdan los informes del Ayuntamiento. En el caso de que no haya riesgo de localización, las medidas se relajan, pero está prohibido igualmente facilitar la localización del centro municipal.

UNA FUNDACIÓN CON EXPERIENCIA

La responsable de la gestión de este centro es la Fundació Salut i Comunitat, una entidad con más de 25 años de existencia, cuyo patronato está presidido por Francisco González. Esta fundación trabaja en prácticamente todas las comunidades autónomas y en numerosas ciudades, así como con una veintena de Universidades y más de una cincuentena de empresas o instituciones privadas.

El CMAU-VM se puso en marcha en 2011 y su pretensión es garantizar un acogimiento público de calidad a mujeres, niños o adolescentes que requieran de este servicio, eliminando el alojamiento en hoteles o pensiones. Un informe de los técnicos municipales recuerda qué es la violencia machista, definida en el artículo 3 de la Ley Catalana del Derecho de las Mujeres a la Erradicación de la Violencia Machista.

Ambiente de la manifestación contra la LGTBIfòbia en el paseo de Gràcia con Gran Via / METRÓPOLI

Ambiente de la manifestación contra la LGTBIfòbia en el paseo de Gràcia con Gran Via / METRÓPOLI



SE INCLUYE A LA COMUNIDAD LGTBI

Pero los técnicos van más allá y reinterpretan esa definición para dar amparo a un mayor sector de la población. “El Ayuntamiento amplía esta definición con la convicción de que las violencias machistas son unas violencias selectivas hacia las mujeres, pero también hacia todas las personas de ambos sexos que no responden a los patrones que la sociedad patriarcal define respecto a lo que ha de hacer y sentir un hombre para ser masculino y una mujer para ser femenina, y también hacia el resto de personas con corporalidades, identidades, sexualidades y expresiones de género no normativas y que, por esta causa, son objeto de agresión en cualquiera de sus formas”, dicen los informes municipales.

Detalla el informe cuatro formas de violencia machista: la violencia física, la sexual (en la que se incluyen los abusos, ya sean por intimidación, prevalencia o manipulación emocional), la psicológica (que produce una desvalorización o padecimiento por medio de amenazas, humillaciones, vejaciones, exigencia de obediencia, coerción verbal o aislamiento), y la económica, que consiste en la privación intencionada y no justificada de recursos para el bienestar físico o psicológico de una mujer e incluso de sus hijos, así como la limitación en la disposición de recursos propios o compartidos en el ámbito familiar o de pareja.

PUEDEN TRASLADARSE HIJOS Y FAMILIARES

Ante estas situaciones, el Ayuntamiento quiere ofrecer la posibilidad del CMAU-VM “para disponer de unos días de reflexión y de un espacio de contención y escucha con profesionales que podrán aclarar sus dudas y acompañar su proceso de toma de conciencia sobre lo que le pasa y toma de decisiones”. La ventaja es que en estos centros se garantiza la no interferencia del agresor, lo que sí puede ocurrir cuando se instala a la víctima en un hotel, una pensión o en casa de familiares o amigos.

En el centro pueden instalarse las mujeres y sus hijos sean de la edad que sean, así como otras personas de la unidad familiar que convivan en el domicilio, independientemente de que estén empadronadas o de que hayan interpuesto alguna denuncia sobre malos tratos. Tampoco se tiene en cuenta la situación administrativa. Pero también personas mayores gais, lesbianas, bisexuales, transexuales, transgéneros o intersexuales si contra ellos se ejerce violencia por su condición.

Manifestación contra la violencia machista / EUROPA PRESS

Manifestación contra la violencia machista / EUROPA PRESS



VÍCTIMAS COLATERALES

Por último, el centro puede asumir también a otras víctimas colaterales, como familiares, amistades o cuidadores “que reciben directamente cualquiera de las violencias machistas por el hecho de proporcionar, o sospechar que lo pueden hacer, apoyo o acogida a las víctimas principales de violencia”.

En el proceso de acogimiento, durante las dos primeras semanas se realiza una exploración, valoración y orientación de la víctima para plantear las opciones que tiene. Este periodo se puede ampliar a un mes en los casos más complicados. A partir de ese momento, si los especialistas proponen una larga estancia, el tiempo en el CMAU-VM se alarga entre dos y cuatro semanas más. El Servicio de Atención, Recuperación y Acogida (SARA) interviene entonces y analiza la disponibilidad de plazas en establecimientos públicos o privados para derivar a la víctima, en un proceso que dura alrededor de otra semana. En total, en un par de meses ya se puede tener estabilizada a la víctima que acudió a los servicios municipales.