El último pleno de 2021 validará el presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona para 2022. La ciudad tendrá para el próximo año un presupuesto récord de 3.406 millones de euros. Si no se producen cambios de última hora, las cuentas saldrán adelante este jueves, 23 de diciembre, con el voto a favor del bipartito municipal, Barcelona en Comú y PSC, la abstención de ERC y los votos en contra de JuntsxCat, Ciutadans y PP, según han confirmado las distintas formaciones a Metrópoli.
Al cierre de este artículo, el único partido que no había decidido qué votará es Barcelona pel Canvi, rebautizado como Valents, ha dicho la regidora Eva Parera. El pasado 17 de noviembre, el voto favorable del grupo y de la regidora no adscrita, Marilén Barceló, permitieron la aprobación inicial del presupuesto en el comisión de Economía. Si el partido que hasta septiembre lideró Manuel Valls no se hubiera inclinado por el Sí, la tramitación de las cuentas se hubiera paralizado. Ahora, tanto fuentes de gobierno como Parera se han limitado a decir que siguen negociando.
DEL 'NO' A LA ABSTENCIÓN DE ERC
Pero lo cierto es que un mes después de la comisión de Economía, las circunstancias han cambiado. Y ahora no es necesario el voto favorable de Parera para que las cuentas se aprueben. Pocos días después de votar en contra del presupuesto en la citada comisión, Ernest Maragall (ERC) se vio obligado a rectificar su posicionamiento tras el acuerdo alcanzado entre republicanos y comunes en el Parlament para sacar adelante las cuentas autonómicas. Así, el grupo de Maragall se abstendrá este jueves en el pleno, lo que permitirá que la propuesta económica de Ada Colau y Jaume Colboni salga adelante a pesar de que el resto de fuerzas voten en contra.
El propio Maragall reconoció que el cambio de posición no gustó en el seno de su grupo municipal. Para el jefe de la oposición fue "una contradicción", un "sapo difícil de tragar". Y fruto de ello, Maragall ha quedado en una delicada situación. Está por ver si acabará el mandato o si será el candidato de ERC en las municipales de 2023. Hace unos días, Maragall aseguró que si cambia de planes sobre ser alcaldable no será por haber tenido que avalar el presupuesto de Colau sino porque él decide no hacerlo, es decir por "decisión propia", o porque así lo decide de forma democrática su partido -el alcaldable republicano saldrá de unas primarias-, o porque la ciudadanía no lo ve como un candidato adecuado para la ciudad.
ERC NO HA NEGOCIADO
En un intento de marcar distancia con Colau, Maragall se ha negado a entrar en ninguna negociación con el gobierno sobre el presupuesto. Tampoco ha presentado ninguna alegación. "Barcelona tendrá presupuesto, pero no participaremos en ninguna negociación ni de conversación previa a la tramitación final. Pueden contar con nuestro voto, pero no esperen nuestro apoyo", dijo el edil.
En el lado opuesto está el PP, que ha presentado 139 alegaciones al presupuesto. Los populares, que lidera Josep Bou, son partidarios de una rebaja de impuestos, una reducción de la estructura municipal y un aumento en ayudas a trabajadores, autónomos y pymes. "Nuestra propuesta es poner fin al elevado déficit presupuestario, al afán recaudatorio, al apoyo insuficiente al sector productivo y a la falta de concreción y credibilidad en la ejecución de inversiones”, ha dicho Bou.
Las cuentas municipales de 2022 serán las más altas de la historia de Barcelona. La propuesta prepara inversiones por valor de 903,1 millones de euros -incluidas las empresas municipales-, de las que algunas de las más importantes serán para aumentar el parque de vivienda pública, la transformación del espacio público para combatir la emergencia climática, lo que incluye los proyectos de urbanismo táctico y superillas, y la transformación del Port Olímpic en un espacio ciudadano.
El presupuesto prevé que el gasto corriente llegue a los 2.529,5 millones de euros. Se trata de una cifra superior a la de 2021 en 91,8 millones (un 3,8% más). En estas partidas, algunos de los gastos se incrementan, como la destinada a la limpieza y a la recogida de residuos, que subirá hasta los 290,6 millones (32 millones más), y las transferencias a la Autoritat del Transpot Metropolità (ATM), para financiar el transporte público, que ascenderá hasta los 179,2 millones (28,5 millones más).
INVERSIONES PARA LA RAMBLA Y EL HIVERNACLE
El pasado viernes, el gobierno municipal detalló actuaciones por valor de 183 millones de euros que se han incorporado a las cuentas definitivas. Estos 183 millones prevén 168,6 millones, provenientes de partidas genéricas, para inversiones, y 14,7 millones para gasto corriente, que salen del Fondo de Contingencia [ver aquí la nota de prensa]. Entre las inversiones previstas figuran tres millones de euros para la reforma del primer tramo de la Rambla, en Drassanes; 7,7 millones para la ampliación del Hospital del Mar, dos millones para la restauración del Hivernacle de la Ciutadella, y otros 1,5 para la rehabilitación de Can Batlló.